documentos de pensamiento radical

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jueves, 31 de marzo de 2016

4 poemas de INMA MAÑEZ ALBERT




Una vida plena de vides ens mira
amb ulls i somriures per tot arreu.
Cor de tants cors, cor meu,
no et canses d’estimar.

Busca en les seues mirades
la màgica feblesa de ser únics,
busca en els seus batecs
la constant melodia de l’estima.

Una mort plena de morts ens busca
amb mans i peus per tot arreu.
Cor de tants cors, cor meu,
no et canses de bategar.


***

 
Totes les meues dones tenen cura de mi,
totes elles són dins de l’ombra que m’acompanya,
la somniadora, la temorosa, la que lluita,
la feble, la mestra, la passional, la tendra,
la malenconiosa, la criatura.
Totes elles, peixos d’un immens mar.


Totes les meues dones em tornen a parir
a cada trencada d’alba
donant color i forma al meu ésser,
cadascuna acudeix en el moment adient
per recordar-me que no navegue sola.
Totes elles, mars d’una immensa terra.


Quan honre les seues presències,
tota jo em festege
i puc donar gràcies
d’estar immensament viva.


***


 
¿Quién puede poner puertas al campo?

Y yo me pregunto :

¿Quién puede poner puertas a la Vida?
¿Por qué miramos desde la ventana?
¿Cuánto miedo nos produce tanto miedo?
¿A quién tendremos que explicar lo que está pasando?
¿Cómo lo vamos a hacer?
¿Qué es esto que me recorre y se hace nudo en mi garganta?
¿Algún día podrán perdonarnos?
¿Cómo se acuna a un niño muerto?
¿Cómo se acuna a un niño muerto?
¿Cómo se acuna a un niño muerto?


*


Qui pot posar portes al camp?

I jo em pregunte:

Qui pot posar portes a la Vida?
Per què mirem des de la finestra?
Quanta por ens produeix tanta por?
A qui haurem d'explicar el que està passant?
Com ho anem a fer?
Què és açò que em recorre i es fa nus en la meua gola?
Algun dia podran perdonar-nos?
Com es bressola un xiquet mort?
Com es bressola un xiquet mort?
Com es bressola un xiquet mort?


***


 
Fes-me l’amor, parla’m de pau
per cada llei que sotmet,
per cada silenci que mata.
Parla’m de pau, fes-me l’amorper les terres maleïdes,
pels pobles massacrats.
Fes-me l’amor, parla’m de pau
per la incertesa dels dies,
per la negra por que ens enverina les nits.
Parla’m de pau, fes-me l’amor
pels ulls clavillats d’espant i dolor,
per la xiqueta que te per herència la mort.
Parla’m de pau, Parla’m d’amor,
fes-me l’amor, fes-me la pau,
amb la urgència i desesperació
dels que ja no aguanten més.


Inma Mañez Albert








 

miércoles, 30 de marzo de 2016

NO HAY MODO DE LLEGAR


 



No hay modo de llegar
ni forma de irse

luna bajo el agua




Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015
Foto de Juan Sánchez Amorós

martes, 29 de marzo de 2016

APAGO LA VELA


 


Apago la vela
y se enciende la oscuridad

por fin te encuentro 


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015 

lunes, 28 de marzo de 2016

ANTES DE APAGAR LA LUZ




Cuántas veces lo vendí
y cuántas veces lo volví a comprar

¿la verdad última?


¡soy un idiota!


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

domingo, 27 de marzo de 2016

TOTAL AMOR



Enredadera sin fin
nariz contra nariz
¿dónde está el error?


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015


sábado, 26 de marzo de 2016

DENTRO DEL POZO





Dentro del pozo
un burro muerto lleno de moscas.

También yo he estado de acá para allá.



Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2016

viernes, 25 de marzo de 2016

EN LA CAMA QUE NO EXISTE





En la cama que no existe
ríen dos
bajo las cobijas


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

jueves, 24 de marzo de 2016

8 poemas de LUCES SOBRE LAS PIEDRAS de OMAR ARDILA



Anarquía

“Soy como el sándalo: perfumo el hacha que me hiere”
Biófilo Panclasta

Cesará la noche escandalosa, incierta y cegadora
Acabará el descenso de la bruma
Descansará la inútil lucha cotidiana
y regresará dichosa la fuerza de la nada.

Será el tiempo del vuelo
en la ausencia que es el caos eterno.

Unidad mágica del ser:
pasión, dolor y libertad.

¡Tenía que hundirse el suelo a nuestros pies
para que abriéramos las alas!




Proclama

Aunque caigan las tinieblas sobre nuestros ojos cansados de aventurarse en el laberinto de la luz, y aunque la palabra no alcance a nombrar toda la rabia amparada en el silencio, no vamos a callar ante las voces que enmascaran cadenas y fusiles.

Quizás, el eco de nuestros gritos en la diáspora, vuelva como una bala y nos enseñe el interior de un ataúd.
Sin embargo, prometemos no ser buenos difuntos;
pronto asfixiaremos a la muerte con gritos libertarios y volveremos en los resquicios del viento para abrirle nuevos caminos a la materia.

Rotas las tablas de la ley
¡Todo vuelve a ser A G I T A C I Ó N !






Discursos escatológicos

Ahora, cuando se han apagado los gritos incendiarios que asediaban las esquinas,
la ley encuentra su morada en los cementerios.

Incomunicados, volvemos la mirada hacia las fosas comunes
y lisonjeamos al verdugo que engaña desde los tribunales.

Nihilistas, escépticos, ascetas del rencor, hemos aprendido a invocar la derrota y a descansar en la inmundicia.

El espejo de la muerte que nos roba el pan envenenado, acompaña los cuerpos golpeados.
Arengas escatológicas seducen la vida y el deseo.

En los campos áridos, donde sólo se multiplican las cruces, nos siguen hablando de economía y democracia.





Añoranza

En la mirada extraviada que ha olvidado la contextura grácil de los cuerpos
En los brazos pesados que ya no resisten las banderas enhiestas
En el aquí tan distante de los ríos cristalinos y de las montañas misteriosas
En el ahora sin sueños y sin cánticos.

Esquiva es la profundidad del universo
para el que ha comido el cordero de la Sagrada Alianza.

Nunca el silencio es el exilio de los débiles
ni la partida el olvido de la batalla
que a diario sostenemos con las sombras del odio.

Yo también vivo en la orilla del exilio
arropado por disfraces
que a veces dejan pasar la transparencia.



Camaradas

Los que callaron cuando la soberbia inundaba
esas palabras que nos aferraban a las máscaras.
Los que viajaron junto a nosotros
en los caminos oscuros del precipicio.
Los que nos ofrecieron su lecho, su manta y su carreta
a cambio de una sonrisa o de una delirante historia.
Los que alimentan la memoria en las frecuentes noches de insomnio.
Los que no apagan nunca su voz ni dan a torcer el brazo.

Los que en este desolado crepúsculo volvieron a visitar nuestro refugio
y a ofrendar por la vida

(nuestra eterna pregunta, nuestra esquiva respuesta).





Libertad

Cuando la palabra enmudezca ante el dios de los cobardes
Cuando quebrantemos el ritmo de las hormigas que anuncian el verano
Cuando busquemos los edificios derrumbados por el hastío
Cuando la noche ya no sea cómplice de los furtivos encuentros
Cuando multitudes de voces convoquen a asesinar los sueños
Cuando el corrosivo humo ahogue el latido de las entrañas
Cuando las horas vean llegar el abismo disfrazado de altura
                  
¡Vuelve,
vuelve,
vuelve
Libertad!

En el grito,
en el viento,
en la piedra,
                                                                      
en nuestro destino de aire.




