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sábado, 31 de marzo de 2018
viernes, 30 de marzo de 2018
VIDA DE OTROS
Ahora
que su amor se ha vuelto transparente,
les
ofrezco este recuerdo inseguro,
abrazados
a los dos, porque así duele más
y
porque ya es hora de que mi corazón
los
deje marchar.
Se
amaron siempre con nombres falsos
y por
eso nunca se encontraron.
Varias
veces él no se atrevió a seguirla
y
prefirió sumarla a sus pérdidas,
al
fondo del baúl, al álbum de fotos,
al
hueco en la pared que nadie más conoce,
al
pellizco en su corazón cada cinco mil años.
Varias
veces lanzó botellas con mensajes
y
cartas de enamorado, porque él era del tiempo
en
que los amantes aún se escribían
pero
las cartas eran devueltas
como
si hubieran sido enviadas a otra ciudad.
Varias
veces su voz en otras voces
o tal
vez su voz en aquella voz,
la
extrañeza de ser dos, de amar sus cosas,
de
que enero contara sus años
extendiendo
sobre ellos un silencio,
una
neblina, un nido donde se amaban
con
ternura de equilibristas
a
treinta metros del suelo, sin desmayo,
como
dos desesperados un mes de julio,
un
noviembre lleno de difuntos
por
donde se fue todo, perdido
entre
las diversas formas del murmullo,
de la
belleza envuelta en una telaraña
que
trepa por los errores sin respuesta.
Varias
veces la primera vez, la vida
en
vestigios célebres, promesas de año nuevo,
la
vasta intención de limpieza que busca la perfección.
Varias
veces en lo hondo de su alma
revolucionarse
a sí mismo en el amor
para
ser un buen revolucionario,
flor
obsesiva de lo perfecto que pasó por sus ojos silenciosamente,
pegada
a él en la secreta manera de enredarse en las cosas
frente
a un mundo sembrado de piedras donde sigue
sin
haber más belleza que llevar la belleza dentro.
Varias
veces en los días oscuros
ella
se quejó de que jamás le había escrito un poema
a su
pelo rubio, sus margaritas rosadas,
su blanca piel traída de Ucrania,
y el
reproche regresa
soplándole
esos años como humo de tabaco en los ojos.
La
vida entonces les sobraba
y la
dejaban pasar en los bancos de los parques,
su
cabeza en su falda,
sus
manos en su cintura,
su
mirada en su mirada
con
el dolor íntimo del primer encantamiento,
porque
ella era el mismísimo amor
escapado
del laberinto de los veinte años
y
caminará eternamente
por
una avenida de palmeras
mientras
él la dibuje como una sombra detrás de casi todo.
Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
jueves, 29 de marzo de 2018
2 poemas de MANUEL MARTÍNEZ MORALES
Algo de poesía tibia
algo de palabras
al menos
para calmar la sed y el miedo
para calmar la rabia
porque esto aún no revienta.
Algo de recorrer prados inocentes
de juegos vespertinos
Algo, en fin, de mi infancia
para calmar mi sangre
para mis pasos cansados
de andar por estos tristes lugares.
Un poco de sonrisas
de frescas mañanas
de ir y venir por el campo.
Un poco, amigos,
de solitaria paz
para mis ojos
hinchados de llorar.
Viento, huracanes
y palabras duras,
gritos mas bien
para que esto comience de una vez
para que retumbe la tierra...
Un fusil para todos
para que esto acabe ya
para que mi hijo
duerma tranquilo
y para que las mujeres
vuelvan a echar raíces en la tierra.
Quisiera también
una camisa limpia de coraje
y calles amplias
para todos nosotros
Y, sobre todo,
mucha fruta para los niños.
***
Plegaria de nadie 2
Los sefarditas lúdicos
preparan su examen de conciencia,
en tanto en otro lugar
distante años luz
muere el último
rinoceronte blanco
sobre el planeta.
Padre nuestro
que no estás en los cielos
ni se hace tu voluntad
pues en tu grandeza
no permitirías
que aquí en la tierra
tales vilezas se cometieran,
que desde la cúpula imperial
adoratorio del becerro de oro
se patrocine la destrucción de
la vida
en esta Tierra que nos alberga.
Ni permitirías
que tus muchos hijos
los más humildes
fabriquen el pan de cada día
para que unos pocos
se lo traguen
o lo negocien.
Déjanos caer en la tentación
de arrastrar al dictador
al sátrapa ladrón
al tirano asesino
hasta el basurero de la historia.
