documentos de pensamiento radical

documentos de pensamiento radical

sábado, 23 de septiembre de 2023

Feliz vejez


 



Qué vieja es siempre la palabra sincera

y qué moderna es siempre la mentira.


Qué viejas siempre las canciones

y qué modernas siempre las guerras.


Qué viejos siempre los abrazos para quienes están lejos de su casa

y qué modernos siempre los prejuicios de quienes poseen la tierra.


Qué viejas siempre las celebraciones del hombre libre

y qué modernas siempre las cárceles y las cadenas.


Qué viejo el tesoro del aprendizaje, de la cercanía, del lecho confortable.

Qué moderno el miedo, la ley, la infamia, la vanidad infinita.


Qué viejos siempre los niños, las madres, los animales, la vida

y qué moderna es siempre la tortura, el hambre, el cementerio de inocentes.


Qué viejo siempre el cese de un conflicto

y qué moderno siempre el comienzo de otro.


Qué viejas siempre las ideas gratuitas al servicio de todos

y qué modernos siempre los balazos en las nucas y los paladares.


Qué vieja siempre la feliz vejez

y qué moderno siempre el dolor, la deuda,

la enfermedad, las pelotas de goma.


Qué viejos siempre los hombres que pelean injusticias

y qué modernos siempre los mercenarios y los traidores.


Qué vieja es siempre la poesía, la hiriente, la rabiosa, la chiquita

y qué moderna siempre la brutalidad de las manos y los pensamientos.


Qué viejo siempre el espíritu de la tierra sin puertas

y qué moderna siempre la estupidez del hombre que la pisa.

 

 

Cristian Esteban Martín. Antipoemas. Ed. Crecida, 2013

viernes, 22 de septiembre de 2023

4 poemas de ANTIPOEMAS de CRISTIAN ESTEBAN MARTÍN


 

 

El aliento del Capital


El aliento del capital

huele a nosotros después del eructo.

Ha tenido buen provecho,

el muy hijo de la gran puta.





Tenerlo todo


Tenerlo todo,

incluso la certeza febril

de que no servirá para nada.




Libre de etiqueta


El que esté libre de etiqueta

que lance la primera idea alternativa.






Sí nos representan


Porque cantamos sus canciones como si fuesen nuestras.

Porque huimos a la desesperada hacía sus refugios.

Porque no hay día que no miremos el reloj para no llegarles tarde.

Porque somos lo que siempre quisieron que fuéramos.


Sí nos representan.


Porque han hecho de nuestra conciencia un estropicio.

Porque somos ratas siguiendo la dulcísima flauta.

Porque marcamos nuestras fechas en sus calendarios.

Porque necesitamos todo aquello que nos venden.


Sí nos representan.


Nos representan aunque a veces salte la liebre,

la mayoría de las veces al interior del saco,

donde se duerme cómodo y sin molestias.



 

Cristian Esteban Martín. Antipoemas. Ed. Crecida, 2013

jueves, 21 de septiembre de 2023

Carta a un Idiota Profundo

 



Ama el trabajo” Te dicen quienes nunca trabajan

Respeta tu entorno” Te dicen quienes hacen las guerras

Cuida tu imagen” Te dicen quienes son horrorosos

Sé sincero” Te dicen quienes mienten

Has de vestir con glamur y a la moda” Te dicen los vendedores de ropa

Respeta la justicia” Te dicen quienes hacen las leyes

Obra con honestidad” Te dicen los corruptos

Sé casto y puro” Te dicen los pederastas

No seas perezoso” Te dicen los que no hacen nada

Manda a tus hijos a la guerra” Te dicen quienes tienen a los suyos en la universidad

Arrodíllate” Te dicen los que están de píe

Siéntete culpable” Te dicen los que culpan

Arrástrate frente a una bandera” Te dice el que guarda su patrimonio fuera del país

