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jueves, 30 de noviembre de 2017

CALCULANDO EL PUNTO MEDIO



Calculando el punto medio
entre mi ombligo y la Luna
me encontré con un lugar vacío
desde donde podía contemplar
el pelícano muerto
cubierto de negro chapopote
a orillas de una playa
en otro tiempo añorada
por la tibieza de su arena
y la pureza de sus aguas
No pude hacer mucho
sino contemplar
aquel vacío
que nos deja esta vida
empeñada en el pedaleo inútil
en una caja de Skinner.
Lilith, abuela del mundo,
consuélame en tu regazo 
cantándome al oído
la antigua canción 
que resonó en el amanecer del mundo
Un nudo ceniciento me asesina, 
existe aquí, recóndito, profundo,
y no sé si me salvo o si me hundo
adentro de su maña repentina…
Ya tan poca, tan desesperanzada 
que cuando escucho la palabra nada
quedo apenas sobrando pues soy menos.[1]




Manuel Martínez Morales
Fotografía de Yasao Yamamoto

[1] Los versos en cursiva son de la poeta Clarilda Olivier

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