Y líbranos de este mal
del que, a la vez,
somos hacedores y víctimas.
Ilumínanos
con amor y conocimiento
para librarnos del rencor
y el deseo de venganza.
No permitas
que nuestro corazón enmohezca
ni que nuestras indignadas voces
enmudezcan.
Permítenos
no perder la esperanza
de juntar manos y corazones
pensamiento y voluntad
para entre todos
detener el cataclismo
que se avizora.
preparan su examen de conciencia,
en tanto en otro lugar
distante años luz
muere el último
rinoceronte blanco
sobre el planeta.
Padre nuestro
que no estás en los cielos
ni se hace tu voluntad
pues en tu grandeza
no permitirías
que aquí en la tierra
tales vilezas se cometieran,
que desde la cúpula imperial
adoratorio del becerro de oro
se patrocine la destrucción de
la vida
en esta Tierra que nos alberga.
Ni permitirías
que tus muchos hijos
los más humildes
fabriquen el pan de cada día
para que unos pocos
se lo traguen
o lo negocien.
Déjanos caer en la tentación
de arrastrar al dictador
al sátrapa ladrón
al tirano asesino
hasta el basurero de la historia.
Y líbranos de este mal
del que, a la vez,
somos hacedores y víctimas.
Ilumínanos
con amor y conocimiento
para librarnos del rencor
y el deseo de venganza.
No permitas
que nuestro corazón enmohezca
ni que nuestras indignadas voces
enmudezcan.
Permítenos
no perder la esperanza
de juntar manos y corazones
pensamiento y voluntad
para entre todos
detener el cataclismo
que se avizora.
Sólo danos, a los más pequeños,
a los nadie
la espada de la justicia
y la antorcha de la libertad
para con nuestros cansados pies
seguidos de nuestros hijos
caminemos más allá
del arco iris
a la tierra soñada
más nunca prometida.
Amén.
a los nadie
la espada de la justicia
y la antorcha de la libertad
para con nuestros cansados pies
seguidos de nuestros hijos
caminemos más allá
del arco iris
a la tierra soñada
más nunca prometida.
Amén.
Manuel Martínez Morales
miércoles, 28 de marzo de 2018
martes, 27 de marzo de 2018
lunes, 26 de marzo de 2018
TEORÍA DEL CAMPO UNIFICADO
La aspiradora se aspiró a sí misma
y ahora no se donde está,
tal vez en un universo paralelo
donde las curvas se toman en línea recta,
lo lleno se vacía,
arriba y abajo se confunden,
lo concreto se disuelve,
lo separado se junta
y lo inexistente comienza a existir
como si existiera.
Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
donde las curvas se toman en línea recta,
lo lleno se vacía,
arriba y abajo se confunden,
lo concreto se disuelve,
lo separado se junta
y lo inexistente comienza a existir
como si existiera.
Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
domingo, 25 de marzo de 2018
MULTIVERSOS
El
universo en el que Dios mete su dedo en el espacio
y
hace girar las galaxias lentamente,
el
universo donde todas las galaxias
se
reflejan en un charco de agua,
el
universo donde una gota de agua lleva inscrita
toda
la historia del diluvio universal,
el
universo donde los átomos tienen la forma del Chomolangma,
el
universo donde la espuma que rompe en la playa de Mazagón
tiene
siempre la misma edad,
el
universo en el que cuando hacemos el amor
brotan
diamantes por los humedales de la casa de los Escribanos,
el
universo en el que Juan Carlos Usó
le
pasa un pitillo a David Castillo
mientras
Daniel Macías le explica su proyecto
de
iluminación para torpes al Niño de Elche,
el
universo en el que viajo en moto por Zanskar,
el
universo de las playas fósiles doradas por el sol
en
el gompa de Lamayuru,
el
universo en el que veo pasar a Marco Polo
desde
una duna del desierto de Nubra,
el
universo de un cuadro de Willen de Kooning,
el
universo donde Carles Santos toca Bujaraloz
by night
en
un bucle sin fin,
el
universo de la sala de los delfines en Knossos,
el
universo de dos que se dan la mano en el camino de Montemayor,
el
universo de las gotas de lluvia en la ventana
de
mi dormitorio en la casa del lago de Proserpina,
el
universo del ciclamor en flor,
el
universo de unos niños que juegan a saltar a piola
en
la calle azul y blanca de la Fuente de Moguer,
el
universo de las pisadas un atardecer frente a las islas Marietas,
el
universo del que te mira por primera vez,
el
universo de la cama de las pulgas en la casa de Ámbar Past