Utopía

Se ha detenido el hombre en su caída
Es hora de conquistar las montañas y las nubes
El corazón de la tierra recupera su palpitar leve
Cristalinos amaneceres al otro lado de la galaxia
esperan lo que antes fue materia.

Ya no le tememos al vacío

La luz que habita en los ojos del universo
nos enseña a escalar los círculos de la nada: el infinito instante.

Proclamamos la voluntad del Superhombre
ante los cuerpos mecánicos que sólo alimentan propiedades ilusorias.

Desposeído el cuerpo de su gravedad,
ahora es multiplicidad agitándose en el Éter.






El visitante

“La mayor soledad está en la puerta”
Roberto Juarroz

1
Pasaré el atrio del silencio
y encontraré todas tus puertas
(las cerradas, las abiertas; las que no buscan ser puerta, y las que quieren ser llave).
Tu recinto será un brazo
transmutándose en ala.

2
Vulnerar tu portal,
adentrarse en la fugacidad de la piel, recorrer la memoria
y encontrar el más puro de tus rostros.
Ver el silencio que habita en la mirada del búho
y convertirlo en nota, en cantata, en aria;
en una expresión de victoria.

3
Transgredí los espejos de tu mirada
y ya nada fue puerta.
Un lugar conocido,
una máscara hablando con mi máscara,
una vida jugada en los pequeños instantes.
Tu recinto fue un hombro
pero no para cargar el mundo.
Para cargar la soledad
y darle pausa.





Omar Ardila. Luces sobre las piedras. La valija de fuego Editorial, 2015
contactos y pedidos: oardimu@yahoo.com

miércoles, 23 de marzo de 2016

3 poemas de LUCES SOBRE LAS PIEDRAS




Genocidio en Gaza

La noche se desgarra
entre nuestros olivos y viñas.

Yabra Ibrahim Yabra

Bajo el sol enrarecido de aquellos días con aroma de pólvora,
caía derruida nuestra aldea.

Chacales de sonrisas endiabladas
salieron de las profundas hendiduras
y con sus abominables botas
arrasaron los últimos sueños.

Los niños fueron adormecidos con el llanto
de las madres que caían desmembradas,
aferradas al crucifijo fatigado de bendecir verdugos.

Vino la sangre en silencio
y pobló su nuevo territorio:
el olvido.






El tiempo y su sombra

Las manos que ayer acariciaban los cuerpos extasiados
hoy sostienen un puñal ensangrentado.

El sol que ayer iluminaba el camino florecido
hoy descarga su furia sobre una úlcera purulenta.

La lluvia que ayer llenaba de ilusión a los campos marchitos
hoy inunda el cultivo que nutre nuestra esperanza.

La antorcha que ayer desplegaba su danza contra el frío
hoy devora con sevicia el bosque de los murmullos.

El aire que ayer desviaba el humo de la muerte
hoy traspasa los pulmones de los niños azules.

¡La vida urge
y se consume

… como espejo en el vacío!





The Act of Killing

Recorren calles sombrías e intransigentes
Esquivan los brazos abiertos de las madres solitarias
y relegan las miradas perennes de los desaparecidos.

Impasibles, siguen por la ruta escarpada
…orgullosos de aborrecer la luz.

Y esas calles no terminan…
y ni la muerte viene a rescatarlos.




Omar Ardila. Luces sobre las piedras. La valija de fuego Editorial, 2015
contactos y pedidos: oardimu@yahoo.com

martes, 22 de marzo de 2016

3 relatos del libro CUENTOS DESUNIDOS de MANEL COSTA



LA DISCUSIÓN

Últimamente discuto mucho conmigo mismo. La semana pasada, sin ir más lejos, comencé una discusión realmente banal que me llevó a un enfado tal que estuve tres días sin saludarme.


