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miércoles, 13 de noviembre de 2024

3 poemas de EROSIÓN de JOSÉ GARCÍA ALONSO

 



DEFINICIÓN DE JOVEN


Yo fui un día, durante muchos días, parque, alcohol, mu­danza.


En medio de las tormentas y el estruendo del verano fui un joven que paseaba orgulloso bajo la lluvia.


En mi memoria soy el héroe del pelo húmedo, la camisa mojada, un imbécil que intentaba detener los relojes corriendo.


Una vez paré el crono por debajo de los nueve minutos. Quien haya corrido un tres mil sabe que no es una mala marca para un joven de 16 años recién cumplidos. Entonces creía en mí y después empecé a fumar. Todo lo hacía sin esfuerzo. Por eso era joven.


Una tarde esquivé el caballo sin saberlo y por eso estoy aquí, por cosas que no sé cómo ocurrieron.


Olvido García Valdés me dio una postal de El jardín de las delicias. Escribí algo que luego ella leyó en voz alta. Supongo que eso también ocurrió por algo.


Ya te conocía. Huías de los paraguas buscando la intemperie, no tenías frío ni miedo a quemarte al sol, posabas tus ojos a lo lejos y yo me conformaba con mirarte.


Hubo una huelga general y nosotros hicimos el amor aquel día. Después acudimos a aquella manifestación. Aún conservo esas imágenes, fotografías de esa tarde, pero creo haber olvidado todas las consignas.


Fui joven es un sintagma sencillo, o acaso no. Alto y bajo, delgado y gordo. ¿Será esto antipoesía? Nicanor Parra se reiría de mí con razón.


Cuando se es joven no se pregunta. Las cosas ofrecen su puro nombre, se plantan ante uno íntegras: amar es amar, llover es llover, las piedras están allí para lanzarse, el hielo no existe, el sexo es un portal y tú estás allí para quedarte.


Ser joven. Huir de los paraguas. Creer que ver llover es como ver respirar. Y no es lo mismo. Llover son solo gotas de agua que caen sin más y nos mojan. Respirar, a veces, cansa.


Huir, creer, ver, llover, respirar. Tantas erres hacen ruido, y decir sin ruido, a esta edad, se ha convertido en imposible.


Y aquí estoy yo, con un paraguas en la mano, esperando la llegada de alguna nube que confirme la certeza que tengo y me permita decir en voz baja que llueve mientras tú respiras recostada en el rumor del agua, que nos mojamos al lado de la fuente apagada de la plaza.








LA INCERTIDUMBRE


Solo hay viaje de ida, sé dulce.

Antonio Orihuela


Una nota de John Cage sonará

dentro de 639 años

en una solitaria iglesia en Alemania.


La partitura en la que está escrita,

su silencio,

la estamos escuchando ahora.


También escucho cómo tus manos pasan

en este instante a mi lado

y no alcanzo a tocarlas.


Seiscientos treinta y nueve años y este instante.


Todo forma parte del mismo viaje,

de este permanecer extraño,

de esa lejanía que nos tienta y escapa.


No busques el final de ese éxodo,

solo camina

y abraza a tu paso lo que puedas.


Llegar sería cometer un delito,

pagar una pena.


La incertidumbre es no saber jamás el lugar

que has elegido para morir.








ESTÁN AHÍ


Están ahí y cuentan en silencio.

Son parte de una elipsis no querida.

Digo memoria y aparecen.


Una leontina manchada de arcilla.

El pie descalzo y el zapato al lado.

Las gafas sin el brillo de unas lentes.

Esquirlas de cristal opacas, ciegas.

Un botón de tierra y oculto nácar.

Una hebilla sin lustre y sin cinto.

Una antigua cartera de piel vuelta

en la que asoman, como tripas rotas,

papeles húmedos, sepias, terrosos.


Un pincel fino desmaquilla objetos

y huesos quebrados y en desorden.

Una mano de látex acaricia

piadosa la cartera gastada.

Unas pinzas quirúrgicas revelan

la historia ochenta años después.


Hubo un sastre en este pueblo y lo mataron.

Era joven en la foto

y en sus brazos reía una niña

y entre uno y otro se acurrucaba una mujer.


Ya todos están muertos.


Llueve sobre esa tierra que fue baldía

y un tempero dulce se apodera de ella.


Llueve para lavar con dignidad

las herramientas que fueron usadas

en la búsqueda de la memoria.


Están ahí y cuentan en silencio,

narran su intimidad los ausentes

y nos sentimos aliviados.


GARCÍA ALONSO, José, Erosión, Editora Regional de Extremadura, 2024, Mérida.