en
San Cristóbal de las Casas,
el
universo en el que Duarte con París es una avenida vacía,
el
universo en el que Glaem Parls me recita Papi
quiero piña
en
una voladora atestada camino de Guayacanes,
el
universo de las luces plateadas de una carroza de boda
pasando
junto al crematorio de Manikarnika en Varanasi,
el
universo en el que Kaushiki Chakravarthy canta el Yaad Piya ki Aaye,
el
universo de los bebederos de pájaros
en
la casa de Juan en Vilanrosa,
el
universo de los lavabos del Bombay en el DF,
el
universo del que se ahoga en un mar muy azul,
el
universo del que ve atardecer en Cais das Colunas,
el
universo del que se coloca una chancla en la cabeza,
el
universo del que escribe AMOR con un punzón en la pared,
el
universo del que se pierde entre el centeno,
el
universo del que rememora sus vidas pasadas al contacto con un burrito,
el
universo de los amantes que se esconden detrás de una duna
en
Praia da Ponta da Areia,
el
universo del que recita para nadie en la Pulquería de Insurgentes,
el
universo del que come chile enogado en la plaza de la Concordia de Cholula,
el
universo del que fuma en la explanada del santuario de la Virgen de los Remedios
con
el Popocatepetl nevado al fondo,
el
universo del que canta en náhuatl
en
el centro cultural Tierra y Libertad de Lerma,
el
universo del que vuelve a la pirámide de la Luna en Teotihuacán,
el
universo del que busca refugio en un pozole
un
día lluvioso de muertos en San Juan Chamula,
el
universo que recoge todos los lugares
que
no tenían a dónde ir,
el
universo en el que nada importa lo que importaba,
el
universo en el que no existe el dolor, las heridas, la memoria,
el
universo del que despertó su kundalini,
el
universo en el que se refleja el universo,
el
universo del multiverso
como
matrioskas, mamushkas, babushkas
o
la suma de todas las acequias, todas las moradas,
todas
las puertas camufladas que comunican entre sí
dando
forma a los resplandecientes rasgos
del
rostro del que formas parte,
universos
del multiverso,
no
puedes entrar,
nunca
saldrás de él.
Antonio Orihuela. Disolución. Ed. El Desvelo. 2018
Antonio Orihuela. Disolución. Ed. El Desvelo. 2018
sábado, 24 de marzo de 2018
PUENTE DE EINSTEIN-ROSEN
Es de noche, y ahora
lo volvemos a cruzar sin turistas.
Tú te curvas sobre mi hombro
y mi brazo se ciñe a tu cintura
conscientes de haber conectado
puntos muy distantes,
de ser dos cuerdas cósmicas,
por fin vibrando juntas, entrelazadas,
porque lo que sabíamos y olvidamos
no se había perdido y vuelve,
porque todo lo que fuimos permanece
aunque sea imposible de recuperar.
No hay 60 segundos en un minuto.
No hay 60 minutos en una hora.
No hay 24 horas en un día,
te estoy mirando por primera vez.
Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
viernes, 23 de marzo de 2018
jueves, 22 de marzo de 2018
LA GRAN BELLEZA
Ahí están las puertas
para
verte desde fuera,
la
malla que hay que cortar,
el
pájaro que hay que imitar,
el
ojo que hay que cerrar
para
que la visión se abra.
Ahí
están las puertas,
pero
miramos sin ver
y
como no vemos,
no
tenemos respuestas,
porque
no tenemos preguntas.
Tenemos
muros, recintos,
enfermedades,
dolores,
lenguaje,
cercos
de realidad
cada
vez más circunscritos.
Somos
el telar descompuesto
sin
memoria de su urdimbre,
furtivos
en una provincia de lo infinito
que
no quieren dejar de soñar
por
temor a despertar en otra parte.
Ahí
están las puertas
con
su transparencia,
con
su más allá
y
su más acá
unidas
con
sus muchos mundos,
formas,
flecos, hilos sueltos,
mensajes
sin mensajes
que
celebran la vida.
Ahí
están las puertas.
Deja
tu
máscara
en la puerta.Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
miércoles, 21 de marzo de 2018
LA ESPIRAL
No fumaba, pero tenía el corazón de la familia,
uno de esos corazones que se cansan de andar
y que, poco a poco, fue dejándolo postrado,
confundiendo sus días,
convirtiendo a mi padre en mi hijo,
un niño tranquilo que se pasaba el día
sentadito delante de la televisión,
pelando las hojas de un sueño
en espiral
hasta su vacío centro
y ascendiendo en espiral por ellas
hasta abrir los ojos de nuevo
en mi insistencia
y verme yo, nervioso, azorado,
llamando en su pupila azulísima.
