Això és normal
en un país normal.
(de una canción de Sílvia Tomàs)
Cataluña quiere ser un país normal
como todos los países que son normales
dice el presidente de la Generalitat,
es decir, un país normal capitalista.
Dicen que en un país normal es normal votar,
pero en un país normal capitalista
también es fácil no tener trabajo,
y si lo tienes acostumbra a ser precario.
En un país normal capitalista
es normal hablar de democracia
y decir que hay libertades para todos,
pero en que siempre mandan los mismos.
En un país normal capitalista
es normal que los parados se les acabe el paro
y con él la prestación que cobraban
y se queden completamente colgados sin nada.
En un país normal capitalista
es muy normal que te quiten la casa
por no poder pagar el alquiler o la hipoteca
y que vengan los de la PAH a defenderte.
En un país normal capitalista
es normal que los inmigrantes no tengan papeles,
a la vez que el Capital no tiene fronteras,
y los capitalistas circulan libremente.
En un país normal capitalista
es normal pagar impuestos
para potenciar las fuerzas de “orden”
y las “humanitarias” fuerzas armadas.
En un país normal capitalista
es normal que la represión siempre actúe
contra los rebeldes, los pobres, los diferentes
y contra los que se levantan contra la injusticia.
En un país normal capitalista
la prisión es mayoritariamente para los de abajo,
los de arriba siempre escurren el bulto,
y la policía queda casi siempre impune.
En un país normal capitalista
es normal que la independencia
solo sea para los que continúan mandando
los mandados a votar cada cuatro años.
En un país normal capitalista
es normal que con la independencia
los parados continúen en el paro
y los sin techo continúen durmiendo al raso.
En un país normal capitalista
es normal que con la independencia
los pobres no dejen de vivir en precariedad
mientras los amos sean cada vez más ricos.
En un país normal capitalista
es normal que haya miles de casas vacías
y que la especulación continúe generando
riqueza para unos pocos que se la llevan a Suiza.
En un país normal capitalista
es normal que se organicen los pensionistas,
los afectados por la hipoteca
y que los trabajadores declaren la huelga general.
En un país normal capitalista
es normal que los jóvenes sin local
okupen un banco o un espacio municipal
para convertirlo en un centro social autogestionado.
En un país normal capitalista
es normal que el gobierno envíe los mossos
a desokupar pisos y locales en nombre del Capital,
y que se arme la marimorena por las calles.
En un país normal capitalista
es normal manifestarse, protestar cívicamente,
levantar barricadas, incendiar contenedores,
recibir palos de la policía y ser detenido.
En un país normal capitalista
es normal que los revolucionarios
quieran hacer la revolución
y declarar la autogestión generalizada.
En un país normal capitalista
es normal iniciar el proceso de desaprender
para continuar solidariamente aprendiendo
a autoorganizarse en el apoyo mutuo.
En un país normal capitalista
es posible hacer perfomances
salir a la calle a protestar
sin necesidad de ninguna estelada.
En un país normal, ¿es normal votar
por la independencia de un nuevo Estado
que calca lo que ya tiene y se convierte
es seguidor del Estado que quiere suprimir?
En un país normal, ¿es normal votar
para conseguir crear un país normal
como el que ya tenemos con deudas
y con la globalización neoliberal?
En un país normal capitalista,
¿es posible ser independiente de la globalización?
En un país normal capitalista,
¿ser independiente significa ser libre?
Ferran Aisa. Sin bandera. Ed. Calumnia, 2016
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