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jueves, 13 de agosto de 2015

AHINCO -fragmento primero-




escribo desde el silencio dístico del verso / que indaga
en las distintas corrientes de aire que atraviesan al poema
e incita al lector a rebelarse en el rol asignado
de pozo recipiente aljibe recogedor de palabras

escribo desde la desnudez abierta de la palabra / por la que transita
el temblor de las alas del silencio
el silencio bobina / rebobina / desbobina

escribo desde el silencio autocrítico que despierta el ritmo de los sentidos y
se mantiene alerta ante la autocomplacencia de los halagos que embelesan

escribo desde el silencio de los ojos de la extrañeza / abiertos
a lo inesperado

escribo desde el silencio de la saliva que se disloca por las comisuras
de los labios amantes

escribo desde el silencio de la soledad baldía / vacío habitado
por las palpitaciones de la sal

escribo desde el silencio tácito de las alas de la arena
aterrizando en el corazón de las dunas

escribo desde el silencio colectivo de nadie

escribo desde el silencio del perro rastreador que husmea en el rastrojo
el orín perfumado de la luz de los atardeceres

escribo desde el leve movimiento de desvelo del silencio
al desnudarse las ramas del poema

escribo desde el silencio hueco dístico que deshabita
el vacío

escribo desde el hueco silencio con ventanas abiertas a la contemplación
dística

escribo desde el silencio que mana del restregar de los cuerpos

escribo desde el silencio mudo de la palabra no escrita
jugando a la gallinita ciega
en el umbral oculto del jardín inexistente y
hay sombras
a la espera / en el ramaje óvulo
del verso

escribo desde el silencio intraducible del viento / que aleja
el tufo de los falsificadores de versos

escribo desde el silencio fresco del agua / que moja
los labios de la poesía seca
desvestir los huesos del verso en el silencio secreto
de la palabra

escribo desde el silencio lento agüista de los zampullines
jugando al escondite en las pozas de las marismas

escribo desde el silencio hipnotizador del verso mudo
que distrae las señales de los agentes infiltrados

escribo desde el silencio poético que desconoce
el último verso que le espera

escribo desde el silencio orilla de un río dístico
brotan ojos de agua en la llanura
descalzo baja / acompañando
ocultarse / para volver a desocultarse
sombras y luz en el resplandor 
extraño por distinto

escribo desde el silencio cántaro interior del río
rezumar de agua en pulo do lobo
silencio tentador de dos efímeros
segundos de luz
destino del río: abrazo encuentro
incubador con la mar
dos agua:

escribo desde el silencio hamaca en el aire de los picos-cucharas
de las espátulas

escribo desde el silencio veta de colores de las plumas transformadoras
de los flamencos

escribo desde el silencio ausente de las bandadas de sarapicos
en las charcas salobres

escribo desde el silencio de las gotas de agua que resbalan por las hojas
de los árboles / para el disfrute de las lenguas camaleónicas

escribo desde el silencio dístico de las respiraciones invisibles del fango

escribo desde el silencio baile a pie cojito /  sobre alfombras de pinchos
de tagarninas

escribo desde el silencio humeante de los pies descalzos / calentándose
en excrementos de vaca

escribo desde el silencio eclipse turbio del vientre de una patera

escribo desde el silencio aviador de las alas de los bichitos luz
quién puede olvidar el espectáculo de los bichitos luz
silencio planeador de insectos voladores rasantes
huyendo de la venida de la oscuridad
poesía a secas
silencio cobijo de sombreros de paja / bailando
en la espesura del junqueral / en los atardeceres
tardíos de primavera
silencio dístico a orillas del fango

escribo desde el silencio camaleónico de los ojos del fango
en bajamar marrones oscuros
en pleamar se transforman en azules mar
ojos alertas a la espera

escribo desde el hueco espacio silencio marcado por los diálogos
con la sal

escribo desde el silencio árido punzante de los pencotes
de tuneras

escribo desde el silencio de la respiración muda de las aves
patilargas

escribo desde el silencio propenso al reuma calcárea
de la arena

escribo desde el silencio de los cementerios de meriñaques
en los desagües del hambre

escribo desde el silencio gargárico de las yerbas que crecen en los ojos
de las retamas

escribo desde el silencio laberinto de pleamares turbias al amanecer

escribo desde el silencio retraso atrancamiento de las líneas rústicas
poéticas

escribo desde el silencio de la penumbra tenue del despertar de los pájaros
al alba

escribo desde el silencio que acompaña a la maduración del higo / abierto
a la humedad de la noche

escribo desde el silencio creciente de la enredadera que despeina los rizos
del aire

escribo desde el silencio de la luz añil que se filtra por las rendijas
del verso

escribo desde el silencio del resuello de las arcas / en el caño
de la chaveta

escribo desde el silencio que habita en la umbría del umbral
de los cañaverales del río anadiagua

escribo desde el silencio hipnotizador de las lenguas lagarto /
acechando en las ventanas de los vallados

escribo desde el silencio escatológico de las nutrias / señalando territorio
en los acantilados de fango del caño de la moharra

escribo desde el silencio intermitente del canto del grillo / abrazando
los arriates de la noche

escribo desde el silencio frío de las huellas escuálidas de las avefrías
arropadas por el calor del retamar

escribo desde el silencio del aliento del potro asustado / ante la respiración
inesperada del rastro de la culebra / aún caliente en el rastrojo

