El almendro florido,
la luna arriba:
el año pasado
no te conocía.
la luna arriba:
el año pasado
no te conocía.
***
Sonámbula luna,
¿desde allá arriba,
todo esto de abajo
no te parece mentira?
¿desde allá arriba,
todo esto de abajo
no te parece mentira?
* * *
Baila, niña, baila,
y que se vea el caos
bajo tus faldas.
y que se vea el caos
bajo tus faldas.
***
La tierra helada:
la escarcha ha escrito
lo que yo pensaba.* * *Mariposa en el almendro:
yo no sé
si voy o si vengo.* * *Nieva que nieva,
se borró el camino
de la escuela.* * *Vuelves.
Sobre el monte quemado
llueve.***
Vuelve el columpio
vacío:
en el cielo,
otro angelito.
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Isabel,querida hermana, que la tierra te sea tan leve como la que cubre a Platero bajo el pino de Fuentepiña donde quisiste que te llevara para ver en tu cara la sonrisa cómplice de la niña que también así llegaba entonces a uno de sus paraísos de la infancia. Con gratitud por tu participación, tu generosidad y tu aliento a estas Voces del Extremo que te vieron recitar en patio de la casa de Juan Ramón, una tarde de sábado cuajado de estrellas y por tantas otras ocasiones en las que compartimos mesa y utopías rodeados de mariposas y luciérnagas.
Que la tierra le sea leve y la memoria fiel.
ResponderEliminarVIVES EN EL RECUERDO DE QUIENES TE QUISIERON Y TE LEYERON Y LEERÁN.
ResponderEliminarQúe privilegio tan grande, Isabel, haberte conocido, haber compartido las tertulias del Amor en La Aurora, las locuras, las risas, los recitales, un desfile de modas gamberro e irreverente, vestíamos de tunantas, de nocheras, de mujeres de armas tomar. Me regalaste un espejo de Venecia cuando me fugué para siempre con el pintor, con poemas detrás, escritos en la madera. El espejo se perdió en algún viaje mio por el mundo, y ahora tú has volado, cómo siempre quisiste, mariposa del aire, libre te quiso, libre te fuiste.
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