Páginas

miércoles, 31 de agosto de 2022

un tren a través del mar

 

 


 


 

“Los únicos poemas que cuentan son aquellos que pueden ser leídos en voz alta frente al mar o susurrados al oído de un ser humano que se está muriendo. Si no cumple esos requisitos, no es poesía.”

Raúl Zurita (entrevista, junio de 2021)

 

“En la gran noche mi corazón saldrá afuera,/ las sombras vienen hacia mí sonando./ En la gran noche mi corazón saldrá afuera.”

Canción de los indios papagos

 

El tren llegó a la estación

y luego salió de ella.

Entre esos dos momentos se nos ha hecho de noche

y tú has muerto, amigo, nos has muerto.

 

Llegó a la estación, no tardó mucho en partir.

Y entremedias se hizo un gran silencio,

la muerte se bajó la mascarilla

–también ella, la ilustre Dama, sí, en tiempos de pandemia–

y descubrió los labios más fríos de la Tierra.

 

¿Puede un tren navegar hacia la isla?

 

En el tren íbamos juntos viajando

todos los amigos contigo, las amigas, tú vivo

–porque los raíles apuntaban al pasado.

Nos confortabas con la amabilidad de siempre,

hacías bromas, repetías el chiste

que Meri se sabe de memoria –pero lo cuentas tan divinamente

y te hace tanta gracia a ti mismo

que todos deseamos escucharlo otra vez. Verte reír nos nutre.

 

Hacia el pasado recobrando días, años, proyectos.

Si alguien cometió un error grave puede tratar de enmendarlo

–el vagón es aquel, pregunte al revisor.

 

El tren llegó a la estación ¿y se detuvo?

Luego ¿o antes? arrancó de nuevo, y mientras tanto

todos te hemos ido rodeando, José Luis

Porcuna, centro nuestro ausente.

Esto deseo repetirlo: nosotros no pudimos ayudarte

–en el tren medicalizado no contábamos

con raíces de tejo de calidad suficiente–

pero tú sí vas a poder ayudarnos tanto y tanto

si te dejamos hacerlo.

 

Entonces ¿navega el tren hacia la isla?

 

Dijiste que a ese tren subiesen

también los enemigos –teníamos que darnos

otra oportunidad–, mas no tenías ninguno.

Apenas algún adversario al que agasajas

con tu cordial inteligencia de siempre. No hacen

lo que hacen por maldad, es sólo

que no han escuchado con atención suficiente

la conversación de tantas micorrizas bajo el piso del bosque.

 

Nosotros dos nos encontramos en la cafetería del tren

y recordamos nuestra apuesta: esas ricas arepas

en octubre de 2026, el 21 a las 21

horas en Punto Criollo, calle Tizón de la muy noble ciudad de La Laguna.

Yo haré lo posible por estar ahí (nos preguntábamos

si en este nuestro mundo de descenso energético

ese viaje sería aún posible entonces), tú sin duda también.

Dificultades habrá por ambas partes

–no será pequeño estorbo haber muerto. Pero eso

no nos importa hoy, cita y apuesta siguen planteadas:

chocamos nuestros vasos y reímos

con tanta fuerza que otros pasajeros

nos miran sorprendidos

en este tren que sigue viajando con tanta fuerza

por mar ¿hacia el pasado?

 

¡Antonio Bello te abraza!

Siempre lo has tenido tan presente,

es muy hermoso veros juntos

a los dos otra vez. Tantos proyectos

en agroecología pueden aún madurar

si corazones dulces como los vuestros laten de nuevo al unísono

y oídos jóvenes saben escucharlo, como escuchan

las promesas de las alcachofas

y los apotegmas de los árboles frutales.

 

Meri no se suelta de tu mano,

ha acumulado demasiada tristeza estos días.

¡Has muerto tan de pronto! ¿Era tan fácil morir?

Ella precisa que le des apoyo:

tu voz que le leía poemas al oído

no va a ser acallada, mas cambia de registro

y en ocasiones va a ser rumor de acequia, senda de nubes,

va a ser trino de pájaro –pero también párrafo subrayado

en un libro erudito. Ella no te suelta de la mano.

 

Los ángeles son muchachos de parkour, en este tren viajan varios,

silenciosos trazadores, radiantes, vestidos

completamente de negro, de pronto con enigmática

sonrisa. Están y de repente ya no están. Tú los conduces

al vagón del parque agroforestal mientras vas explicándoles

algunas técnicas de mulching.

