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viernes, 16 de abril de 2021

3 poemas de LA SENDA DEL CIMARRÓN de ANA PÉREZ CAÑAMARES


 


Vivir una ciudad que solo agota

es como aborrecer el propio cuerpo

asfaltar arrugas para hacer zanjas

donde enterrar las amistades muertas.


Cruzo el río y veo un lacrimal seco

y a mi paso los bares gimen música

ecos de canciones que no sabía que aún sé.


Todo se vende aquí, yo me regalo

porque ponerse precio es un talento

y arder gratuitamente, vocación.


Qué quieres ser cuando seas, preguntan

mis ancianos ángeles de la guarda

con blancos uniformes de alegría.


Quiero ser el solar de las afueras

la osamenta desnuda de las ruinas

la ortiga que solo cuando alimenta no hiere.


***


Esta es la gran tragedia del poeta:

el poema es el fósil de la poesía.

Ejemplo: ningún perro nos miró

jamás desde ningún verso.

Ejemplo: si se acerca la oreja al poema

comprobaremos que no respira.

Ejemplo: ni el mar ni las nubes leen.


Por eso las musas son espíritus

atravesados por un alfiler.

Y el poema, un amigo que te grita

desde la calle que salgas a jugar.

Es el billete de barco

que te promete salitre

y la posibilidad del delfín.


Diez años de poeta sólo enseñan

que en los poemas no llueve.

Pero cuando afuera caiga la primera gota

tú, lector, la saludarás con familiaridad.

El poeta pretenderá que fue él

quien te presentó la lluvia.

Tú sabes que lo único que hizo

fue que desearas empaparte hasta los huesos.


Aunque luego seamos poeta y lector

de esos desagradecidos que usan paraguas.


***

 

 

Miro a la cocina de leña.

Ella me devuelve la mirada.

Yo no sé arrancarle su calor.

Ella no sabe decirme sus secretos.


Mi instinto se abre paso y con él

llega de lejos la voz de mi madre.

Así no. Así y así. Que se te apaga.

Ahora el carbón. Ahora paciencia.


La madera desvela sus misterios

poco a poco. Y poco a poco

yo me dejo adoptar por el pasado.

No tengo pueblo al que volver

pero pueblo y presente se inventan.


Mi madre enciende el fuego por mi mano

y las ascuas hacen nido en los pulmones.

El mejor combustible es la nostalgia.


Ana Pérez Cañamares. La senda del cimarrón. Ed. Ya lo dijo Casimiro Parker, 2020 

Fotografía de Aurora Caldito

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