23 F
Una
noche de invierno,
abrigado
en la llama del sexo adolescente
rompí
mi castidad entre sus piernas.
Señalamos
la fecha
que
durante unos años
fue
el cómplice secreto
de
nuestro calendario personal,
sólo
en la intimidad,
un
número, sin más, del mes más corto.
Luego
llegó Tejero, no sé si lo hizo adrede,
tengo
serias sospechas
de
que tomó el Congreso para joderme el día
y
la celebración.
Exilio
Como
quien llega a un mar que no conoce,
más
allá de vestigios y de patrias,
y
escucha, devastado, los suspiros -los suyos-
la
realidad ahogada de su respiración,
como
quien llega
a
ciegas y sin guía hasta el atardecer
y
abandona las huellas del camino.
Como
quien nada sabe y se detiene
en
medio de otra tierra para olvidar
aquello
que dejó, las voces, las palabras,
las
promesas, las horas,
y
escucha,
solo,
en la persistencia de vivir
la
agonía de un tiempo
que no le pertenece.
El nombre exacto
Tal
vez era eso mismo lo que quiso decir
cuando
habló del poema
y
del exacto nombre de las cosas:
el
exacto nombre de las cosas…
¿Dónde
está la respuesta?
La
inteligencia duerme
doblegada
de amor y de deseo,
consumida
en versiones de la noche
y
de su propio yo que la retiene.
Fluye
el tiempo a través de dimensiones
percibidas
apenas en esta realidad,
fluyen
otros caudales siguiendo
las
corrientes de lo eterno.
Y
nosotros, vencidos en la muerte,
buscamos
entender nuestras fronteras.
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