Consume a diario” Te dicen quienes fabrican a diario

Tome esta medicina” Te dice quien inventa enfermedades

Pon la otra mejilla” Te dice el que golpea

No hables” Te dice el que no se calla

No pises la hierba” Te dice el genocida

No abortes” Te dice el que trafica con niños

Sé libre” Te dice el carcelero

Obstrucción a la autoridad” Te dice un tipo que golpea gente indefensa

Sed austeros” Te dice un banquero

Paga por tus crímenes” Te dice el aforado

No vivas de los sueños” Te dice quién se aprovecha de la realidad

Ábrete de piernas” Te dice quién tiene clausurado el cerebro

Crúzate de brazos” Te dice el que se mueve

Muévete” Te dice el que se cruza de brazos

No pienses por ti mismo” Te dice el que piensa por los demás

No te rebeles” Te dice el que tiene la sartén por el mango

Cree en dios” Te dice quién humilla al hombre

Sed súbditos” Te dice quién no responde ante nada

Obedece a los mercados” Te dice quién cobrará de los mercaderes

Ser feo es angustioso” Te dicen los vendedores de maquillaje

Sé libre y espiritual” Te dicen los vendedores de coches

Hay que hacer un sacrificio más” Te dice quién no renuncia a un privilegio de menos

Sé un patriota” Te dice un mercenario

En esta vida hay que apostar” Te dice el dueño de un casino

Me llena de orgullo y satisfacción” Te dice un señor que es un orgulloso satisfecho

La Herencia Recibida” Te dice un partido que siembra miseria

Finiquito en diferido” Te dice una abogada que dirige un país

Sé constante y serio” Te dice un empresario que evade impuestos y deslocaliza

Sé un idiota profundo” Te dice un subnormal a tumba abierta


Cristian Esteban Martín. Antipoemas. Ed. Crecida, 2013

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Humana voz


 



A mi madre


Quisiera

que la humana voz

–la pura voz humana–

llegue a hombres y mujeres

antes de que acabe el mundo a cada rato,

sin estrépitos.


Anotar los sonidos angostos,

escribir

palabras-dardo pero palabras buenas;


extraer mi canto de la boca de la calle

con verbos que nacen de la lengua del deleite

y el respeto.



[Desdentar las aristas de la enfermedad,

deletrear los perfumes de la primavera,

versificar cada ángulo de la discriminación,

confinar el desprecio de moralistas,

desvestir a los publicistas del ahorro básico,

suspender las ejecuciones de los cotidianos asesinatos de la dignidad,

doblegar el fusil de los cazadores, desabotonar fronteras,

transterrar hienas.]


Palabras que abran puertas, que erijan puentes,

que sanen, que alimenten


al perro apaleado y abandonado:


al exangüe, al perseguido, al tullido, al barrendero que del suelo retira colillas y mascarillas usadas, a la peruana que cuida a ancianos y apenas puede cuidar a los suyos, al carpintero precario y a la universitaria que subsiste de camarera, a la gitana analfabeta, al mantero negro muy negro, a las kellympian retretes públicos y padecen el síndrome del túnel carpiano, al senegalés deportado en autobús y abandonado para morir en el Sáhara, al moro esclavo en el invernadero, al parado de larga duración, a las violadas y a las que lo serán, a la enferma mental, a las once personas que se suicidan cada dos horas y quince minutos a diario en este país, y al enfermo crónico,

carne de fantasmas a los que no vemos: nos.otros.



Quisiera, ay,

sosegar mi propio insilio,

laborar el lenguaje con voluntad en mano,

quizás de forma no tan lúcida, pero sí limpiamente infatigable.




Practicar –escribir– el amor

con expresión anónima

en un hueco entre los ruidos,


y ser jilguero, tal vez,


pero en sigilo.





ir conjuntando la mirada y el verbo,
este oficio tan de tanteo, tan de sombras
que persiguen la luz como un ahogado (…)

qué desatino necesario

este de transmitir la vida boca a boca,
de defender al árbol como a un hombre
y defender al hombre como a un planeta (…)

defenderlo con onomatopeyas,

con sílabas, palabras.

Palabras nada más (…)

Francisca Aguirre, «Oficio de tinieblas», Los trescientos escalones

Hago versos

porque no sé hacer la guerra. (…)

Si supiera hacer la guerra

engendraría agua con mis ojos

y repartiría lluvia en bocas torturadas.

