Páginas

lunes, 6 de enero de 2020

3 poemas de BEGOÑA ABAD




Quien me quiso castrar
se encontró con un imposible
y sacó de mí un dolorido grito.
Encerrados los sentidos
comenzaron a doblarse
como tallo de flor que le faltara el agua.
Pero había nacido mujer
y el agua brotó
manantial adentro de mi vientre
y se vertió a la vida
y caminó por ella
y eligió la risa y el abrazo
y el pelo rojo y desenvuelto al aire
y en los ojos, los pechos, y los muslos
se instaló el gozo de la nada
que cada día iba manando,
a cada paso.
La nada de alzarme sobre los pies desnudos
y llegarme a las estrellas
a escuchar su melodía.
La nada de mirar que amanece
en todas las miradas
incluso en la de  los castradores
y la de los verdugos.
La nada prodigiosa de palmearme el corazón
y explicarle que soy feliz por nada,
o porque huele a heno,
o a canela,
o a sudor si me has amado largo.



***



Brava en batallas
como potranca sin doblegar
me nacieron
a los mil años de haberme nacido antes.
Y me nacieron, esta vez,
de madre tierra, virgen, natural.
Y tuve que sacarme los terrones,  de los ojos,
que me habían metido a puñados
donde antes estuve.
Me destapé la boca
que me habían tapiado
como en barro amargo.
Moví los brazos y ya me salió un baile.
y me salió también la risa
como primer grito, esta vez.
Y los ojos, de tanto mirar,
me lloraban de gozo
y la palabra que aprendí primero
fue: libre,
que nadie sabía antes.
Tuve que explicarla
a todos los que andaban
con los ojos y la boca tapiados
como yo anduve.
Me ayudé de los dedos,
de las uñas a veces,
y de los mismos dientes,
para vaciarles del miedo,
y aprendí la segunda palabra:
Amor,
que tampoco sabía nadie.
Abrí así una escuela de amor
para borrar las palabras con las que nos criaron
y decidimos negarnos a pronunciar:
esclavo, soledad, pena,
hambre, pobreza, incultura,
rencor, envidia, censura,
mentira, dolor.
Fue allí donde nació poema,
derecho, hermano
deseo, y donde la escarcha
se olvidó de caer.


***


Los lamentos del pueblo
el dolor de la gente que sufre
no suelen tener rima fácil,
de hecho es un sonido poco agradable
para el paladar exquisito.
Suena como la leña al quebrarse
bajo la pisada poderosa.
Sin embargo es ahí donde la poesía
debería buscar sus tesoros, pienso.
Pero, claro, yo qué voy a decir
sentada en un lugar donde nunca hay sol
y mirando a la pared tantas horas…






Poemas de Begoña Abad en: José María García Linares. 'Nacer para aprender, volar para vivir. Un acercamiento a la poesía de Begoña Abad'. Ed. Pregunta. 2019



2 comentarios:

  1. Enamorada de tu poesía Begoña, desde el primer instante; soy de las que no entiende la poesía, más la siente....gracias Begoña por ésos momentos!

    ResponderEliminar