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domingo, 17 de noviembre de 2019

Fragmento de mapa emocional




Y cada equis tiempo,
por una razón u otra,
la visita ritual a la colina de Primrose Hill
y, de paso, a Chalcot Square, a la casa donde solían vivir
cuando eran estudiantes
y el tiempo apenas les había rozado.

Y en los últimos años, cuando hay amigos que vienen a Londres
y duermen en su sofá cama tras patearse la ciudad,
una de las noches los llevan a dar una vuelta por los alrededores,
que incluye Abbey Road, y cruzar a zancadas el famoso paso de cebra,
y la visita ritual es el destino del tour nocturno.

Y cuando suben por el césped húmedo a la cima de Primrose Hill
les muestran la impresionante vista panorámica de casi 360 grados,
y con el dedo nombran diferentes edificios, y resumen sus historias,
y la silueta de la ciudad va cambiando,
y el skyline iluminado va acogiendo más mensajes y luces,
y últimamente ha brotado una serie de grúas de construcción
que en la noche se revisten de luz roja, haciendo resaltar
el boom inmobiliario.

Y ella siempre les lee con una sonrisa la inscripción grabada
en un amplio bordillo curvado de una cita de William Blake:
I have conversed with the spiritual Sun. I saw him on Primrose Hill,
y es un momento mágico.
Y también les cuentan que, cerca de aquí, cavaron una pequeña fosa,
y enterraron a su hámster, Orlando,
y que, en La guerra de los mundos, H. G. Wells eligió esta colina
para el último aterrizaje de los marcianos.
Y, en la última visita, apuntan a la Torre BT,
uno de los edificios más emblemáticos,
y añaden unas líneas nuevas a la narrativa:
cuando murió Bowie,
su pantalla electrónica giratoria
emitió tristísima en letras mayúsculas luminosas blancas:
DESCANSA EN PAZ, DAVID BOWIE.

Y siempre suelen, de paso, mostrarles la casa donde vivieron,
y les cuentan que, al lado, en esta casa de aquí, vivió Silvia Plath.
Y no, en esta casa no fue donde se suicidó:
esta es la casa donde vivió.
Se suicidó en una calle por aquí cerca, Fitzroy Road,
en la casa donde había vivido William Butler Yeats.
Y antes no estaba la placa azul circular de Patrimonio Inglés:
la deben de haber puesto hace poco.
Y enfrente de nuestra casa vivía un capitán de barco
que tenía un Cadillac descapotable y un dálmata
que solía viajar erguido en la parte de atrás.

Y los amigos vuelven a sus respectivos países
llenos de historias, y dentro de esas historias,
están insertas las historias de sus amigos,
que también contienen historias de otros.
Y todo es flujo y todo cambia,
y, por una razón u otra,
cada equis tiempo, la visita ritual.


Susana Medina. EStreets Where to Walk Is to Embark: Spanish Poets in London (1811-2018) de Eduardo Moga(Redactor), Terence Dooley (Traductor). Edt.  

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