Si las cosas son intangibles … bien!
No es motivo para no desearlas ---
Qué tristes los caminos, si no existiera
La presencia de las estrellas
Mario Quintana
El día 29 de Enero de 2018, caminando
por la calle, la luz de la vía pública, de las tiendas y casas se fue. Y el cielo, por unos minutos, fue la
única realidad.
*
Porque se apagaron las
luces,
esas farolas exhaustas
que
ya no envuelven sueños a
la hora de cerrar los comercios
– y, oh mi vida!, que ya
ni tienen hora de cerrar los comercios -
porque se apagaron las
luces,
la oscuridad me devolvió
el cielo de la infancia;
pero no sólo me devolvió
el cielo de la infancia,
también el cielo de todas
las infancias
incluso la infancia del
mundo.
Porque se apagaron las
luces.
Porque se apagaron las
luces
durante un pequeño
instante,
durante un momento de
nada,
durante una
insignificante fracción del Tiempo,
porque se apagaron las
luces,
sólo porque se apagaron
las luces
Canis y El Carro
aparecieron
como resucitados,
elegantes en el desfile perpetuo
de los universos,
encendidos como llamas que
para siempre existieran
incluso en la oscuridad de las
oscuridades,
incluso en la búsqueda
antigua de las tierras que
prendían fuegos y
tempestades,
incluso en esa tiniebla
sesgada que no deja entrever nada
cuando muere la tarde y
las luces se encienden, las otras luces,
artificiales, frías,
púlsares de plástico,
quásares anodinos,
y los hombres regresan a
casa cansados y sin ojos,
cansados y sin llamas,
cansados de nada
trascendental y de formularios banales
donde llenan la
desilusión y el desencanto de los días iguales,
y de trabajos cansados
y de minerales vírgenes
traídos a la superficie
y de divinidades antiguas
y temor a las hipotecas
y de silencios del hogar
donde ya nada habita,
sin ojos sin ojos donde
destellen claridades,
donde se iluminen los
fuegos que iluminarán
las visiones de magos y
profetas
y se inflamarán los
sueños de quienes se encontraron a sí
mismos
en las más antiguas
hogueras del mundo,
y se iluminarán las
noches de Ibn Batuta y las de Livingstone,
y las horas de oscuridad
en las playas y en los confines
cuando éramos gruta y
árbol y baya y liana
y pasábamos la noche en
blanco sobre el granito austero
y el sueño era vago e
inesperado como un deshielo,
éste cielo que veíamos y
hoy ya no vemos,
éste mismo cielo que
sentíamos poderoso y hoy ya no sentimos,
cielo sobre nuestra tribu
y nuestra caverna y nuestra vida y
cielo, cielo, cielo que
hoy se disuelve en rutas
y
rumbos de apresurados
turistas,
no las noches en blanco
de Geoffrey de Blaie en los
perdidos desiertos que
preceden Trípoli
no el amor inmutable de
su Condesa,
no las noches que los
luceros otorgaban a Ulises en el remo
y a Circe en la playa y a
Calipso en la gruta,
gruta para siempre
gruta, fuego para siempre
fuego,
centelleante para
siempre,
para siempre,
para siempre porque se
apagaron las luces.
*
Porque se apagaron las
luces
ahora vemos claramente
vemos lo que jamás podríamos ver
si no por
ti Bob Kaufman
Allen in
Chestnut Street giving poetry to squares
Corso on
knees pleading, good eyes
buenos ojos, buenos de
verdad,
favorecidos por la
oscuridad que les devolvió a la vida antigua,
privilegiados por el
oscuro que los recondujo a lo Sublime
interminable,
a las cosas ocultas tan
bellas de antaño
como castillos elevados
en las altiplanicies
días pasados y noches
disipadas
sinfonías de planetas
donde todo y nada corrían de la mano
¡mira, mira! La Osa
Mayor!
Mira, mira, la Dama que
montaba las ciervas y viajaba por el cielo!
… ojos magníficos,
eternos,
ojos de las primeras
horas y de las primeras vidas
capaces de mirar por
encima y de ver lo que nadie veía
fragmentos de realidad
que son ya la propia realidad
ideas olvidadas en las
baladas del otoño
eternas barcarolas
volando
todos los abrazos de la
primavera
cielo que revolotea
cielo que se desvanece
sin nunca desvanecerse
cielo donde residen todos
los milagros
escuadrones de ángeles
perfilados, Sirius,
fuentes, orígenes, navío
incendiados
Polinésias de astros,
piratería antigua,
antigua marinería,
estrellas antiguas de
antiguas navegaciones,
Cruz del Sur al sol,
todo lo que se obtiene
por el sueño
y por las simples
observaciones de los montes y de las aguas,
todo lo que no se obtiene
por la ganancia, por el lucro, por la
esclavitud,
todo lo que no se obtiene
por la especulación, por la usura,
porque tu lo sabías,
viejo áspero
with usura
hath no man a house of good stone
hath no man
a painted paradise on his church wall
seeth no
man Gonzaga his heirs and his concubines
no picture
is made to endure nor to live with
no man can
find site for his dwelling
tú lo
sabías
stone
cutter is kept from his stone
weaver is
kept from his loom
wool comes
not to market
sheep
bringeth no gain with usura
usura
blunteth the needle in the the maid's hand
and
stoppeth the spinner's cunning.
Y nadie vino de la usura
ni Pietro Lombardo ni
Duccio ni
Piero della Francesca ni
Zuan Bellin' nor was "La Callunia"
[painted.
Nada, nadie.
Came not by
usura Angelico; came not Ambrogio Praedis,
No church
of cut stone signed: Adamo me fecit.
Usura
slayeth the child in the womb
It stayeth
the young man's courting
It hath
brought palsey to bed, lyeth
between the
young bride and her bridegroom
y ningún dintel de oro
nos da el destino que soñábamos
ni siquiera la formidable
emoción cósmica de una luna llena
y la sorpresa de un
cometa audaz
y ninguna ambición nos
muestra las estrellas que están más allá
[de la vista
y la visión que seguro
habrá más allá de todas las estrellas
y ninguna codicia surca
con las naves del cielo entre paraderos
[remotos
lugares allá donde
duermen todos los sueños que tuvimos un día
y
que un día se fueron
no sabemos dónde ni para
dónde
ni porqué, si eran tan
bellos
ni porqué nunca, jamás,
volverán
Escorpión, Aries,
satélites de satélites,
el ardiente Toro, el
celeste toro, el manso toro
Ibn Majid sin dormir al
timón de las carabelas de Gama,
y yo aquí mudo.
Yo aquí mudo ante la
perfección de Todo.
Fernando Cabrita. Porque se apagaron las luces. Ed. Las hojas del baobad. 18. Stabile & Studillo, Editores. 2018
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