En ese ir y venir
se fue olvidando de sus pájaros,
de los bares a los que iba a tomar café,
del pueblo de donde apenas había salido,
del viaje de novios a Italia que le regalé
cuando sus bodas de plata,
se fue olvidando de su coche, de cenar,
de las plantas, de las cosechas, de sus hijos
y se aferró aún unos años a su infancia de huérfano,
sus travesuras, el infinito amor
que le prodigó la mujer a donde fue a morir
con sus últimas palabras.
Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
martes, 20 de marzo de 2018
CENIZAS
Tú tendrías que haber cumplido mi última
voluntad,
no yo la tuya.
Decían que fuera a verte,
que te habían vestido con tu traje de
novia,
que parecías un angelito,
pero no tuve valor para mirarte,
a pesar de los disfraces, las cremas y
los coloretes
los muertos se parecen demasiado a los
muertos,
prefiero sentirte como un cascabel que
me acompañará a todas partes
y que en las brumas finales me guiará a
través de la última de mis batallas.
Cumplimos tu voluntad
en las hermosas dehesas de Doñana,
donde cada primavera podrás ver pasar
las carretas
en las que tal vez vuelvas a ir sin
saberlo,
te levantes en un baile del polvo a ti
misma,
despierta en la nada que es el sueño
completo de la vida,
sin recuerdo alguno de los que un día
cumplieron tu última voluntad,
que nada sepas de un día de lluvia
en el que con el corazón helado
te vimos arder, avivando las llamas
con unos zapatos que jamás tocaron el suelo.
Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
lunes, 19 de marzo de 2018
3 poemas de 50 POEMAS de JOSÉ LUIS PIQUERO
NOCHES
A SOLAS CON LOS AMIGOS DE ANTES
Te
juro que de noche vienen a verme todos
aquellos que he engañado a lo largo del tiempo.
Me miran con los ojos terribles de tristeza,
seguro que no saben que me alegro de verles.
Mis amigos y víctimas. No es tan malo en el fondo
estar aquí sentado recibiendo visitas.
Mis víctimas de cuando y por qué. Si pudiera
yo les explicaría que no soy responsable.
Con la noche muy alta oigo lejos los trenes
y a menudo me pierdo en las luces del fondo.
Una ventana sola, con una luz muy triste,
me distrae un momento con preguntas absurdas.
Quién vela en ese cuarto y si vendrán a verle
fantasmas de los vivos que tratamos un día;
también estos -me digo- le recordarán hechos
del pasado, secretos, graves conversaciones
de adolescentes, sombras de una tarde de sol
con adornos de fiesta y una banda tocando,
o un café en una vieja cafetería del centro,
copas a medianoche, gente que dice cosas...
Darán otras versiones, cambiarán un detalle.
Él se esfuerza en hacerles comprender que no siempre
varios puntos de vista vienen a coincidir,
pero con un esfuerzo, de buena fe podríamos
situar el contexto y ponernos de acuerdo
en lo más esencial.
Pero ellos me responden
que es demasiado tarde para pasar por alto
tantas malas jugadas como he hecho en mi vida,
las pequeñas traiciones, las infidelidades,
y con razón me dicen que, si soy inocente,
por qué les dejo franco el paso de mi cuarto,
y preguntan si tengo la conciencia tranquila.
Y te juro que entonces ya no sé contestar
y aventuro tardías disculpas que no escuchan.
Empiezan a dar mueras para matarme poco
de esas muertes pequeñas que causan tanto daño,
y me quedo pequeño yo también y desnudo
y en mi rincón de siempre me abrazo a mis rodillas
sin encontrar tu mano para apretarla fuerte
mientras llueven los golpes, y te llamo, te llamo,
dónde estarás tú sola con tus propios fantasmas.
Algunas noches vienen a visitarme todas
las personas que he amado a lo largo del tiempo.
Ojalá que una noche me encontrasen dormido.
No querrían entonces que yo les visitase.
aquellos que he engañado a lo largo del tiempo.
Me miran con los ojos terribles de tristeza,
seguro que no saben que me alegro de verles.
Mis amigos y víctimas. No es tan malo en el fondo
estar aquí sentado recibiendo visitas.
Mis víctimas de cuando y por qué. Si pudiera
yo les explicaría que no soy responsable.