Obra de Amable Arias




martes, 12 de noviembre de 2024

DULCE LOCURA


Íbamos por una carretera de montaña,

círculos y círculos recorrimos

hasta llegar a la cima,

las luces de la ciudad ya estaban encendidas.

El calor se notaba, pero el frío

empezaba a posarse en los hombros,

sudor secado por el frío,

punta de los dedos enfriadas,

nos mirábamos y ninguna decía nada.

No cortes el silencio desgarrador

de la noche de verano,

nos decía el rumor de la ciudad,

las luces eran focos pixelados,

naranjas, amarillos,

marrón tierra oscura,

azul oscuro noche.

Se notaban los vellos erizados del cuello,

dulce frescor que me movía.

Un balanceo de dulzura-locura.


Míriam Muñoz Trapero




lunes, 11 de noviembre de 2024

UN DÍA EN CLASE


 

Un día en clase de  Arte e Industria Cultural, 

el profesor se hace muchas preguntas,

sobre lo que  tenemos hoy día,

que sea verdaderamente gratis, 

sin valor de uso o valor de cambio, 

algo que no se pueda comprar ni vender.

Me acordé de un verso de unos de tus poemas,

que decía, "La Sombra Gratis de los Árboles"

Me miró y me deconstruyó conceptos como; 

Naturaleza, Paisaje y Ecología. 

No era gratis la sombra, 

ni seguramente la geometría del Árbol.

Yo callada en boca¡

Una compañera, ya cansadas de probar con todo, 

dice el agujero negro, 

¡Pero mira lo lejos que te has tenido que ir¡.

y todes a carcajadas¡

Dice, es algo más concreto, más cercano, te viene dado¡

Te viene dado, por tu madre¡

¿y cómo buscar eso, en qué libro?

Me recorrí y hable con los más pintades de filosofía

hasta qué ..., orgullo del saber¡

me desvelo el poema

más bello y humilde

que no suelo desvelar.

 

Míriam Muñoz Trapero

domingo, 10 de noviembre de 2024

2 poemas de UN DÍA COMO HOY de MÍRIAM MUÑOZ TRAPERO




Libertades mínimas.


Que no te casen contra tu voluntad,

que no te violen,

que no te golpeen,

que no te den menos de comer,

que no te asesinen.

Dentro de las libertades mínimas

estaría que el jefe

de una amiga no la llame

a las cinco de la madrugada.

Y quién le habla de política

a quien no puede pagar la hipoteca.



***



Camino de las calcosas, 27.


Que no me dejas mecerme

en el cálido viento

del temprano anochecer,

que tus oscuridades,

son mis luces,

el cielo tenue bajo nubes ceniza,

que este posicionamiento

no te deja moverte en tus estrechuras,

intranquilidad que no cesa.

A lo lejos se escuchan

los ladridos de las perras

y, en la lejanía,

se alza el graznido del águila.

Que este posicionamiento

que no entiendes, no te interesa,

es precariedad

y estás con los que ganan,

pero los cencerros se escuchan

en el silencio de la noche

y en la lejanía sigue el águila.

Aunque la montaña

se cubre de niebla,

en la orilla los rayos

me hacen cerrar los ojos

y puedo entrever los riscos y las olas.

Que no me dejas mecerme

en el cálido viento

del temprano anochecer

que mueve plataneras,

que a su vez mueven viñas

y gramíneas,

y el viento planea por el cordel

cuando pasan las pájaras,

y no me dejas mecerme

hasta que los grillos

empiezan a cantar

y huele a flores frías,

cuando los cencerros

se escuchan

en el silencio de la noche.



Míriam Muñoz Trapero. Un día como hoy



sábado, 9 de noviembre de 2024

4 poemas de UN DÍA COMO HOY de MIRIAM MUÑOZ TRAPERO




He vuelto y la muerte en las manos,

campos amarillos ocres,

tierras rosadas,

volví del paisaje encontrado,

secas las manos,

el pueblo blanco,

olor a río.

¿Has visto las palomas?

¿No es el lugar más extraño?

No se puede escribir de la muerte en verano.

La primavera aguada, se fue rápido.

¿Has tocado el agua helada?

Recorrimos caminos llenos de flores,

campos llenos de sandías .

¿Has visto los girasoles?

De la muerte no se escribe en verano,

la muerte se ve en el campo de trigo tumbado,

fruta bajo el árbol,

camino de tierra a 48 grados.

Si la muerte fuera barbarie no andaría tan lenta

la humedad que refresca el cuerpo.

La muerte es la última mentira

donde el miedo es medible.

Me paro en el vuelo de las palomas,

no vi cómo llegaron,

ya estaban ahí.

En el río hay patos,

ratas y plásticos.

¿Has escuchado el ruido del río?

En los girasoles, las abejas forman parte.

Su sonido es mayor que el silencio.