Pero soy cobarde, señoras y señores, soy cobarde y hago versos.

Hago versos porque es mi forma de hacer amor,

y porque esta guerra está perdida cuando dejamos de ser humanidad.

Lola López Martín, piel adentro vocabulario tierra.

 

Lola López Martín,

Con la hiel en los labios,

Editorial Ultramarina,

Sevilla, 2023.

martes, 19 de septiembre de 2023

Sangre

 





A todas mis ancestras



Cuando tenía diez años

me explotó una bomba entre las piernas.

Creí que iba a morir de dolor.

Un agujero implacable me horadaba

y perforaba mis entrañas.

La infancia se desgarró

y saltó por la ventana.



Cuando tenía diez años

descubrí que podía mi cuerpo

engendrar otro cuerpo.


En la primavera de cada mes

sobrevivo a un naufragio de amapolas.

Ansío comer pizza y chocolate a deshoras

y no soporto el olor de la mandarina.

Por mis venas se combustiona electricidad.

Un enjambre de alfileres se me clava en los riñones.

Sabe a arcilla la saliva

y a óxido de hierro el sudor.

Mi vagina descorcha una botella de champán efervescente.

Mi ombligo germina una jugosa sandía,

trufada de dinamita con pepitas de miel.

Rebosan de lluvia los pechos

y de mis pezones brotan lagartos y margaritas.


Cuando desciende por mis caderas la luna púrpura

presiento el rugido de las leonas,

añoro el templado regazo de las marsupiales,

descifro el canto de las ballenas,

y en su aleteo evocan mi aliento las abejas.


En la primavera de cada mes

mi corazón se hace agua;

se posa en mi hombro el colibrí más indefenso,

y me convierto en nodriza de las gatas callejeras

y de las perras en celo.

Se incrustan en mi nuca los alaridos

de los heridos que habitan esta tierra herida,

y mi propio alarido nace

de todas las sufrientes de dos pies

y de las torturadas a cuatro patas.


Mis huesos arrastran un cansancio extremo,

un cansancio heredado

de atavismos remendados entre hormonas e instintos,

patrimonio de nuestro sexo lábil.


Mis manos heredo en llagas

de costureras, lavanderas, jornaleras, cocineras, esclavas, brujas y rameras,

desdentadas, artríticas, ignorantes, ultrajadas y violentadas;

manos de pintoras, médicas, astrónomas, escritoras,

hacedoras silenciadas.

[Como ellas, tantas veces, yo también

vi mermar mi sueldo,

el trabajo y las oportunidades

porque mi nombre se escribe con a.]


Árbol de madres hermanas abuelas hijas

que retoña bajo un techo de cristal,

linaje de hembras zurcido a golpes en la historia.


Mis venas se remontan

a los primitivos aullidos homínidos de la pequeña Lucy, luchando por subsistir,

a la pelvis madura de una Eva huérfana de madre y sin cordón umbilical,

al útero telúrico que perpetuó mi huella día a día, año a año, siglo a siglo

hasta engendrar azarosamente el cuerpo que habito,

cuerpo hogar interior de selvas matinales y desiertos nocturnos.

Sus paredes se sostienen en una argamasa anudada

de cicatrices y calostro;

y en sus curvas y circunvoluciones

fructifican hipsípilas y cristales, almendras y escarcha, rizomas de alma.


Un flujo racial recorre mi vulva forjada con polvo de estrellas,

y se extiende hasta las arrugas y cromosomas

de la descendencia futura de mi costilla.

Me arden los ovarios en un magma de magnolias,

orugas y peces.


Soy una mujer que está ovulando

gota a gota

flor a flor

la genealogía humana que ha llegado hasta mi vientre.


Soy carne que engendra vida,

vida que engendra carne.

Soy sangre.


Porque me hice mujer, por regla de naturaleza impuesta,

me pregunto si también los hombres

descubren a los diez años

que ya son hombres.







Cómo habría cambiado mi vida de haberme llamado Emilio.

