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lunes, 31 de octubre de 2016

Dos poemas de Julián Portillo















CALL CENTER

Sentados en largas filas
de mesas contiguas
separados por cristales

como adosados
en pequeñas cabinas
a un ordenador
con micrófono
y auriculares

te obligan
durante ocho horas
a vender mierdas
que la gente no necesita
y que en muchos casos
ni siquiera
puede pagar

pero eso da lo mismo
aquí
de nada valen
tus buenos sentimientos
ni tus títulos

esto no es una ONG
ni la puta universidad

hay que pagar el piso
y meter
alguna cosa
comestible
en la nevera

si pescas a un jubilado
tanto mejor
son una víctima
propiciatoria
para estos fines

ya sabes
tienes que alcanzar
los objetivos
no sé cuántas
líneas telefónicas
cuatro o cinco aparatejos
conexiones fraudulentas
a internet...

puedes hacerlo
como quieras
pero no te salgas
del guión

pon mucho cuidado
en pronunciar
las palabras
prohibidas

nunca cuelgues
el primero
y jamás, jamás
se te ocurra
dejar mal
a la empresa

hay otros tipos
expiando
tus llamadas
y están tan desesperados
como tú.


PORNO

Una colcha
de horrendos
estampados florales
algunas botellas
a medio beber
junto a la cama
una absurda tabla
de planchar
en una esquina

debe ser
un vídeo de esos
que llaman
amateur
la habitación
es tan patética
que no puede ser
un decorado

hay una mujer
que a todas luces
está borracha
o ciega
porque es imposible
fingir
esa manera
de entrecerrar
los ojos
esa forma
de empujar
buscando el roce
como un animal
en celo...

sí, los enfermos
de este mundo
gozamos
con su escuálida figura
a ratos desenfocada
nos corremos
con su dignidad
hecha pedazos
filmada
con un iPhone

mientras todos
esos cerdos
de diabólicas sonrisas
le rellenan los orificios
y ella gime inmóvil
pálida y ausente.



*De RESISTENCIA AL FUEGO (Próxima publicación con Zoográfico Ediciones).

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