El último sonido en la pantalla
se fue hace mucho tiempo.
Una pastilla redonda y blanca sobre mi lengua:
“Es algo de cinco minutos”, dijo el doctor.
Cinco camas
cinco mujeres
cinco gritos
No estuviste ahí para guardar mi aliento.
Un coágulo sobre el sucio azulejo;
un círculo me quemaba la boca,
dolor y temblor en uñas y dientes.
Hay otras formas de conocer el paraíso.
Seis semanas fueron suficientes
para que te soltaras de mí.
Claudia [M.] Sánchez Cadena
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