 

Te rodeamos, amigo, centro nuestro ausente

y también presente de forma tan intensa:

se ha detenido el tren. Junto a la estación el muelle, el mar,

la playa, olor intenso de algas,

olas mansas que siguen a nuestros pies como perrillos.

Estamos en la isla de Meri que es tu isla

y aquí nos has traído a compartir el muy hermoso crepúsculo

(que no es pasado ni presente ¿ni futuro?)

 

y los frutos más nutritivos de la Tierra.

 

12 de noviembre de 2021. Escrito de un tirón en ese tren,

tras la muerte de José Luis Porcuna en Tenerife, el día anterior.

Si no olvidamos que la etimología de “poesía” nos remite a poiesis, creación,

¿quién abordó de manera más fecunda y creativa el desarrollo de la agroecología

en nuestro país?

 

En San Miguel de Abona, 27 de octubre de 2016,

donde te acompañábamos Meri y Marta y yo (JR).

 

https://cerai.org/el-cabildo-insular-de-tenerife-concede-el-titulo-de-hijo-adoptivo-de-tenerife-a-titulo-postumo-a-jose-luis-porcuna/


Jorge Riechmann. En: Voces del Extremo: poesía y alegría. Ed. La Vorágine, 2022.

Fotografía de Carlos Pérez Siquier.

 

martes, 30 de agosto de 2022

LO VISTO ESTÁ INACABADO (fragmentos II)




12 

El tumulto de vivir lo ausente 


19 

En algún lugar alguien deliberadamente nos tiene a obscuras. Alguien oculto nos mira interrogante. 


 22 

En los momentos de pesadumbre me reconforta saber que brotan, con sólo invocarlas, luces por el territorio que habito.


32 

Interrumpieron la cadencia de los días para sumergirse en las profundidades sin barcazas ni remos, solitarios amantes de crepúsculos y sueños. 


 36 

Asumamos la raíz clavada en el latido


38 

Alejarse para ganar los silencios. 


 41 

Tendrá que existir algo más que accione mecanismos de explosión interna en esa argamasa que une órganos y sienten y son sentidos.


43 

A veces las respuestas están en las formas complejas de lo unido. En los restos de lo desatado. 


46 

El fulgor momentáneo, la armonía permanente fundidos en un todo.


49 

Los pasadizos no están en los corredores de las calles, ni en los barrios, ni en las ciudades, ni en las casas, ni en las habitaciones. Todo está tras la cortina de lo que miras y en la transparencia de lo que tocas, en la visura y encaro de los espejos interiores, en lo invisible: en un ángel translúcido mirándonos. 


50 

He planeado un viaje de brisas para captar la invisibilidad de las diminutas gotas golpeando las yemas de los dedos y los parpados cerrados en las noches de sueño ilimitado. 51 Habían previsto un refugio para preguntarse si el tiempo existe y un jardín que se mirase sólo en el amanecer de los que duermen juntos.


53 

Miraban el límite y el tiempo que les restaba, porque aún no se sentían lo suficientemente amados. 


54 

El agua abre surcos entre el follaje de las cañas: un trono a cielo abierto. 


55 

La mirada ante la mirada, mirando mirarte mientras me miras.



Antonio Ramírez Almanza. Lo visto está inacabado. Ed. Amargord, 2022

Fotografía de Estela García

lunes, 29 de agosto de 2022

LO VISTO ESTÁ INACABADO (fragmentos I)



 

74

 No sufrir principios ni finales.


 186 

No se apaga el tiempo encendido.


194 

No nombraré la palabra desaliento cuando vea entreluces la parte de vida que no tendremos juntos


220 

Una fuerza de raíces y vuelos como algo que nos estuviera sucediendo al mismo tiempo.


221 

No sé qué queda en la esencia de comprimir un cuerpo, prensado en el contraste de lo que emana e imanta.


226 

Miro a trasluz las palabras para evitar equívocos, detenido sólo en aquellas que reflejan lo más sensitivo, las búsquedas por semejanzas que nos conduzcan a un dialogo sin sombras, las libres… 


227 

Conocer otras palabras, otros hilos coincidentes para el verbo y sus significados.





