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jueves, 6 de mayo de 2021

Poema de rodillas



Mi madre me enseñaba a fregar de rodillas,

La línea que separaba nuestro suelo del vecino,

Recta, marcada, más blanca la madera, que se note que somos

Las que mejor fregamos, de rodillas. 

Las monjas me enseñaban a rezar de rodillas, a confesar de rodillas

Y de rodillas los castigos que sanan, eso decían.

Los hombres querían que fuera de rodillas por sus normas,

De rodillas pidiendo su permiso 

De rodillas en el trabajo, no fueras a perderlo, me avisaban

De rodillas pidiendo mis derechos.

De rodillas escribiendo en el templo de las palabras

Siempre creyendo que el mundo era el alto muro de un cementerio.

A nadie puede extrañarle que cuando conseguí ponerme en pie

y mirarlo cara a cara

no pudiera contener mi alegría 

viendo lo alta que yo era en realidad.

 

 

Begoña Abad. Madre. Ed. Pregunta, 2021



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