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viernes, 14 de agosto de 2020

ESTÁBAMOS MEZCLANDO ALCOHOL Y COCAÍNA



Estábamos mezclando alcohol y cocaína porque nuestros amigos enfermaban
y se morían
como ocurrió antes con padres, abuelas, vecinos
como ocurrió antes con los ancianos del barrio
los que poblaban los bancos de madera al lado del contenedor de basura y pelaban pipas con la dedicación de los orfebres
todo aquello del incendio interior la autodestrucción las noches llenas de lagunas los gritos también las carcajadas rompiendo mandíbulas los secretos en voz baja dentro del cuarto de baño la música altísima las ventanillas del coche bajadas los vasos rotos por el suelo la necesidad de besar otros cuerpos sin importar edades ideologías ni siquiera rostros bonitos a la luz de la luna todo aquello del incendio interior
sucedía
ahora lo sé
por la cercana presencia de la muerte y el pensamiento constante de sabernos fantasmas en un mundo de ausencias
en un sistema donde ninguna sobreviviría
así que por lo menos
por lo menos
estábamos dejando que la cabeza volase hacia otros lugares donde por momentos dejábamos de ser hijos de la precariedad el desconsuelo herederos de todas las barreras y las lamentaciones estábamos mezclando alcohol y cocaína en el maletero de un coche azul oscuro cuando alguien dijo
mañana me dan los resultados de la biopsia
pienso llegar sin dormir




Ángela Martínez-Fernández. Huracanes en la periferia 

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