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viernes, 26 de agosto de 2022

2 poemas de DA IGUAL CUANDO LEAS ESTO de ALBERTO PRIETO


 


VIDA

 

Está muriendo la muerte que todos mueren.

(Lawrence Ferlinguetti)

 

La vida se ha empeñado en decirse a sí misma

«así es la vida».

La vida ha dejado de reconocerse mientras ocurre.

Se ha aventurado a morir

sin desvivirse demasiado.

Se comporta de un modo extraño.

Unas veces es y otras

la duda razonable de los otros.

Va y viene con holters y taquicardias.

Va rápido con aquello

que debe digerirse despacio

«slow food» lo llaman—.

Un nuevo estilo de vida.

Se llama y siempre comunica.

La vida se ha dejado a sí misma en visto.

La vida no es «la vida».

Es la de algunos, los que viven,

los que hablan de una vida

que acaba de empezar que, en definitiva,

acabará antes de lo que imaginan.

La vida es este poema

plagado de moralinas baratas,

de vidas a un euro invertidas en lo ajeno.

La vida que transita sin vida.

Para muchos la buena

es la de los gatos con siete vidas.

Siete reinicias y seis «games over».

La vida no es capaz de adivinarse,

porque nunca vive lo suficiente.

Muere viva pocas veces,

y vive el doble cerca de la muerte.

La vida se queja de la vida,

lee libros de «autovida»,

va a terapia de «psicovida»

y viaja para convertirse en «live».

Así es la vida, compra su billete de ida

y luego busca su billete de vuelta a la vida.

Es recíproca por naturaleza,

es lo que quiere, verse a sí misma no viviendo,

para justificarse,

darse palmaditas en su vida y vivir para contarlo.

—seguro que acabas de tener un dejavù

La vida es esa que fuiste ayer,

solo una llamada de emergencia,

esa que nunca te devolverá el libro que prestaste,

esa que te hace publicar autohilos.

La vida es ese túnel al final de la luz,

la que se hace pasar por ti para descubrirse;

esa que pasa mientras

pierdes el tiempo escribiendo,

la que te resuelve problemas

antes de que los formules,

la que te cobra el alquiler por adelantado

como si fueras a morir en otra vida.

No te escondas.

La vida sabe lo tuyo con tu vida;

la vida es tu única vida extra,

la vida es esa y todas esas,

es de lo que no hay.

Esa que no habla de otras vidas

porque cree en su más allá;

porque no sabe qué hacer con su vida.

Esa que te sorprende caminando entre dinosaurios

y no te pregunta por el origen de la vida.

Viene de camino

y de camino va al mismo tiempo.

La vida se va siendo lo que no es,

porque se niega a escribir unos versos

sobre su muerte.

A estas alturas de tu vida,

pensarás que he repetido demasiadas veces

«la vida»

y ya va siendo hora de que la vida piense

que tú eres irrepetible.

Como diría Groucho:

 

«Tengo la intención de vivir

para siempre o morir intentándolo».


 ***


HACER POR HACER

 

¿Qué por qué estaba yo con esa mujer?

Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú.

(Groucho Marx)

 

Me estoy haciendo de ella.

Me estoy haciendo de ruido y eco,

de cuerpo y metáfora de todas las voces.

Me estoy haciendo de interior y de isla,

de brisa a ciegas,

de rompeolas y hostias sin misa;

de piedra y silencio solo a veces.

Y no sé bien lo que estoy haciendo;

si la arena o la roca,

si el asfalto o el agua.

Me estoy haciendo deriva sin prisa.

Azar haciendo.

Contradicción inútil.

Me sigo haciendo fragmento

algo de nada, ceniza, volátil.

Me estoy haciendo recuerdo.

Y me debo el sueño despierto,

la pesadilla del muerto,

la estampida del humo.

Me estoy haciendo irrespirable y alérgico,

psicópata del amuleto,

superstición del miedo,

la cura del tuerto.

He decidido deshacerme, pero no puedo,

porque aún me sigues haciendo.


 Alberto Prieto. Da igual cuando leas esto. Ed. Olélibros, 2022

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