Antonio Ramírez Almanza. Lo visto está inacabado. Ed. Amargord, 2022

Imagen: Juan Carlos Lázaro. Pintura 139. 2022


domingo, 28 de agosto de 2022

PROXIMAMENTE 5 POEMAS DE RETRATOS PARISINOS


 Si alquien quisiere comprar el libro: acsal2022@protonmail.com

 

LABIRYNT ŁAZIEŃCA - DRUGI WRZEŚNIA

 



Para Antonio Orihuela e Katarina Nazaruk

 

É MAIS IMPORTANTE o passado que o futuro, Antonio, Katarina?

                            Para alguns o passado são ruínas. Restos de imagens desvanecidas. Para outros, como eu, o futuro é um fusível fundido. Ou um lugar escrito na memória. Mas as palavras perdem-se no tempo. Também perderão o seu sentido poético?

Para alguns: “Poezja to wiatr wiejący od bogów” mas eu, como Pessoa, só acredito em deuses pagãos. Encontrar-nos-emos ali, no labirinto de setembro, uma sexta-feira de vindima, quando o presente eterno seja tão doce como o momento mais amargo? Talvez quando o vento que sopra dos deuses encontre a resposta ridicula do animal-homem.


Poema de Santiago Aguaded Landero

 

Tradução pelo Carlos d’Abreu. Obrigadissimo.

 

POR EL QUICIO DEL VIENTO

 


ALCALÁ, Rafael, Por el quicio del viento. Málaga 2022, 58 págs.

 

 

            Como un destello en la noche más oscura…”, así define el autor la greguería en la “Nota a la edición”, con la que abre este nuevo libro.

 

            Destello, resplandor, chispazo, centelleo… o, cuando menos o también, atisbo, indicio, señal… Que todo ello va surgiendo a medida que avanza el lector desentrañando ese chispazo que produce la fusión de la alegoría con la agudeza humorada, el destello de la realidad al choque con la idea; lo que uno ve contrastado con lo que siente, surgiendo el concepto.

 

Singular es en el autor desarrollar esos destellos en una sola línea, como si de un horizonte rectilíneo se tratara, evitando esa sensación de revolera torera, cuando el capote danza por encima de la cabeza del maestro.

 

Y singular es donde ubica su maestría poética: en el quicio del viento… “¡No vé!”, que diría un chavea del Llano de la Trinidad. “¿No habrá otro sitio, maestro?” El quicio del viento, bien lo sabe Alcalá en su dilatada obra, es el límite imprevisto que produce asombro. Desplazarse de allí donde el latido produjo la abstracción y la quimera es “desquiciarse” y no estamos para bromas en estos tiempos nuestros tan ahítos de absurdo y sin sentido.

 

Relámpagos de sinrazón –hachazos algunos- para que el lector acceda al quicio del viento y se deje llevar con sus propias conjeturas al decir de Alcalá, según observa el mundo el autor en esos latidos de filósofo humanista, acostumbrado a deambular en su vida por las trochas y senderos de la mismidad ignota, hasta dar con ella y convertirla en poema. Y todo fue destello…

 

Consignamos siete -número perfecto- de las greguerías ofrecidas que, a quien esta obra recensiona, le produjeron una cordial paralización del pensamiento. Un juego que –parece- Rafael Alcalá gusta brindar al lector con literaria maestría.

 

-          El final de la ola es el epifonema de un gran poema.

 

-          Dejó las cabras y tuvo el móvil más moderno. Ahora usa camisa de fuerza.

 

-          Si oyes la aguja caer en el agua, es que estás más vivo que nunca.

 

-          La niebla es perfecta: disimula todas las imperfecciones.

 

-          La ciudad de La Alegría existe. Allí carecen de wifi.

 

-          Cuando la furia se desata, las puertas de la razón se cierran.

 

-          El final de un libro no existe; se prolonga hasta un suspiro muy profundo.

 

Ahí queda eso… para el lector que quiera, por el quicio del viento, alcanzar el suspiro que contraste con tanta trivialidad en torno. Alcalá es maestro en conducirnos a ello.

 

En la Bahía de la Calma, Palma de Mallorca, agosto 2022.


Fdo. Jesús Miguel Benítez

 

sábado, 27 de agosto de 2022

LABIRYNT ŁAZIEŃCA - DRUGI WRZEŚNIA




Para Antonio Orihuela y Katarina Nazaruk



¿ES MÁS IMPORTANTE el pasado que el futuro, Antonio. Katarina?

Para algunos el pasado son ruinas. Restos de imágenes

borrosas. Para otros, como yo, el futuro es un fusible fundido. O un lugar

escrito en la memoria. Pero las palabras se pierden en el tiempo. ¿También

perderán su sentido poético?

