LEY DE CONSERVACIÓN DEL MOMENTO de ANA PÉREZ CAÑAMARES -fragmentos- (III)

En política se habla mucho de lo imposible, pero nunca de lo verdaderamente importante: lo intolerable.

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No sé si todos los políticos son iguales, pero todos debiéramos ser iguales y políticos.

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Se puede votar para elegir amo; también se puede votar para elegir a quién me opongo.

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Mi voto no legitima el sistema; voto en defensa propia.

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Cada día el Capitalismo nos acosa con la pregunta: “¿Qué porcentaje de complicidad estás dispuesto a asumir por mí?”

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El sistema capitalista -al no dejarnos bajar de su eterno columpio, que va de de la frustración a la recompensa- se compincha con nuestra peor versión: la de niños malcriados que lo quieren todo y lo quieren ya.

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Nuestro verdadero ritmo vital es profundamente anticapitalista.

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Por qué lo llaman vacaciones cuando es libertad condicional.

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Esperamos el premio de la lotería como los antiguos imploraban los favores de un dios que ya sabían sanguinario.

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La utilidad es un concepto relativo: hoy me sentí muy útil dándole la vuelta a un escarabajo que se había quedado patas arriba.

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Momento trascendental en la vida de una persona: cuando decide si ha venido aquí a acumular o a compartir.

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La vida es eso que se ve desde la ventana de la oficina.

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Pobre del que después de tragarse una noticia no se pregunta: ¿quién quiere que engulla esto? ¿Por qué me lo trae masticadito hasta la boca? 

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Generar realidades mientras se lucha contra la Realidad.

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La belleza no sabe pelear, pero da razones para la lucha.



Ana Pérez Cañamares. Ley de conservación del momento. Ed. La isla de Siltolá. 2016