zona cauterizada
la cabeza del milagro rueda por el cadalso
y cae a los pies del ombligo torturado
da brincos de alegría por ser fantasma de fe
por ser muleta de pedazo de hambre y lazarillo de galope
el gentío sube al botón de la sorpresa
desde donde se divisa el peligro untado en la llanura
todos alzan las pestañas para olvidar la guerra
el agua táctil arrasa los campos de farolas
y la gente migra al pozo de las mentiras
con el fin de verse cristalina
los cables atienden al hijo pródigo
por el túnel de barro se introducen los garfios
y las hilaturas constantes hacen fe de sus sermones
pasos pasos de culebra enmohecida que salpica al aventurero
hoy será otro día distante al de mañana
las hojas de calendario tienen fiebre al mediodía
y los cedros hermosos van de caza
a por hormigas
el techo inocente cree que nos guarece del agua
es el agua inconsecuente quien nos alberga del techo
y el riachuelo de vida tiene un sombrero en su lecho
zona absorbente
espinas de tejido llenan de pensamientos las cloacas obedientes
hacen equilibrios en los zarzales del miedo
la fatiga encumbra al chupacorazones diestro
se hacen fantasmas y chatarras de huesos
y a contraluz parecen treguas que amortizan la vida
son como caracoles adiestrados que claman por otros
los caminos recorridos tiene un tiro en la frente
y entre ceja y ceja un pensamiento incrustado
para saber que nunca el uno precede al cero
ni que el más suma al menos
ni que las gaviotas suben al suelo con su pico de acero
ni que los gorros de aduanas tienen carmín en los ojos
ni que los viejos ancestros dirimen cuentas con el cielo
así es posible contar hasta que la fanfarria nos duerme el beso
así es posible cantar hasta que la piedra y la garganta
huelan a hielo
nieve celeste que nunca te refugias en el tímpano
caracol de oído que siembras tempestades en la boca de la luciérnaga
hoy podremos descansar en el felpudo de la gota de septiembre
donde dejaremos los pies en la puerta
y pondremos nuestros glúteos a cubierto
Manel Costa.
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