Con la noche muy alta oigo lejos los trenes
y a menudo me pierdo en las luces del fondo.
Una ventana sola, con una luz muy triste,
me distrae un momento con preguntas absurdas.
Quién vela en ese cuarto y si vendrán a verle
fantasmas de los vivos que tratamos un día;
también estos -me digo- le recordarán hechos
del pasado, secretos, graves conversaciones
de adolescentes, sombras de una tarde de sol
con adornos de fiesta y una banda tocando,
o un café en una vieja cafetería del centro,
copas a medianoche, gente que dice cosas...
Darán otras versiones, cambiarán un detalle.
Él se esfuerza en hacerles comprender que no siempre
varios puntos de vista vienen a coincidir,
pero con un esfuerzo, de buena fe podríamos
situar el contexto y ponernos de acuerdo
en lo más esencial.
Pero ellos me responden
que es demasiado tarde para pasar por alto
tantas malas jugadas como he hecho en mi vida,
las pequeñas traiciones, las infidelidades,
y con razón me dicen que, si soy inocente,
por qué les dejo franco el paso de mi cuarto,
y preguntan si tengo la conciencia tranquila.
Y te juro que entonces ya no sé contestar
y aventuro tardías disculpas que no escuchan.
Empiezan a dar mueras para matarme poco
de esas muertes pequeñas que causan tanto daño,
y me quedo pequeño yo también y desnudo
y en mi rincón de siempre me abrazo a mis rodillas
sin encontrar tu mano para apretarla fuerte
mientras llueven los golpes, y te llamo, te llamo,
dónde estarás tú sola con tus propios fantasmas.
Algunas noches vienen a visitarme todas
las personas que he amado a lo largo del tiempo.
Ojalá que una noche me encontrasen dormido.
No querrían entonces que yo les visitase.
RIMBAUD
Yo
no quiero ser yo. La vida entera
la
gasté en reinventarme, como un fénix doméstico.
Me
fui sobreviviendo como pude.
Yo
no sé quién soy yo. Tal vez la máscara
debajo
de la cara. La pregunta.
Yo
no pude ser yo. Y el minucioso
trabajo
de vivir sin heroismo se quedó para otros.
La
verdad es la triste descripción del secreto.
No
quise ser verdad. Quiero ser Nadie.
EXTRAVIADOS
Hemos
estado siempre aquí.
Nunca
ha habido otro tiempo ni otro espacio.
Una
mañana el aire
estaba
como virgen, intocado
por
la mano del dios, y comprendimos:
nunca
llegamos, nunca nos iremos.
Una
rueda perfecta, si esto fuera una rueda.
Una
prisión perfecta, si fuera una prisión.
¿Y
por qué iban a ser las cosas de otro modo?
Ellos
nos miran pero no nos ven.
Se
diría que esperan algo que va a ocurrir.
Nunca
ha ocurrido nada
y
nada va a ocurrir. Permanecemos.
Ha
de haber un milagro en todo esto.
O
mejor nos dejamos de milagros.
Aflicción,
no nos dejes
ahora
que sabemos lo que somos.
Aflicción:
nuestra última certeza
cuando
ya no nos quedan más certezas.
José Luis Piquero. 50 poemas. Antología personal (1984-2014). Ed. La isla de Siltolá. 2014
domingo, 18 de marzo de 2018
DE CREENCIAS Y ESCLAVOS VAROUFAKIS/COQUELIN/SLOTERDIJK/MANUEL
MUCHOS CREEN que las monedas metálicas se idearon para ser utilizadas en
las transacciones, pasando de mano en mano. Pues bien, no fue así.
Por lo menos en Mesopotamia, ¡las monedas metálicas se utilizaban
para registrar la distribución del superávit agrícola mucho antes
de que se les diera el uso actual! Tenemos pruebas de que, en algún
momento, el registro de derechos de propiedad sobre los cereales que
se guardaban en los almacenes comunes se hacía en función de
monedas metálicas virtuales. ¿Virtuales? Sí, virtuales. Por
ejemplo, en el registro contable se escribía: «El señor Nabuj
recibirá cereales por valor de tres monedas metálicas».
Lo
divertido es que estas monedas, o bien ni siquiera existían —es
decir, no se acuñaron hasta centenares de años después—, o bien
existían pero pesaban demasiado como para que circularan. De este
modo, las transacciones sobre la parte del superávit se realizaban
en función de unidades monetarias virtuales. Pero algo así requería
lo que llamamos creer
—en
latín, credere,
y en inglés, credit—:
la creencia o confianza de que estas unidades virtuales tenían valor
de cambio y por eso merecía la pena que alguien trabajara para
recibirlas.
