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lunes, 7 de junio de 2021

4 poemas de ANTROPOFAGIA POÉTICA 2 de MAG MÁRQUEZ


 

 

LOBO 

 

Despiertas ansioso  

por engordar ciénagas, 

cavar fosas abisales, 

alzar invernaderos dantescos 

donde germina la flor de la barbarie. 

 

Adoras el destierro de la sangre, 

el sádico despiece de la carne, 

corte tras corte, 

vida tras vida. 

 

Disfrutas devorando  

tendones, cartílagos y vísceras. 

Por más que vistas de Gucci, 

de Versace o de Armani, 

para ti no tienen 

nombre ni identidad  

tan sólo son kilos de carne,  

abierta en canal. 

 

Te llamas Morgan, Goldman, 

Rothschild, Rockefeller, 

Lehman Brothers, Bilderberg, 

y otros tantos nombres 

pero eres el mismo carnicero, 

el mismo verdugo,  

y eres crisis y especulación, 

extorsión y pandemia

y guerra  

y hambre. 

 

Nada te excita más 

que erigirte exultante 

sobre una montaña de despojos, 

las manos

sepultadas en sangre, 

los ojos, yermos,  

encendidos en brasas 

y el vientre,  

reventado de codicia. 

 

 

 

 

 

 

 

 

CONCESIONES 

Primero fueron a por nosotros, 

ahora nosotros no sabemos dónde ir sin ellos 

 

Asienta la cabeza, ya no eres un crío, 

déjate de birras, déjate de porros  

y corta ya la fiesta, ¡que la vas a cagar! 

 

Sácate otro título, vete al extranjero, 

trabaja en un MacDonald's, 

gana cuatro chavos, vuelve sin un duro 

y ponte la chaqueta, ¡que te vas a enfriar!  

 

Vístete a la moda, luce morenito, 

come verdurita, depílate las cejas, 

baja unos kilitos, súbete las nalgas, 

corre por el parque, corre por el metro, 

corre por el perro, mira que no llegas, 

no te alejes tanto, ¡súbete las mangas! 

 

No adelgaces tanto, eres puro hueso, 

toma vitaminas, toma proteínas, 

toma cocaína, toma anfetaminas, 

y mucho ojito, ¡que te vas a enganchar! 

 

Cómprate un pisito, busca una pareja, 

ve a por el niño, ve a por la niña, 

sacúdete las migas, recoge las migajas, 

friega tus camisas, plánchate los platos, 

no vaciles tanto, ¡que te vas a quemar! 

 

Sálvate a diario, exhíbete en el Facebook, 

liga por el WhatsApp, folla con Badoo, 

participa en un reality, mastúrbate con el selfi, 

mastúrbate con el selfi, ¡salta del armario!  

 

Mastica bien la carne, bebe desnatada, 

conserva tu trabajo, conserva tu familia,  

vuela con nosotros, marcha de crucero,  

suénate los mocos, apúrate la copa, 

y ¡huye de los libros! 

 

Vigila tu cartera, no te dejes nada, 

cuida de tus hijos, vela por tus padres, 

piensa en el mañana, compra preferentes, 

invierte en tu sepelio, dona tus pulmones, 

no te estreses tanto, toma pastillitas, 

deja de quejarte, piensa en positivo, 

¡tienes que votar! 

 

 

Asienta la cabeza, métete en la cama, 

persigue nuestros sueños, 

sigue nuestras normas, 

date por vencido, 

date por vencido 

y a dormir… 



NO TODO VA  A SER VOTAR 



No todo va a ser votar,

no todo va a ser votar,

también habrá que tomar un vermut y una tapa, 

viajar a Andorra, a Bruselas o las Islas Caimán 

y depositar la pasta en paraísos fiscales con asiduidad. 



Y es que no todo va a ser votar, 

también habrá que perpetrar selfis a destajo, 

escribir tuits sobre la actualidad 

y terminar enchironado por opinar.  



No todo va a ser votar, 

también habrá que hacer como Millet, 

Urdangarin, o Bárcenas, 

ser condenado por lo penal y  

celebrar año tras año en la calle 

como si ná. 



No todo va a ser votar, 

también habrá que ver fútbol

y celebrar los goles hasta delirar,

adornar los balcones con banderitas

y reclamar más democracia 

o más orden y autoridad. 



Pero no todo va a ser votar, 

también habrá que fumar un cigarrillo,

después de comer 

y otro después de follar, 

y seguir pagando la hipoteca 

a la banca cívica o mejor a la obra social. 



Y habrá que practicar yoga para el estrés 

y pilates y spinning para el estrés, 

y masticar diazepanes como panes para el estrés 

y adquirir un móvil con más prestaciones, 

un ordenador con más prestaciones, 

un televisor con más prestaciones, 

una pareja con más prestaciones 

y hasta una taza de váter con más prestaciones 

para cagar en tres dimensiones  

con sonido dolby digital surround

y cuarenta cañones de luz enfocando un mojón. 



Y es que no todo va a ser votar, 

yo voté el mes pasado 

por una democracia sin par 

y me llevé un buen mantecado, 

lo recuerdo algo tocado, 

pero sin dramatizar:



¡No todo va a ser votar!

 


CORTE INGLÉS 

 

Si alguien me preguntara sin maldad, 

para ser feliz ¿qué necesitas de verdad? 

¿una modelo, un Ferrari, un chalet?, 

yo le respondería sin vacilar: 

 

Yo, yo para ser feliz, 

necesito ir al Corte Inglés 

y nada más. 

 

Sí, al Corte Inglés, 

con mi tarjeta Mastercard, Visa Classic o American Express 

y recorrerlo sin estrés 

desde la planta 0 hasta la planta 10, 

planta joven, planta hombre, planta mujer, 

planta niño, planta bebé, planta menaje del hogar, 

planta jardinería y hasta el hogar del gourmet. 

 

 

Si por un casual 

encontrara una lámpara maravillosa 

y un genio me preguntara, ¿amo qué desea usted? 

¿un jet privado, una mansión, un harén? 

yo le contestaría de inmediato: 

 

Yo para ser feliz 

tan sólo quiero estar en el Corte Inglés, 

perderme entre colonias, camisas y batas de boatiné, 

probarme gafas de D&G, trajes de Emilio Tucci, 

niquis de Lacoste y vestidos de prêt-à-porter. 

 

Si por fortuna me tocara un viaje, y me dijeran 

¿dónde querría marcharse usted? 

¿a las Maldivas, a la Polinesia, a Bangladesh?. 

A mí, si me queréis hacer feliz 

dejaros de hostias y llevarme al Corte Inglés. 

 

Para vivir la primavera en diciembre, 

las rebajas en julio, y en enero también 

y disfrutar una semana fantástica 

y comprar sin preocuparme si lo tendré que devolver. 

(ya lo sabe, si no se encuentra satisfecho 

le devolvemos su dinero). 

 

Y tomar el aire acondicionado en verano 

y en invierno calentarme los pies 

y utilizar sus probadores 

y que me atiendan tan bien 

(¿en qué le puedo ayudar?, ¿necesita algo?, 

¿qué puedo hacer por usted?). 

 

Y conocer la mujer de mi vida

y tener hijos y verlos crecer

y celebrar mi aniversario año tras año, 

hasta jubilarme y disfrutar de mi vejez 

y cuando me llegue la hora de morir, 

si he de morir, 

que me entierren en el Corte Inglés.  



 Mag Márquez. Antropofagia poética 2. Edicións Malcrías d'Agràcia. 2021

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