La muerte se puede ver,

pero no la puedes imaginar.

El verano es para vivir,

la primavera, dicen, es para amar,

el invierno frío, no imagino su luz.

¿Has visto la noche de verano

que la sensación choca en el pecho?

Calor, que refleja sombras,

¿has visto los rosales violetas?

¿Y las moras salvajes?



***



Te puedes ir si quieres,

aunque me gustaría que te quedaras,

cerca o lejos, pero quédate,

aunque, si te vas,

no sentiré la extrañeza de perderte,

no nos pertenecemos,

que esto es una ida y una vuelta,

que no te necesito,

ni siquiera te echo de menos.

Te puedes ir si quieres,

aunque me gustaría que te quedaras.

Círculos en movimiento que apremian

y todas en movimiento estático que parpadea,

círculos entrelazados formando cóncavas,

un tanto por ciento rozamos,

un tanto por ciento limites inconclusos,

subversivos y por ende extraños.

Te puedes ir si quieres,

no prometo permanecer en el puerto – estanca,

la ida y la vuelta en pocas ocasiones

se dan la espalda.

Te puedes ir si quieres,

aunque me gustaría que te quedaras,

círculos en movimiento que apremian

burdeos- violeta- malva.




***



Son solo flores.

Son solo flores, se repetía.

Ella las tenía en el lavabo

metidas en un tarro de vidrio transparente,

el agua verde, verde añil,

la putrefacción de las cosas

era lo que contemplaba allí.

Un baño impoluto,

blanco mármol,

pequeño, tan pequeño como el vacío,

flores verdes, verde mustio,

verde febril de tus ojeras

un día que olía a verano.



***



El profesor habla

de velocidad abstracta,

representaciones,

preceptos de la vida moderna,

estados de conciencia de la vida.

Y yo te veo

en las escaleras de tu casa,

bajando como el rayo,

los pies no tocan el suelo,

el calor subió de los pies a mi boca como

cuando subes a unos de esos cacharros

que pone en la feria.

Y ya te veo,

ya te veo abajo.

Y él empieza con el temario

de representación,

realidad,

y sobre el imaginario.



Míriam Muñoz Trapero. Un día como hoy

viernes, 8 de noviembre de 2024

CONVERSIÓN




Te dije que si te empadronabas en Andalucía

nos daban unaayudaalajovenestudiante,

me dijiste que estabas empadronada en Valencia,

te dije que podías cambiar el padrón,

me dijiste que no podías,

que en octubre eran las elecciones,

que tenías que echar

a ese tipo bien vestido

con trajes aglutinantes tintineantes.

Yo miré tu boca con ganas de besarte,

me posé en el asiento del tren,

sentí el silencio en mi boca

y creí en la idea de dios. 

 

 

Míriam Muñoz Trapero



jueves, 7 de noviembre de 2024

3 poemas de UN DÍA COMO HOY de MIRIAM MUÑOZ TRAPERO




Te echo de menos

pero ya no te necesito.

De tristeza, de amor

yo ya no me muero.

Te echo de menos,

pero que ya hace tiempo

que no te necesito.

La muerte

ya no es lo peor.

Te conocí,

hablé contigo,

te acaricié,

¡que te amé bien!

Te amé bien,

pan caliente con tomate,

mañanas que amanecían a plena tarde.

Te amé bien,

y la muerte no fue suficiente,

me quede con la tristeza de noche azulada,

me recuerda a tus labios.

Te echo de menos,

pelo entre mis manos,

tiempo que sana,

tiempo que enmaraña,

manos que acariciaban

mis mejillas mojadas,

tiempo que resuena,

tiempo que enmascara,

Ya no te necesito,

y mi amar bien

esta en las entrañas,

sosegada, latente,

bien armada.



***



Las heridas de tierra se curan en el mar,

las heridas de mar se curan en la tierra,

los horizontes infinitos se pierden

en el naranja de la tarde,

las dos lunas de diciembre

quizás no vuelvan más,

y el mundo es azul hielo,

las aguas siguen su cauce,

a veces se desbordan,

me mojan los pies,

y el mundo es azul hielo,

y me dice,

que las heridas de tierra se curan en el mar

y que las heridas de mar se curan en la tierra,

y se queda tan tranquilo,

y las olas continúan con su rumor

que crea yunques, negros, infinitos,

y las criaturas se sumergen en charcos

con piedras cristalinas

y se incrustan en una grieta

del gran fondo,

verde azul-cian,

y todo está en su sitio,

y el mundo es azul hielo,

y naranja que sangra la tarde,

y amarillo lima que quema rodillas,

y me dice,

y te quedas tan tranquilo,

y todo está en su sitio,

como objetos humildes que cohabitan.