Sin
embargo, para que existiera esa confianza, era necesario que hubiera
algo parecido a lo que nosotros llamamos Estado:
una institución colectiva que sobreviviera a la muerte del señor y
en la que alguien pudiera confiar que le daría, a su tiempo, la
parte del superávit que le pertenecía.
Yanis
Varoufakis. Economía sin corbata. Destino, 2015.
LA MAYORÍA de las operaciones de crédito se efectúa, en todos los
países, dentro del círculo de las mismas relaciones industriales.
El productor de materias primas se las adelanta al fabricante que ha
de transformarlas, obteniendo de éste una promesa de pago con
vencimiento fijo. El fabricante, después de realizar la parte del
trabajo que le corresponde, adelanta a su vez en condiciones análogas
su producto a otro fabricante encargado de seguirlo transformando,
con lo cual el crédito va extendiéndose de uno en otro hasta llegar
al consumidor. El comerciante al por mayor adelanta sus mercancías
al comerciante al por menor, después de haberlas obtenido en las
mismas condiciones del fabricante o del comisionista. Todos toman a
préstamo con una mano y prestan con la otra, a veces dinero, pero
con mayor frecuencia productos. Se realiza así, en las operaciones
industriales, un intercambio incesante de anticipos, que se combinan
y entrecruzan en todas direcciones. En la multiplicación y en el
crecimiento de estos anticipos mutuos consiste precisamente el
desarrollo del crédito, y aquí es donde se halla la verdadera sede
de su poder.
Charles
Coquelin.
Le
crédit et les banques.
Guillaumin,
1848.
CUANDO LOS ESQUEMAS del negociar con riesgo se extienden de modo general
—tomar crédito, invertir, planificar, inventar, arriesgar,
reasegurarse, repartir riesgos, crear reservas—, entra en liza una
casta de seres humanos que quiere procurarse por sí misma su
felicidad y su futuro jugando con las oportunidades, que ya no desea
recibir exclusivamente de la mano de Dios. Se trata de un tipo que en
la nueva economía de la propiedad y del dinero se ha dado cuenta de
que las pérdidas aguzan el ingenio, pero las deudas lo aguzan aún
más. La figura clave de la nueva era es el «productor-deudor» —más
conocido por el nombre de empresario—, que flexibiliza
permanentemente su modo de hacer negocios, sus opiniones y a sí
mismo, para, por todos los medios permitidos y no permitidos,
experimentados y no experimentados, conseguir ganancias que le
permitan amortizar a tiempo sus créditos contraídos. Estos
productores-deudores aportan un significado revolucionario, moderno,
a la idea de deuda culpable: una mancha moral se convierte en una
situación estimulante, económicamente sensata. Sin la
positivización de las deudas no hay capitalismo. Los
productores-deudores son quienes comienzan a girar la rueda de la
permanente revolución monetaria en la «época de la burguesía».
El
hecho primordial de la Edad Moderna no es que la Tierra gire en torno
al Sol, sino que el dinero lo haga en torno a la Tierra.
Peter
Sloterdijk. En el mundo interior del capital. Siruela, 2007
AL PRINCIPIO todos nos llamábamos Manuel
Vivíamos
confiadamente con poco
Y
no creíamos que hubiera que poseer nada
Cuando
queríamos algo que tenía Manuel
Le
dábamos a cambio algo nuestro
Un
buen día
Es
un decir
Para
agilizar o acomodar ese intercambio
Manuel
decide dar un valor inventado
Completamente
subjetivo a cada cosa
Como
antes hizo con sus nombres
Confía
ese valor inventado a trozos de metal
O
papeles impresos en bonitos colores
Esos
metales y esos papeles serán el material
Con
el que Manuel construirá sus sueños
Manuel
creerá en el valor inventado
De
esos metales y esos papeles de bonitos colores
Y
estará por siempre en deuda
Con
esos metales y esos bonitos papeles
Manuel
sobrevivirá a crédito y necesitará
Como
norma tradicional vender su alma
Como
procedimiento rápido quedar apresado
Como
sistema consolidado engrosar sus cadenas
Como
costumbre personal dar toda su sangre
Como
condición empeñar su cuerpo en prenda
Como
método hipotecar al menos una vida
Hay
quien dice que lo que da crédito
Al
mundo de Manuel
Es
tener a Manuel siempre en deuda
Imágenes: Ángel Pasos. Street Photography