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sábado, 7 de enero de 2023

8 poemas de ANTOLOGÍA BILATERAL de ANTONIO SANTOS BARRANCA

 


 

EL VALENCIANO

 

En mi primera noche vivida en el Levante, tierra del euro,

en retiro hacia la Aurora dice Ovidio,

forastero que soy de mi cuna,

frente por frente a Grecia y su legado,

una voz temerosa me confesó el secreto

de su miedo con cicatrices.

Un viejo dijo en voz muy baja

mientras con el rabillo del ojo buscaba esbirros grises

També aquesta és la teva terra, bé estaràs.

Me senté junto al taburete del bar sin luces,

le invité a una cerveza rubia como mi acompañante

la rusa fugitiva o la vikinga sin piel ni frío

y dije:

Conozco de tu tierra a Ausiàs March

Qui no és trist, de mos dictats no cur,

cantor de hembras reales no Beatrices ni Lauras,

y a su cuñado el duelista Martorell inmenso

creador de la primera novela del mundo,

ells mostren tenir temor de nosaltres 

y recuerda nosaltres tal como creo que debe.

El viejo sonrió.

No nos descendieron del cielo lenguas de fuego ardiente,

ni la Tierra menguó ni hubo fronteras,

ni importó ni un bostezo hacer calor o frío.

Era una tarde en Ruzafa, Valencia, España, Europa,

el Mundo.

Relojes daban horas diferentes

pero el Sol era el mismo.

 

 

CVII

 

TODO EN ORDEN

 

La golondrina tiene memoria de elefante

y ha regresado alegre con ganas de trabajar,

la tórtola rehace el nido deshecho de su madre

y el gato se ha salvado,

llueve lo necesario,

todo está perfecto y en orden muy correcto,

y encima hoy no sé qué día

puede ser este día en el que todo está en orden

decoroso

y no hace falta señalarlo en el calendario

con colores.

Todo está bien.

El perro ya está bien de su pata rota en dos

y el libre gorrión vuela muy bien,

el amigo está bien

de su tristeza de la novia huida con otro,

la familia está bien de su falta de noticias,

el jardín que se secaba se ha mojado y está bien,

los libros que he cerrado están muy bien,

los abiertos están bien también,

la librería que esconde lo que llega de ultramar funciona bien,

el periodista de la puerta de enfrente duerme ahora

y está bien,

el portero reparte las cartas de los requerimientos

y está bien,

el ficus verde de la entrada está muy bien,

el comedor de la plaza a tres calles está bien,

la ensaladilla nacional vuelve a llamarse rusa y está bien,

los árboles del jardín de la alameda se han curado

y están bien,

la estatua del fusilado en su guerra está muy bien,

los coches son 600 y alguno 1200 pero circulan bien,

la radio lanza noticias de que todo está bien,

el lápiz de dos puntas está bien

y marca azul o rojo pero colorado suena bien,

el cuaderno de notas está bien,

mi rodilla hoy está tirando a bien,

mi ojo que no descansa busca ninfas lejanas y ve bien,

las macetas de geranios están bien,

el vino tinto o blanco y la cerveza con lúpulo están bien,

la horchata sabe bien,

las paredes blanqueadas con estuco están bien,

los cuadros parecen feos pero están bien,

la nuca dolorida hoy está bien,

las manos con las uñas astilladas están bien,

el corazón descansado late bien,

el hígado está bien,

los isquiotibiales y las glándulas de Cowper están bien,

el esternocleidomastoideo gira bien,

el pene predispuesto sigue logarítmicamente muy bien,

el esperma está bien,

los orgasmos incomensurablemente misteriosos están bien,

el termómetro marca una cifra bien,

los ventanales están bien,

el suelo limpio y fresco se mantiene bien,

el espejo de los reproches está bien,

el agua sabe bien,

las cajas con las hostias panaderas llegan bien,

la vecina del balcón de al lado está mejor que bien,

los titulares de la prensa están muy bien,

los mineros regresan a la mina bien,

el superbombardero atómico no está dañado bien,

el verdugo ha cumplido la sentencia bien

porque el garrote vil funcionó bien,

los veinte obispos juntos cantaron la misa bien,

los señores marqueses se confesaron bien,

el notario certificó las hipotecas bien,

las fábricas de armamento han trabajado bien,

el gobernador civil de la provincia ha sesteado bien,

el desfile con música y con cabra estuvo bien,

los niños de la escuela están todos muy bien,

tres por siete veintiuno está bastante bien,

España una, grande y libre está siempre muy bien,

la raza tiene fiesta y eso es mejor que bien,

la esposa plancha la camisa nueva y es por hacer bien

con la pata quebrada y en la casa como supremo bien,

la cárcel está llena pero bien

y la calle vaciada de protestas, cosa bien,

los estudiantes son solo estudiantillos con corbata bien,

hasta el aire huele a incienso suficientemente bien.

¡Qué afortunado tiempo bien!

¡Qué donaire en los cuerpos, qué alegría el estar bien!

Repican cien campanas,

todo bien.

Amemos si podemos y si no también.

 

 

CVIII

 

POESÍA EN TIEMPOS DE GRISES

 

Estuviste atada una mañana a mí por ir a comprar libros

en Studio       

y una tarde por correr

detrás de mí, que caminaba como un inocente

—si es posible ser inocente

en una España de miedos—,

y fuiste novia una noche hasta la madrugada

porque a las seis te esperaba un tren.

