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domingo, 18 de mayo de 2014

LAS RATAS




Van royendo la piel del silencio.
Suenan uñas en la noche: algo araña.
¿Un espectro?
La mujer levanta la cabeza,
la mujer suspende la mirada del cordel de las sombras.
El niño está dormido.
¿Quién llama?
Llaman largas pisadas de hambre sobre rotas pizarras.
Son las ratas, que suben buscando comida.
¡Ese polvo de queso de veneno!
¡Esos platos de harina de muerte iluminados por la luz de la luna!
¡Esos puntos brillantes como gotas de sangre en la noche sin alba!
Hay que cerrar la puerta. Pueden morder al niño.
Han comido el veneno y ahora corren buscando un poco de agua;
han comido el veneno y dan vueltas a la rueda de la noche.
Golpean gordas sucias lentas rápidas.
Algo suena. ¡Silencio!
Algo estalla.
Lentamente se acerca con sus manos de harina
la molinera azul del alba.


Manuel Pacheco

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