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miércoles, 14 de diciembre de 2016

SOÑÉ CON JUAN RAMÓN JIMÉNEZ



Soñé con Juan Ramón Jiménez.
Es el verano de 2016
y estoy en Moguer.
He ido hasta allí
atraído por las Voces del Extremo
a empaparme de poesía.
En mi sueño es de noche
tarde, muy tarde.
Voy andando por las calles
solitarias y silenciosas del pueblo.
No voy solo.
Me acompaña mi mujer.
Acabamos de salir
de la Peña del Cante Jondo
y vamos a dormir.
Oigo unos pasos a mi espalda
que se acercan hasta nosotros.
Es un hombre.
Al principio no soy capaz de ver
con claridad sus rasgos físicos.
Cuando se acerca, descubro que ese hombre
es Juan Ramón Jiménez.
Tiene su estatura
su peso
el color de su pelo
y su barba.
Viste con la elegancia
con la que solía vestir Juan Ramón.
Al principio pienso que aquella visión
que tengo ante mí es fruto del ron
ingerido durante la noche.
Estoy tan borracho, le digo a mi mujer,
que ahora mismo estoy viendo a Juan Ramón.
Ella ríe mi ocurrencia.
Pero Juan Ramón está allí
caminando junto a ella
y junto a mí
pobre poeta de medio pelo
por las calles nocturnas de su pueblo natal. 
Durante un buen rato vamos subiendo
por la calle que va a nuestra pensión.
El poeta a nuestro lado, en silencio.
Al llegar a la plaza mi mujer y yo
hacemos ademán de tomar la calle
que nos lleva a donde queremos ir.
Él toma el camino que lleva hasta su casa.
Antes de que desaparezca para siempre de mi sueño
me atrevo a hablar con él.
Maestro, dígame, por favor,
cuál es el secreto de lo poético.
Él me mira, con sorpresa,
como pensando
otro loco atrapado por las garras inexorables de la lírica,
y durante unos segundos parece estar pensando
y entonces, con ese acento andaluz
que es clavadito al del poeta Daniel Macías,
me responde
… poesía
desnuda, mía para siempre!
Y yo, aunque parezca mentira,
entiendo lo que él quiere decir. 



Rafael Calero Palma

2 comentarios:

  1. Entrañable manifestación poética de la que se nota que sale de dentro de los sentimientos y las emociones. Olé! por por tus palabras querido poeta y muy bien, yo las podría hacer mías en aquellos encuentros del 2005, Poesía y Ética, cuando por primera vez Antoñita y yo pisamos Moguer y entramos en el lugar de las largas tardes de poesía junto a los recuerdos de Zenovia y Juan Ramón. Si amigo tus versos me han emocionado de buena mañana, al traerme tantos entrañables recuerdos de Las Voces del Extremo. Gracias. Antonio Martínez i Ferrer

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  2. Querido Antonio, muchas gracias por tus palabras. No sabes cuánto me alegran, viniendo de quien vienen. Como dice Daniel Macías "Moguer es una puerta estelar que jrj dejó abierta en su patio para que nosotros entremos. Allí siempre somos lo desnudo y puro de todo este blabla."
    Salud

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