Va mi madre
a los remos, sin pedir
auxilio.
Es toda
mi geografía.
***
Me hago de avispas,
muerdo a los pájaros y sus almenas abalanzan el sol
mientras caigo de nuevo.
Ícaro vuelve a trabajar en la mina. Suda
por sus hijas
llenas de puentes vacíos, no hay quién
en este cielo espere una gota de más
que sea futuro.
Me he hecho de alas que, en los basureros,
encontraron disfraces para las mordeduras,
insectos clavados en los aludes,
anocheceres rápidos,
viejas mañanas donde elegir
entre lo yermo y lo negro de mi cuerpo.
Si pudiera arrepentirme.
Si pudiera escoger
de nuevo el animal, sería ambulancia.
Azahara Palomeque. En la ceniza blanca de las encías. Ed. La isla de Siltolá, 2017
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