Páginas

jueves, 20 de mayo de 2021

Piel animal y otras erecciones

 


Anoche soñé que Allen Ginsberg cenaba en casa

yo vivía con mis padres en Sasso Marconi

un pueblo de la Emilia Romagna al norte de Italia,

en una pequeña habitación un colchón en el suelo

plantas, vinilos y libros desordenados.

Allen sonreía como si todo lo supiera, pasado y futuro

los muertos tienen ese don,

hablamos de poesía y naturaleza

del cambio climático y la importancia de la respiración

para recitar poemas y construir visiones.

Yo le mostraba todos sus libros en español

por si desconocía alguna traducción, y me advertía

en rigurosa primicia sobre la inminente aparición

de Piel animal y otras erecciones, su libro inédito.

Había mariposas de papel firmadas por Ginsberg

te harías rico con esto, exclamaba irónico y añadía

pero solo los niños hacen mariposas con el dinero.

También había una estera de juncos en el suelo

donde Peter Orlovsky jugaba con Kika

y escuchábamos música de Muddy Waters, de Nirvana

y olía a pastel de mazana recién horneado

y el sabor a moca estremecía los labios.

Yo tenía cinco, o quince o veinte años y tu me veías crecer,

luego entró mi madre y dejó la bandeja sobre la mesa

Allen con un tocado indio danzaba alrededor de la tarta

invocando la lluvia y el espíritu del amor universal

y tu reías a carcajadas como ríen las aguas

cuando bajan entre riscos

y había paz en las calles y los campos florecían,

pero una corriente de aire cerró de la puerta

y de pronto amaneció.

 


Uberto Stabile


 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario