documentos de pensamiento radical

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jueves, 28 de abril de 2016

4 poemas DEL CASCARÓN Y EL HUEVO de ANDREU CAÑADAS CUADRADO





U-TOPOS



Llevas en tu auroro una utopía

de palabras llenas

y mil fábricas vacías.

Cántaros ínfimos

fórmulas quiméricas,

puentes.

Crónicas póstumas,

alcobas vacías

ríen por amores.

Valientes partidas

revientan aguas de empeño

que bailan la anchura

de la austeridad.

Que sienten el risco

de la anatomía.





TIEMPOS



Existe una franja llamada Holocausto

que mora tras las acciones.

Es como una nota descuidada, que adviertes

intermitente

cuando te afanas en no mirar atrás.

En el momento en que olvidaste tus ojos

desoyendo

se volvió a rajar el límite ominoso.

Cuando observaste el rostro del último lince

y ya no viste nada

el gas volvió a cernirse sobre nuestros rostros.

–Ahora,

dulcemente administrado–

Holocausto es la palabra

que espera tras el Final.





ESPERANZA



Espero

el día oportuno:

renuncio.

Ya vendrán los meses buenos

ya

las horas,

en que se estrene el viaje ansiado

y se desprenda libertad.

Ya vendrán...

Recuerdo el sueño soñado

desprecio:

Los rugidos de mis canas

el fulgor de mis desvelos.





LAS OLAS



Risa, juego, inocencia, llanto;

sueño, fuego, rebeldía, amor;

duda, empuje, vibración, azar;

vuelco, esfuerzo, libertad, campo.

Riesgo, letras, amistad, cante;

magia, ayuda, corazón, hondo.





Andreu Cañadas Cuadrado. Del cascarón y el huevo. Ed. Devenir, 2016

miércoles, 27 de abril de 2016

AMANECE




Amanece,
de pecas tu espalda.


Antonio Orihuela. Esperar Sentado. Ed. La Baragaña, 2014

lunes, 25 de abril de 2016

FUERA DE TEMPORADA




están construyendo un algo
que creían ya no existía,
inventando palabras para explicarse lo que les está pasando
dibujando en un mantel de papel el lugar soñado
aquí está el bosque, aquí las montañas, aquí la mar
aquí el camino, aquí el rock and roll,
aquí bajo la cascada una hamaca
en esta mancha de vino una fuente
en esta esquina nunca se va el sol;
en la tarde buscan rincones solitarios
compran libros de segunda mano
y bailan en una cafetería donde no baila nadie;
a la luna la celebran
bañándose en un mar lleno de estrellas chiquititas,
ella tiene las piernas más bonitas del mundo
él unas manos hechas para acariciar;
felizmente borrachos juegan al futbolín con los jóvenes del pueblo
y en un bar de copas donde ponen a la Velvet Underground
se dejan convidar por un camarero que cree reconocer en ellos la aventura y el amor;
en el amanecer, cuanto ya los pájaros cantan,
en la pensión que es un palacio, que es un castillo
en una cama que se les hace grande
hacen el amor sin prisa
y duermen acurrucados
haciéndose un solo cuerpo

abrazados en una sola interrogación


José Pastor. Cuaderno de veredas. Ed. Piedra papel libros. 2016

jueves, 21 de abril de 2016

2 poemas de CUADERNO DE VEREDAS de JOSÉ PASTOR




estas eran nuestras únicas armas

cuando perdimos las lágrimas
fue cuando fuimos
ya para siempre
derrotados




saltad la banca

la lucha más honesta
es la de los que no tienen nada que ganar




José Pastor. Cuaderno de veredas. Ed. Piedra papel libros. 2016

miércoles, 20 de abril de 2016

YA NO QUEDA VINO EN LA PECERA de INDIO ZAMMIT



NO SIEMPRE TE QUERRÉ

Siempre es un eufemismo,
es exagerado,
la primera trampa de La Biblia,
la última esperanza de la justicia.
Siempre no existe,
ninguna palabra es eterna,
ni siquiera el tiempo sobrevivirá siempre.
Por eso nos rendimos,
porque no hay siempre
y no siempre estaremos juntos,
ni te querré para siempre.

Siempre es siempre mentira. 

***

Y vuelve revoloteando,
sin atreverse a sostener la mirada
en mi mirada,
en otra danza indescifrable.
Comprendo yo que está lejos,
muy lejos de mi,
pero en este poema acabamos juntos.



Indio Zammit. Ya no queda vino en la pecera. La pérdida de la fe, la civilidad y el amor. Ruleta Rusa ediciones, 2016

martes, 19 de abril de 2016

5 poemas de YA NO QUEDA VINO EN LA PECERA de INDIO ZAMMIT





PRESENTE
Mientras los paños mojados
se escurren,
quedan flores en el barreño.
Mil piruletas entretienen también
a todos aquellos
que pensaron que el futuro estaba lleno
y quedarse en el presente
era una idea vanguardista.
No ven la televisión,
pero esnifan tofu
cuando creen haber comido ternera,
tejen sus propios jerseis,
malvas y rojos,
y critican el cine
que disfrutan sus vecinos.
Pero a la hora de matar
se arrugan.
La sangre, que atrae a las moscas,
repele a los pusilánimes.
La sangre de los pusilánimes,
sin embargo,
alimenta el sistema.




FRÍO

Hacía frío fuera.
Era más viento que otra cosa,
era falta de medicinas.
Había olvidado ya
la sensación de cortar un trozo de queso.
Todas las sillas eran prestadas.
Ni tan siquiera conseguía dos veces la misma
en la única cafetería en que me dejaban entrar.
La sopa de ayer,
siempre la sopa de ayer
y cada vez el recuerdo más difuso
del porqué empezó todo esto.




PARABÓLICAS POR GERANIOS

Odio el barrio,
sus jóvenes vencidos,
sus mujeres resignadas a estar solas.
El miedo manda,
nadie se para a escuchar al mendigo.
Migas para las palomas.

La calle no suena a nada,
la noche está vacía,
solo aporta la tristeza
del reflejo en la ventana
de televisores encendidos
en el edificio de enfrente.

Parabólicas por geranios.


 
 
CALLE

Si te falta calle
compra un mapa.
Si te falta calle
cartón de vino y parque.
Parque,
no parquet.
Parque,
no terraza.
Parque.
Parque.
Parque.
Eso si tu barrio tiene
parque.
El mío lo tenía.
El mío lo tenía
y ahora hay un campo de golf.
Si te falta calle
duerme fuera,
escucha a la policía,
pide en el metro.
En los columpios de mi barrio
había que pagar
o comprar costo.
Sólo los camellos se sentaban.
Ahora hay un campo de golf
y los niños se columpian en casa.




NORMAS

La suerte murió esa tarde,
no era lluvia ni apuestas.
Hay veces que no gana nadie.
Esto tiene unas normas
y mañana no existe.
Es hoy la soledad.
La geometría ataca primero en las esquinas desprotegidas.
De cada dos tragos
uno me anima.
Odio los pares,
tu voz.
Odio que te estorbe la lluvia.
Esto tiene unas normas
e invadimos la calzada con excusas cobardes
en lugar de quemar personas.
Los escondites ya no existen,
los han forrado de espejos.



Indio Zammit. Ya no queda vino en la pecera. La pérdida de la fe, la civilidad y el amor. Ruleta Rusa ediciones, 2016

