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martes, 23 de enero de 2024

Natura data




Es la verdad que no se acaba nunca,

el vendaval que acaso oculta sus fronteras

y en la emboscada viva de las sombras


luce para mentir el sueño de otro tiempo

mejor, su precipicio:


el áspero compás


que al levantar la niebla nos rescata

y envuelve, ya canción, entre las ramas.

Es la verdad del castaño en sus erizos,

la piel que nace lenta y portentosa

desde atrás, siglos que fueron

constantes sucesiones de otra vida,

la brisa lenta que en su fruto se amodorra

y esconde la crueldad de un mundo estrecho.

En entredicho el tronco seco de su honor,

página al fin, poeta, abierta entre tus manos.

Escribe entonces multitud, no ocultes nada

y corre como si tu pluma ya atrapase

el perezoso vuelo de los buitres, la discordia

tan audaz de un halcón peregrino, sus ráfagas

de vida o muerte, esqueleto posible

de otro animal que tuvo corazón, delicia

al transpirar el aire, su salada quietud

cuando se nubla el cielo y todo este brote,

su ardor en calma, hace que la piel

bajo la piel se empeñe y busque,

definitiva canción de los mortales,

una curva incandescente que a tu mirada

inspira, poeta ya del tiempo en que el papel

se pliega como esa rosa oscura que ya nutre

a la tierra sin paz que nos acoge.

Rotúrala y descansa.



 J.J. Díaz Trillo

Llanos de la belleza

–Planeta Clandestino 198–

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