Para algunos: “Poezja to wiatr wiejący od bogów” pero yo sólo creo en

dioses paganos. ¿Nos encontraremos allí, en el laberinto de septiembre, un

viernes de vendimia, cuando el presente eterno sea tan dulce como el

momento más amargo? Tal vez cuando el viento que sopla de los dioses

encuentre la respuesta adecuada del animal-hombre .


22-08-22


 POEMA DE SANTIAGO AGUADED, AGOSTO 2022


viernes, 26 de agosto de 2022

2 poemas de DA IGUAL CUANDO LEAS ESTO de ALBERTO PRIETO


 


VIDA

 

Está muriendo la muerte que todos mueren.

(Lawrence Ferlinguetti)

 

La vida se ha empeñado en decirse a sí misma

«así es la vida».

La vida ha dejado de reconocerse mientras ocurre.

Se ha aventurado a morir

sin desvivirse demasiado.

Se comporta de un modo extraño.

Unas veces es y otras

la duda razonable de los otros.

Va y viene con holters y taquicardias.

Va rápido con aquello

que debe digerirse despacio

«slow food» lo llaman—.

Un nuevo estilo de vida.

Se llama y siempre comunica.

La vida se ha dejado a sí misma en visto.

La vida no es «la vida».

Es la de algunos, los que viven,

los que hablan de una vida

que acaba de empezar que, en definitiva,

acabará antes de lo que imaginan.

La vida es este poema

plagado de moralinas baratas,

de vidas a un euro invertidas en lo ajeno.

La vida que transita sin vida.

Para muchos la buena

es la de los gatos con siete vidas.

Siete reinicias y seis «games over».

La vida no es capaz de adivinarse,

porque nunca vive lo suficiente.

Muere viva pocas veces,

y vive el doble cerca de la muerte.

La vida se queja de la vida,

lee libros de «autovida»,

va a terapia de «psicovida»

y viaja para convertirse en «live».

Así es la vida, compra su billete de ida

y luego busca su billete de vuelta a la vida.

Es recíproca por naturaleza,

es lo que quiere, verse a sí misma no viviendo,

para justificarse,

darse palmaditas en su vida y vivir para contarlo.

—seguro que acabas de tener un dejavù

La vida es esa que fuiste ayer,

solo una llamada de emergencia,

esa que nunca te devolverá el libro que prestaste,

esa que te hace publicar autohilos.

La vida es ese túnel al final de la luz,

la que se hace pasar por ti para descubrirse;

esa que pasa mientras

pierdes el tiempo escribiendo,

la que te resuelve problemas

antes de que los formules,

la que te cobra el alquiler por adelantado

como si fueras a morir en otra vida.

No te escondas.

La vida sabe lo tuyo con tu vida;

la vida es tu única vida extra,

la vida es esa y todas esas,

es de lo que no hay.

Esa que no habla de otras vidas

porque cree en su más allá;

porque no sabe qué hacer con su vida.

Esa que te sorprende caminando entre dinosaurios

y no te pregunta por el origen de la vida.

Viene de camino

y de camino va al mismo tiempo.

La vida se va siendo lo que no es,

porque se niega a escribir unos versos

sobre su muerte.

A estas alturas de tu vida,

pensarás que he repetido demasiadas veces

«la vida»

y ya va siendo hora de que la vida piense

que tú eres irrepetible.

Como diría Groucho:

 

«Tengo la intención de vivir

para siempre o morir intentándolo».


 ***


HACER POR HACER

 

¿Qué por qué estaba yo con esa mujer?

Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú.

(Groucho Marx)

 

Me estoy haciendo de ella.

Me estoy haciendo de ruido y eco,

de cuerpo y metáfora de todas las voces.

Me estoy haciendo de interior y de isla,

de brisa a ciegas,

de rompeolas y hostias sin misa;

de piedra y silencio solo a veces.

Y no sé bien lo que estoy haciendo;

si la arena o la roca,

si el asfalto o el agua.

Me estoy haciendo deriva sin prisa.

Azar haciendo.

Contradicción inútil.

Me sigo haciendo fragmento

algo de nada, ceniza, volátil.

Me estoy haciendo recuerdo.

Y me debo el sueño despierto,

la pesadilla del muerto,

la estampida del humo.

Me estoy haciendo irrespirable y alérgico,

psicópata del amuleto,

superstición del miedo,

la cura del tuerto.