lunes, 18 de abril de 2016

4 poemas de YA NO QUEDA VINO EN LA PECERA de INDIO ZAMMIT





 
MÁSCARAS ANTI-FE

Voy repartiendo máscaras anti-Fe por los colegios,
convenciendo a los niños de que se puede llorar.
No siempre la muerte va vestida de negro,
recordadlo a la salida de clase.
Los recortes de la hostia saben a hostia porque es lo mismo.
También yo podría engañaros diciendo:
la hostia sabe a recortes de hostia porque es lo mismo.
La hostia no lleva Dios dentro,
igual que los recortes no llevan cachos de Dios.
El pan es el cereal asado en un horno.
Si asas en un horno a un hombre,
por muy hijo de Dios que sea,
morirá entre dolores insoportables.
Ajustaos bien las máscaras
que la Fe no conoce amigos,
se cuela por recovecos
aparentemente insignificantes.
Es mejor que os queden marcadas
a presión las correas de la máscara
que dejar espacio para que actúe el virus.
No siempre la verdad va vestida de blanco,
recordadlo al entrar a la escuela.
Las velas siempre sirvieron para leer,
combatir la oscuridad,
ganaron la noche para el hombre.
Las velas no sirven para pedir favores
a personas que no conocemos,
personas que no existen,
que no fueron personas,
que nunca existieron.
Aseguraos de lavar correctamente el exterior de las máscaras
después de usarlas.
A veces hay trozos de mentira
pegados en la zona de los ojos o los oídos.
Son un poco incómodos de limpiar.
Usad guantes antisépticos y cepillo.
No guardéis las máscaras cerca del alcance de cualquiera.
Están mejor en lugar secreto,
a salvo de rabinos, sacerdotes e imanes;
de iluminados, videntes y profetas.
Estos últimos son los más peligrosos
porque, como solo hablan del futuro,
cuentan cosas que aún no son mentira. 




RESIGNACIÓN

Palabra casi cristiana:
resignación.
La otra mejilla,
inclinada,
esperando la penúltima bofetada
que va a doler al menos lo mismo
que aquella primera que se pierde ya
en la memoria de los años adolescentes.
Bofetada a bofetada vamos creciendo,
involucionando,
y la vara del pastor fustiga los cuartos traseros
para comunicarnos por dónde antaño caminaron
otros rebaños.
Sin embargo, persiste la maldita obsesión
por pisar hierba virgen.
Como por instinto,
no me resigno.
La voz interior prevalece,
me tortura con preguntas
y finalmente la intuición
coloca mis patas del otro lado de la linde.
Intuición:
palabra casi atea.




PADRE

Dios es el único padre
que dejaría morir a su hijo.
Ahora expanden su mensaje
hombres que no procrean.





EL CAMINO

Antes de construir escuelas
se frotaron la entrepierna,
fue el momento más lúcido.
No teme a Dios
quién habla en su nombre.
No enseña a sufrir
quién no ha castigado.
Crea una necesidad
quién inventa lo necesario.

Podemos amar en un movimiento inútil,
odiar es más complicado,
no es de un día para otro.
El odio es más reflexivo,
antes de construir escuelas
se frotaron la entrepierna,
odiar es más complicado,
podemos amar inútilmente,
odiar de forma efectiva.


Indio Zammit. Ya no queda vino en la pecera. La pérdida de la fe, la civilidad y el amor. Ruleta Rusa ediciones, 2016




 

domingo, 17 de abril de 2016

SALIR EN LOS PAPELES




En La utilidad del caos y del carisma, James C. Scott nos recuerda que se
podría decir que lo que buscan los campesinos y las clases oprimidas es
quedar fuera de los archivos. Cuando aparecen en ellos se puede tener la
certeza de que es que algo ha salido rematadamente mal.

En efecto, la revolución siempre cae del lado de fuera de la Historia, de
su registro y documentación, porque mientras haya Historia es que hay poder
y Estado. Si esta ha sido escrita y documentada es porque estamos ante
una revolución fracasada, aplastada o bien otra más que finalmente solo
ha servido para reproducir y consolidar lo que pretendía derribar.


Antonio Orihuela. Palos. La Linterna Sorda Ediciones. Madrid, 2016

sábado, 16 de abril de 2016

POR LAS TIRAS DEL DÍA OIGO LAS LINEAS



Por las tiras del día oigo las líneas
que trazan el acaso.

Dudar. Wislawa dijo
no sé, dudar
de todo, hablarse
entre la duda.

La flor surge del aire.
                                    Pero ella.

Y los vencejos. Gritan
apresurados, locos.

Así concluye el cerco.
El ser, su condición

desesperada, entre
la indefensión y la supervivencia.

Vamos, en cualquier
caso, y fuimos.

(yo no sé qué escritura fundamenta el asombro)

¿Quiénes fueron un día nuestros ojos?
¿Albergaremos hoces como estruendos?

Nos abrimos –la luz incuestionable– y supuramos
la invasión heladora de la voz.



Lola Andrés. Cielo liquido. Ed. Amargord, 2016

viernes, 15 de abril de 2016

SOMOS TROZOS DEL TROZO



Somos trozos del trozo.
Dientes castañeteando.

Me repongo. Duermes.
Lejos, la profundidad de tu sueño.

Nadie alcanza los sueños de los otros.
Nadie alcanza sus sueños.


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Oír el borde tenso de la puerta
que entra en la ranura de la noche.

Donde fundas tu niebla es un umbral.
Respiras la extrañeza ¿Quién te acoge?

La oscura se estremece, mira ciega,
pone cepos de amor ¿De quién escapa?


 Lola Andrés. Cielo liquido. Ed. Amargord, 2016













jueves, 14 de abril de 2016

EN EL ESPEJO EL ROSTRO





En el espejo el rostro
de mi madre que es
el mío en edad
tergiversada.

Y no es cierto el rostro que refleja.

Un poniente voraz quema
los hoyos que la voz y la espera
han excavado.

Pozos de contenido irrelevante ahora.

No hay nada que decir
sobre este rostro.

No hay verdad y no hay huellas
– ¿quién mintió?

Hay reflejos aquí de acuosas confusiones
y rocas que los ojos han minado

-sea este polvo arcilla
de tu vientre, madre.

Pero no queda nada.

Trashumante el cariz
de las imágenes.

El fondo es una fuente ya agotada
que tiende a su humedad inagotable.

Un zumbido de aire que no
ataca. Sutil revoloteo
de signos
que se elevan.

Un velocista tenso cruza la herencia viva de estos ojos.



Lola Andrés. Cielo liquido. Ed. Amargord, 2016
Foto de Juan Sánchez Amorós

PRÓXIMO LIBRO DE SAL



POEMA DE (DES)AMOR PARA LESBIA

 VIVO en constante peligro (imaginario).
Estás en la memoria de un apartamento donde nada se mueve salvo un canario que canta en su jaula de cristal. Recuerdo un lienzo de Villalta sobre la cama y también el sofá del sosiego. Quizás el espacio sólo sea eso: infinitos instantes que, tensados, nos unen con un cuerpo con el que coincidimos.
El alfiler ínfimo de la posibilidad entrelaza Amor y Odio. Toda la eternidad cabe en el vacío de un verbo. Y después llega el silencio que estremece la epidermis del acaso. Mas aún queda un sendero donde andan estos versos que el Olvido cebó.
Ahora tú vives en el reino estático de las rosas y yo en un infierno de fango. Tú estás fija como las estrellas del cielo; yo aún vivo en el (t)error del espejo/espacio[1].





Contacto con el autor: sallandero@gmail.com



[1]
 Este final se puede leer de cuatro formas diferentes. Igualmente en otros poemas cuando hay una barra lateral el lector puede elegir una de las posibles lecturas.

2 poemas de CIELO LIQUIDO de LOLA ANDRÉS




El vínculo se da, la noche expande
su permanencia extraña.

En su cerviz se incuba
la determinación de los sonidos.

Lejanos los países que olvidaron sus nombres.

Duérmeme, vaga
por mi rumor de hoz.

El hueco dilatado es un cantar
que da luz a la tierra.

¿Desde qué condición
se abre el ruido oscuro de un momento?

Hallo el hálito en todo
si reduzco la vida
al transitar vacío.


***


Soy un tropel de sombras sin ventura.
El adonde no sabe de caminos.

Me caigo
hacia la embocadura de lo solo.

Recorrer un desgarro es un gesto
de infancia con las rodillas sucias.

Corredora, ¿qué hueles
en las rachas de viento?

Solo llego al tumulto, a los nimbos
deshechos.

Corredora, el tiempo es una cría
con prisas venideras.

Esperad que recorra las nubes de la dicha. 


Lola Andrés. Cielo Liquido. Ed. Amargord, 2016