escribo desde el silencio mudo del vuelo de los alcatraces
rastreando los recovecos del mar

escribo desde el silencio tempestuoso del viajero paiño
vigilante en los espigones del vendaval

escribo desde el silencio voces ocultas que naufragan
a la intemperie del desastre

escribo desde el silencio microsueños del vencejo / tomando altura
en vuelo / para dormir en la hamaca del aire

escribo desde el silencio endémico del pez jarabugo / llamado
a desaparecer en el sustrato extraño del río anadiagua

escribo desde el silencio tácito del sauce / que duerme la siesta
con los pies inscritos en el agua

escribo desde el silencio del agua que se aleja del surco
a salto mata por los arenales

escribo desde el silencio de las hojas barridas por el viento
de terreño / en las tardes grises de otoño

escribo desde el silencio de la adelfa roja / sentada en el brocal
del retamar e inmune a los bocados de la cabras

escribo desde el silencio de la sombra de la mimosa
árbol que cobijó los desperfectos de la infancia

escribo desde el silencio delicioso del bocado de pan
con chocolate / untado con flores de mantequilla

escribo desde el silencio desnudo de la arena / arropada
por la lentitud del vuelo de las sombras

escribo desde el silencio de la claridad de los esteros
atravesando atardeceres tibios de octubre

 escribo desde el silencio hueco del sol del membrillo
empujando el puyar de la cebolla

escribo desde el silencio del frío enerizo / fisgando
en las aberturas de las faldas de las retamas

escribo desde el silencio del roce desnudo de la espera
anunciando el refrescar de la mañana

 escribo desde el silencio gesto del vuelo del búho
advirtiéndole a la rama su intención de posarse

escribo desde el silencio cercano de la abubilla / posada
en las alas volanderas de las bardas del patio

escribo desde el silencio de la sombra del almendro nevado
por el derrame de la primavera

escribo desde el silencio abierto del soplo de aire
entrando por los postigos de las sombras

escribo desde el silencio mustio de las hojas del viento
dibujando barquitos de papel en los charcos

escribo desde el silencio desprestigiado de los pétalos
de las rosas / abiertos a la oscuridad

escribo desde el silencio indagador de la risa del pájaro
picoteando la luz del fango

escribo desde el silencio hueco derrame de la palabra
no se por qué cantan los pájaros
ni por qué tienen pintas en las plumas
a veces también ignoro de dónde proviene
la fiebre humana aniquiladora
tampoco entiendo el fervor por el ruido
de las sociedades desgastadas
pero ha empezado a llover y
las huellas andantes de los caracoles
se preparan para la fiesta

escribo desde el silencio del silbido mudo de los tordos
en la umbría de la higuera
mezclando los colores negros de las plumas
con los de la piel del higo
manchones de sombras en la claridad madura

escribo desde el silencio nervioso del rabo cortado
de la lagartija
la lagartija atropellada
sigue su camino
el rabo tiembla
en el sueño de los niños

escribo desde el silencio ardiente de las junqueras
al atardecer nos sentábamos
a contemplar el resplandor
de los juncos
al retirarse la llama
nos íbamos a la cama
con los ojos del silencio en ascua
cosas de criaturas

escribo desde el silencio embarrado de la tormenta
ha barrido
literalmente el vacío
triste y sin canto de pájaros
que acompañe
belleza dística de la nada

escribo desde el silencio hueco tinaja de barro
rezumando palabras al oído
del poyete
aljibe exterior en el vientre
del verano
frescura tácita

escribo desde el silencio suspendido en el aire del petirrojo
con las alas palpitando
ante el descubrimiento inesperado
de un enjambre de hormigas voladoras
a orillas de la besana

escribo desde el silencio pausado de los ánsares solitarios
ángeles abatidos por desviar el vuelo
de los límites
protegidos
como si el vuelo de los pájaros
tuviera marquillas en el aire

escribo desde el silencio de los ojos de la flor dística salobre
uno mira hacia la arena / otro hacia el fango
dos cantos en la misma rama
sombra y luz en el mismo verso

escribo desde el silencio que se escucha
no oíste
el rastro de las sombras
al roce del silencio en la piel
en el hueco de la chimenea

escribo desde el silencio de la luz del extrañamiento
hueco dístico que desconozco
piedra y silencio
temblar y sentir
sólo agua en tu boca

escribo desde el silencio dístico de las huellas de rocky
en la arena de la playa
huellas invisibles
que se hacen visibles en la humedad
de la pleamar y
desaparecen en el rebujo
de la última ola
para volver a aparecer en el hueco brasa
de una conchena
devuelta por mar

escribo desde el silencio que mira a través de los ojos del fango
cientos de ojos resuellan bajo el agua y
desde lo hondo del cieno
los ojos abrazan al fango

escribo desde el silencio de la frescura del higo abierto
al crepúsculo en tu boca
la cierras y el jazmín se vuelve triste y
mustio
la abres y florece la fruta de la extrañeza

escribo desde el silencio escalofrío de la lengua
que recorre los límites de mi piel


sin tu piel
a por tu piel
envuelta en mi sueño piel
versos que caminan
por lugares compartidos

escribo desde el silencio pozo aljibe abandonado por el derrame de la sal
los atardeceres con gaviotas vinieron más tarde

escribir desde el silencio poético transformador

escribir desde el silencio poético sencillamente intraducible



Eladio Orta. Ahinco. Ed. Amargord, 2015







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