Emilia Pardo Bazán






Lola López Martín,

Con la hiel en los labios,

Editorial Ultramarina,

Sevilla, 2023.

lunes, 18 de septiembre de 2023

E/Lección:




A veces, la única elección

es

conformarse con lo que no hay.

 

 

 

 

Lola López Martín,

Con la hiel en los labios,

Editorial Ultramarina,

Sevilla, 2023.

domingo, 17 de septiembre de 2023

PARA EL POBRE









es ave ya cazada el pobre

enjaulada la boca

castrada la voz

vuela

la libélula

con luz propia



el ave cazada

llegará a amar su jaula






las cucarachas sobreviven a la radiación - a temperaturas extremas - a catástrofes nucleares - al covid.19 - aguantan cuarenta minutos sin respirar - ignoran el entendimiento - el salario mínimo - no padecen tuberculosis - ni alzhéimer - ni estreñimiento - no conocen las pirámides - ni la mortalidad infantil - ni las bombillas de bajo consumo - ni los calcetines - ni la metadona - ni las bicicletas - ni las metáforas - ni la vulneración de derechos básicos - ni la restricción de oportunidades - ni las bolsas de plástico - ni la desnutrición - ni Júpiter - ni a Goya - ni a Sócrates - ni a María Moliner - ni a Hipatia de Alejandría - ni el jabón de afeitar de mi tío Vicente - ni el blues africano - ni afirman ni niegan a dios - ni al demonio - ni al Fondo Monetario Internacional - poseen un abdomen segmentado en diez partes - se cuelan por grietas y tuberías - residen en ambientes húmedos aunque se adaptan a cualquier entorno - son portadoras de bacterias y aniquiladas como plagas - caminan con tres pares de piernas - disfrutan con los desechos y cuando no los hay se ingieren entre sí mismas y reducen la población - descienden de un mundo preliminar a las lavadoras - a la leche desnatada - al desempleo crónico - anterior al cine - a las vacunas - a Matusalén - anterior al número cero - anterior al fuego - ajenas a la privatización - a la corrupción - a los preservativos - a las rebajas de temporada - sobreviven días e incluso semanas sin cabeza - pueden aguantar sin alimento un mes - asumen de natural la privación severa de necesidades básicas - rara vez mueren de viejas sino que son alimento de lagartijas escorpiones arañas y pájaros - sufren si se quedan solas - viven en familia hasta varias generaciones juntas - forman sociedades igualitarias - y toman decisiones colectivas por el bien común





¡liberad

de los hombres

a los hombres!






porque vivimos a golpes

canto al pobre que nació cucaracha y quiere ­­–puede– ser

libélula

a los que renuncian a la felicidad porque no pueden pagarla

comediantes anónimos de tragedias cotidianas

a los marginados

a quienes se les cae la casa encima o ya perdieron el techo

al que guarda cola durante horas y horas

y no deja de ser siempre el último de la fila

a los protagonistas de ningún noticiario

a los que fornican con la precariedad

a quienes son la mercancía de un saco sin fondo

y de un patrón usurero

a quienes se retuercen de espasmos

mientras esperan una medicina que nunca les llegará

a los que trabajan para seguir siendo pobres

a los esclavos de la caridad

a los que supuran hacia adentro

canto









canto –escribo–

a los que malcomen, malduermen y malviven1, libres

pero enjaulados,

a los que rebuscan en la basura,

a los que ellos mismos son

una inmundicia silenciosa








canto

canto

canto


y encierro mi propio llanto







poesía necesaria

como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto (…)

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos (…)

Gabriel Celaya, La poesía es un arma cargada de futuro.

Te vendiste / parte / a / parte

para deslizarte con silueta de gato

sobre los sueños nocturnos

de los jardineros en paro,

de los mendigos estacionados al filo de la honestidad,

de las mujeres africanas con el himen cercenado,

de los que nacieron para malvivir.



Lola López Martín, piel adentro vocabulario tierra

 

 

 

 

Lola López Martín,

Con la hiel en los labios,

Editorial Ultramarina,

Sevilla, 2023.


Fotografía de Juan Sánchez Amorós

1