¡Qué truenos hubo

qué tormenta que limpió las calles de verdugos!

Nos encerramos para comparar tus libros con los míos,

Madame Bobary contra mi Blancanieves,

Rayuela de Cortázar contra La campana de cristal de Plath,

La peste contra Los Cantos,

y dijiste que no te gusta leer poesía.

A mí tampoco, te acepté

como un alacrán enamorado de repente

de la rana,

y te desnudé como desnudan los cofrades

a la virgen,

aunque tu tronco era más bello y tus caderas no eran candelero

de madera

carcoma de mañana.

Te hice el amor, que es frase, no otra cosa,

el amor no se hace, se concede,

y cuando se da siempre tiene recompensa.

Y vi tus curvas,

ondas de juventud,

olas de vientre, senderos hacia abismos,

y era tu abismo

eso,

poema.

¿Existe algo más bello que este calor de invierno

y esta lluvia

y nuestro burlar silbatos de los grises

y estar ahora contigo oyendo el viento?

preguntaste.

Poesía es entonces esto,

y eres tú, me dijiste, no hace falta leerla.



A ELLA

 

Le he dado mi corazón a una mujer lejana.

Se pondría en mis manos. ¿Quién lo hubiera creído?

Entre la huerta verde, una amapola

nace solitaria como un sueño escondido.

 

Tantas muchachas bellas como junto a mí rondan

no tuvieron virtud para darme consuelo

como lo da el ensueño, porque el hombre no llora

con ojos, llora el sexo, y es triste llorar solo.

 

Que se enteren por fin las amantes y amigas:

Este de aquí no es ángel ni es promesa ni es hoy.

Si tenían de mí una imagen ficticia,

es un retrato fiel el que ahora les ofrezco.

 

Me enamoré sin ver y sin besar siquiera

de una mujer de carne que comprendió mi arrullo,

y que se llama con nombre de primera

en mi alfabeto de aclarar las cosas.

 

No quiero más ficciones en torno de mi vida.

El carnaval duró ya mucho tiempo.

Como sé que os angustia que os enseñe la herida,

será mejor coger la roja flor para mí solo.

 

 

CXXXIII

 

OLVIDO

 

La casa ya olvidada

es en realidad ventana ya olvidada,

pared verdosa verde,

colchón sobre un suelo con hormigas

olvidadas.

Ya olvidado tu rostro,

tu sonrisa olvidada,

la palabra olvidada,

lo me queda un olor en el pecho,

el contacto de tus desnudos senos

olvidados.



 

CXLI

 

VIRUS

 

A lo mejor el amor es un virus,

un sarampión de la edad joven,

una fiebre terciana, una epidemia

que de repente ataca al indefenso.

Te coge de improviso y te inmuniza

mientras está la otra, contra otras,

infiel cuentalatidos

que mide las cabriolas

del corazón dañado por toxinas.

No hay medicina excepto beber sangre,

quiero decir beberla,

a ella, su contagio, remedio sin sentido,

la infección es la cura al mismo tiempo,

como todo lo mágico en la vida.



CLXXXI

 

HUELVA

 

Allá en Huelva,

que está en el mapa

como de plata,

cerca de África,

todo es pequeño,

no vale nada

quererla cerca

de los que mandan

ni de los dioses,

es tierra plana

de pensamiento

y de esperanza,

mira a su ombligo

y a vírgenes blancas,

tan sólo sueña

con fiestas rancias

con procesiones

y muchas santas,

tierra de cirios

llena de estampas,

tierra de moros

en la mudanza,

desgañitada la gente canta

salves y ofrendas

a estatuas mancas

que no dan pan

ni cumplen nada

y la gente muere

por transportarlas

hartos de ocio

con confianza

y con esperanza,

apasionados no saben nada

de la venida ni la llegada

de sus figuras

de porcelana,

bochorno absurdo

de quien les habla,

¿pero usted sabe

ni lo que canta?,

aquí gobierna

la Virgen Blanca,

calle la boca si usted no sabe

que el pobre adora

ver en muñecas 

tantas alhajas,

cierre la boca si usted no quiere

que salgan vivas

muchas navajas,

tierra de imágenes,

diosas sin mácula,

pena de tierra

sin ya esperanza.

¡qué Huelva pobre

de inopia y danza!



CXCIII

 

PARA DESPUÉS

 

Tenemos toda la eternidad para no ser,

venimos de una eternidad en la que nunca fuimos,

la vida es un minúsculo paréntesis,

tan breve que dentro de nuestro desatino

de pretender ser algo, confundimos

nada y paraíso, anamnesis absurda del no ser.

 


Antonio Santos Barranca. Antología dual. Ed. Onuba, 2022

1 comentario:

  1. Esto son poemas escritos desde las entrañas,
    Poemas desesperanzados llenos de esperanza,
    Poesía que cuenta cosas ciertas
    y habla de sentimientos francos;
    No podría ser de otra manera.
    ¡Qué belleza tiene esa franqueza en minúsculas!
    ¡Cuánto tuvo que doler
    no poder dar rienda suelta a las palabras...!
    Ahora... Ahora seguimos sin ser libres,
    Porque la Libertad la otorgan las propias entrañas
    Y es como un tren
    Sin caminos ni rieles,
    Con una sola dirección:
    El propio corazón,
    El alma propia.

    A mi padre, que me enseñó tanto acerca de la Verdad.
    I.S.M




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