Criaturas impermanentes.


Hay personas que para coger algo de su bolsillo

abren con sus dedos los dos extremos

haciendo un triángulo,

ponen la oreja,

y escuchan si hay algo en ellos.

El silencio estalla.

Hay personas que buscan caramelos

detrás de las orejas de otras personas

para regalárselos,

hay veces que hay un caramelo

detrás de una oreja

y hay veces que no aparece nada,

sabor ácido manzana.

Hay personas que suben a otras

a sus hombros y son más altas,

con sus manos tocan el techo,

se encienden las luces,

ladran las perras y sopla el viento.

Hay personas que ya están conectadas,

están moviendo sus manos

de un lado hacia otro y silban,

silban tanto que no se escucha,

suave como el terciopelo burdeos.

Se sientan, pero siguen en movimiento,

y buscan en bolsillos,

y detrás de todas las orejas,

y te suben,

y te bajan,

como pólvora que estalla,

colores que destellan,

sonido que silencia.




Míriam Muñoz Trapero. Un día como hoy




miércoles, 6 de noviembre de 2024

DIARIO NOCTURNO EN UN PAÍS FEO (fragmento XIX)

 


 

Volviendo a eso de los momentos estelares de la Humanidad creo que el más triste momento estelar de España fue durante los veinte años centrales del siglo XVI, cuando en la ciudad de Trento, quizá elegida porque el nombre procede de tridente y tres fantasmas divinos formaban en la Trinidad un dios uno verdadero, se celebró un concilio ecuménico, con desdichada gran influencia española por nuestro poder en la época. En aquel concilio se debatía algo de una importancia tan grande que marcó el destino del mundo: decidirse por un dios reaccionario, celoso e intransigente, o un dios progresista, liberal y que obligaba a saber leer rindiendo culto a la imprenta. España capitaneó la opción primera y se condenó a sí misma a la pereza intelectual, al embrutecimiento, a la sumisión y al analfabetismo, se avergonzó de saber y pensar, y puso el destino de toda su gente en manos de la Iglesia que leía e interpretaba por ella. Los países que se decidieron a elegir la opción segunda tuvieron como primera obligación valerse por sí mismos y traducir los libros sagrados para ponerlos al alcance de la gente, y la gente tuvo que aprender a leer, primero Biblias traducidas y después otros libros por habérseles fomentado la curiosidad como base del deseo de saber, y la consecuencia natural fue que de todo eso surgió un progreso imparable en las ciencias e incluso en el comercio. Los de la opción del dios más permisivo inventaron, los de la opción por el dios celoso gritamos el que inventen ellos. España capitaneó la decisión por el culto extrovertido basado en la imagen de un dios sufriente, torturadísimo y tétrico, los países alejados de su influencia aprendieron solidaridad en cantos colectivos y se relacionaron con su dios en secreto e intimidad. Así se detuvo España anclada en el inmovilismo, y así perdió España para siempre el interés por evolucionar. En 1970, cuatro siglos después, todavía ser buen español es ser reaccionario, tradicionalista, sumiso y despreciativo hacia el progreso, por pura pereza intelectual y por un falso sentido del orgullo, y solo el normal puñado de disidentes, casualmente gente que ha leído lo que ha querido y no lo que le han mandado, mantiene viva la esperanza de que un cambio se produzca alguna vez, pero ya con la sospecha de que de tanto cultivar la indolencia el daño haya quedado gravado en la genética. 

 

 

 

Antonio Santos Barranca. Diario Nocturno en un país feo. Letrame Ed. 2024

martes, 5 de noviembre de 2024

DIARIO NOCTURNO EN UN PAÍS FEO (fragmento XVIII)


 

 

Por la tarde acudí de muy mala gana a una reunión de rojos en casa del matrimonio fingidor, los comunistas marxistas leninistas más veraces, los que se escandalizan de que yo no me sacrificara saltando de una ventana en un primer piso de la calle Mayor sobre el inmovilizado descapotable del Caudillo y lo estrangulara o le sacara al menos los ojos con un lápiz o un bolígrafo Bic. Pero yo soy ya totalmente individuo, con sufrimiento personal y ni una sola gota de patriotismo ni de mártir. Una aversión hacia todo lo público ha comenzado con fuerza indestructible a apoderarse de mí, como escribía Stefan Zweig de un decepcionado Cicerón anciano desesperanzado del regreso de la república. Que otros defiendan los derechos del pueblo, al que poder comprarse un 600 o ir a los toros o al fútbol o jugar a las quinielas le importan más que su propia libertad. La muchedumbre no merece otra tortura mía, me provoca un asco irresistible. 

 

 

Antonio Santos Barranca. Diario nocturno en un país feo. Letrame Ed. 2024