con Víctor López
Antes mendigos de lo que no podemos
ser
que príncipes soberanos de nosotros
mismos.
Antes la identidad y la seguridad que
la incertidumbre.
Antes la guerra contra el diferente
que la lucha contra uno mismo.
Antes la tristeza de este ser hecho
de prejuicios
que la alegría de encontrarme y
despojarme
de todo lo que me hizo ciego para el
gozo.
Antes enfermos de comprar y acumular
que frugales y austeros.
Antes sojuzgados y excitados con
mentiras colectivas
que libres y precavidos con algunas
hipótesis precarias.
Antes la ADSL
que ser un canal para que la poesía
del mundo
pase a través de ti.
Antes insensibles y deshumanizados
que lúcidos y amorosos al dolor del
mundo.
Antes ignorantes y entretenidos
que despiertos y atentos a la magia
de la vida.
Antes el recelo
que la inmensidad del mundo que mora
en cada ser.
Antes el ego que la comunión con lo
vivo.
Antes el neumático que el bosque.
Antes grosero y medroso
que abiertos al gozo de lo
inesperado.
Antes el charco de la realidad
que el océano de la percepción.
Antes música sin alma y palabras
muertas
que la grieta por la que se cuela
el instante extático revelado.
Antes quemarse que encender el fuego
del corazón.
Antes más palabras que el suspiro
vacío de lo invisible…
pero la puerta para pasar al otro
lado
siempre estuvo abierta.
¡Ríndete,
sal de ti!
Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Ed. Irrecuperables, 2023
Sí, es necessario salir para encontrarnos. Nosotros y los amigos que recitamos a gritos y abrazamos tiernament.
ResponderEliminarGràcies. Nos vemos!