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martes, 5 de marzo de 2019

3 poemas de VIEJOS de TIRSO PRISCILO VALLECILLOS




Silencio


Cuando murió papá
dormí contigo durante diez días
yo tenía veintiséis años
a veces hablabas en sueños
lo nombrabas
otras, ni siquiera escuchaba tu respiración
entonces te zarandeaba para comprobar que estabas viva

miedo
páNICO
TERROR
a
l

s
i
l
e
n
c
i
o


***



La tregua


Acaba de acostarse
la puerta de la habitación está entornada
me dice que no se encuentra bien
pienso en el enfado de esta tarde
me pregunta por sus pastillas
intenta levantarse
la ayudo a que se incorpore
una a una las pongo en sus labios
dice que tiene frío
le traigo una de mis mantas
y miento al decir que no la necesito
(tiene que estar mal porque acepta la mentira).

La arropo
al verla arrugada a los pliegues de la cama
entiendo su vulnerabilidad
me acerco sin miedo y la ataco:
ametrallo su mejilla con besos sonoros
ella despliega una risa infantil y contagiosa.

Hoy dormiremos tranquilos:
el enemigo nos ha dado una tregua.


***


Lloran perros


A Francisca Noguerol

Fuiste tú quien me dijo
que cuando de noche lloran perros
es porque alguien ha muerto,
que el pan no se puede poner bocabajo
porque la mala suerte se te echa encima,
y que tirar las uñas al fuego
podía hacerme enloquecer...

Una mañana llamaste temprano
para saber si ese día iba a utilizar el coche
e inmediatamente te pusiste a llorar.
Entre sonidos ininteligibles conseguí entender
que habías soñado mi muerte.
Tú ya sabías —aunque fuera en sueños—
lo que era perder a uno de tus cuatro hijos:
que papá trabajaba todavía en la azucarera
que mataron a unos chicos que venían de una boda
al confundirlos con dos de ETA,
y que soñaste que uno de ellos era mi hermano
que había ido a Madrid a un concierto...
Me impresionó escucharte llorar como una niña.

No pude decirte que yo apenas puedo pensar tu muerte
que ya escribí Casa domótica para no tener que hacerlo nunca
que sé que está escrito que sucederá
que sé lo de tirar las uñas al fuego
que sé que el pan no se puede poner bocabajo
que cumplo tus normas por miedo a que me faltes
y casi prefiero —antes por mí, que por ti—
que seas tú la que escuche llorar perros:
que en mi mundo hay una única verdad
y, al menos, tu tienes cuatro.


Tirso Priscilo Vallecillos. Viejos. Ed. Huerga & Fierro, 2019.

2 comentarios:

  1. Todo está en silencio, pero todo cuanto amamos está.
    Es la ausencia de todo cuanto amamos la que genera silencio tan doloroso.

    El espanto de pensar la tregua combatido a besos al borde del abismo. Más vale morir con los besos puestos que con las botas.

    Sencillos y tremendos poemas.

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