He decidido deshacerme, pero no puedo,

porque aún me sigues haciendo.


 Alberto Prieto. Da igual cuando leas esto. Ed. Olélibros, 2022

jueves, 25 de agosto de 2022

3 poemas de DA IGUAL CUANDO LEAS ESTO de ALBERTO PRIETO

 


IKEA     

 

Este sofá y esa lámpara quedarán bien.

Nuestro mundo es un zulo de carretera.

Un hermoso lugar para reencontrarte a ti mismo.

Para construir tu nuevo hogar.

Un hogar en el que te quedarías a vivir

si no hubiera guardias de seguridad.

Si no hubiera alarmas.

Esas camas bien hechas te dicen:

«Túmbate, cómprame,

soy el colchón y tú mi cuerpo.

Estamos hechos el uno para el otro».

Corre a la sección de armarios.

Imagina ese contraluz, esa ventana entreabierta

y a ti rodeado de soledad consentida,

de música de los ochenta.

Camina o revienta, para en la sección de cocina.

Si no sabes cocinar

es porque no compraste lo suficiente.

Porque ese mostrador, ese grifo,

esos tenedores con forma de sirena

te hacen soñar con el máster chef que nunca fuiste.

Escuchas la sirena,

te ves en esa isla de mármol y metal

cortando tomates como Arguiñano, pero sin chiste.

Te has levantado y te has atrevido a imaginar

mientras leías esa revista de Ikea en el váter

y ya no hay vuelta atrás.

Has entrado en la sección de baño.

Hay lavabos imposibles,

encastrados que te invitan a lavarte esas manos

que mañana no reconocerás.

Jabones de colores y formas variopintas,

tapas de váter dibujadas

a juego con losetas de vidrio alicatado.

 

Ikea reinventa tu hogar,

 

Ikea se interesa por tu hogar,

 

Ikea sabe lo que quieres,

 

Ikea te vende helados a un euro,

 

menús del día,

 

espacios de juego para niños.

 

Ikea sabe más de tu vida que tú mismo.

 

Sabe que aspiras a algo más,

que cobras un sueldo mínimo vital,

nada comparable al sueco, noruego o finlandés.

Sabe que entrar en Ikea será mejor

que volver a tus «taitantos» metros cuadrados.

Será mejor ordenar tus muebles heredados

de estilo rococó que quieres llamar vintage,

porque lo vintage siempre está de moda.

Ikea piensa en el más mínimo detalle.

¡Te cuida, joder!

Te hace sentir fenomenal con el mundo.

Valoras la interculturalidad.

Te hace cantar el «No puedo vivir sin ti»

de Coque Malla.

Empiezas a dominar palabras como:

bodviken, braviken, aneboda, billy o kayak.

Dominas el catálogo.

 

Ikea te regala lápices y metros,

 

Ikea te regala tarjetas family.

 

Ikea te muestra el camino con flechas.

 

Ya has hecho la lista de la compra.

 

No sabes qué hacer con ella.

 

Tu carro pesa tanto como tu conciencia.

 

Acabas de reconocerte.

 

Eres un mueble más, sin instrucciones de montaje.



***


PARADOJA     .

 

Deben saber si salen hoy a la carretera,

que verán flores.

 

Flores en la mediana,

flores en farolas,

flores en semáforos,

flores en señales.

 

Porque en las rectas,

cuando alguien muere, alguien florece.

 

Porque en las curvas,

cuando alguien muere, alguien florece.

 

Y deben saber que la vida es así, pero al contrario.

Un paradójico accidente:

cuando alguien florece,

alguien se ocupa de que muera.




 ***



TELÉFONO ESCACHARRADO

 

Empecé a beber a los dieciocho.

Ayer intentó besarme.

Si hubiera sido acuario…

Grita más.

Te quiero.

No lo conozco, pero me gusta.

A ver si me muero.

Ya no vamos a vender tanto.

Vamos a hacernos la foto de adiós.

Lo mismo te llevas una sorpresa.

Ten cuidado con lo que dices

porque de alguna manera estás inspirando.

Ya no hay alcohol suficiente.

Una película de zombis,

Buah, oh yeah.

A las cuatro se tiene que levantar.

Se acaba el ambiente.

Yo no puedo estar en silencio.

Los colgados son los otros.

Mejor cuelga tú.




 Alberto Prieto. Da igual cuando leas esto. Ed. Olélibros, 2022