DECISIÓN

Tengo veinte dedos en cada mano, aunque no todos son reales. La dificultad estriba en identificar unos y otros; sin embargo, este no es el problema. El conflicto reside en su mala relación. He cortado unos cuantos –los más revoltosos–, pero no ha servido de nada: siguen con sus disputas, sus diferencias, sus clases. Ninguno se resigna a ser el menos importante; todos, de alguna manera, tienen razón, pero hasta que diluciden quién ostenta un lugar preponderante entre los demás o qué jerarquización hay que aplicar, no cesarán de discutir. Me temo que al final no tenga más remedio que cortarlos todos



EL CARTERO

El cartero, joven muchacho cartero, intentaba por todos los medios, desde hacía varios días, entregar su primera carta. La imposibilidad de encontrar el destinatario idóneo le consumía. En repetidas ocasiones había creído encontrar la persona adecuada, pero poco a poco, a medida que sus ojos la examinaban, se convencía de su nuevo yerro.

El sobre, sin más señas que la ausencia de las mismas, decía, bien a las claras, que su destinatario era, en concreto, persona sobradamente conocida, tanto que el remitente, parece ser, había pensado que estaba de más poner el nombre y la dirección.





Manel Costa. Cuentos Desunidos. Ed. Sporting Club Rusafa. 2016
contactos y pedidos: maneldada@telefonica.net

lunes, 21 de marzo de 2016

BIBLIOTECA





philip roth me contó una vez el secreto de la muerte de su padre,
jorge manrique me contó una vez el secreto de la muerte de su padre,
raymond carver me contó una vez el secreto de la muerte de su padre

llovía en parís un aguacero cuando césar nos dejaba,
la palabra quinqué se asoma a la sima de agua de guillermo,
comí cebollas y moluscos con el glotón de neruda,
una infame turba entona cantos marineros en la pampa

empuñando un sable bucanero, burt lancaster
sigue burlándose de nosotros en la portada de un volumen,
el mágico mestre habla con rafael acerca de los oficios del sueño,
el rostro de lorca desaparece en cinco actos antes de que caiga el telón,
robinson crusoe interroga a calvino acerca de la autoridad y los desastres,
el exilio de hikmet sería otro poema de spoon river

cuando faulkner pasea a caballo matándose lentamente con el whisky,
los pájaros de marianne envejecen de tedio en las antillas de walcott,
cien haikus le desvelan a kafka el secreto de los cerezos,
y en los hospitales de ultramar un viejo gaviero,
el que amó a ilona bajo la lluvia,
desgrana monótono sus recuerdos de amor y de guerra

mientras arden las pérdidas en otra patria,
por una extraña paradoja, con frío de vivir,
vidas minúsculas a salto de mata, animales
melancólicos caminan hacia el lugar de la derrota,
la memoria de la nieve avanza por la línea del horizonte

como una antigua cometa en las manos de los muchachos,
bajo el oscuro secreto de las cartas consulares,
el libro de los venenos sobrevuela las poéticas

siquiera en este refugio, por una oculta razón,
en todos ellos están impresas mis huellas dactilares,
uno cualquiera se acuesta conmigo todas las noches de mi vida

como un epitafio vivo y sereno
tres rosas amarillas se posan en la tumba de chejov

los perros ladran

lo demás es silencio

(De La maleta del viajero)



Elías Moro. En piel y huesos. ERE, 2009

domingo, 20 de marzo de 2016

UN POEMA EN AUDIO DESCARGABLE DE ELADIO ORTA




Hoy les presento como novedad un poema descargable en audio de Eladio Orta. Fue grabado en el encuentro de EDITA 2013 celebrado en Punta Umbría (Huelva) el primero de mayo. Pueden bajarselo aquí (merece la pena oírlo)


si nos cortan las patas -ya ves-

si nos cortan las patas -ya ves-
andaremos sin patas -qué remedio-
que nos cortan las alas -no podremos volar-
construiremos barriletes -qué remedio-
si nos cortan las manos -ofú-
con los dientes escribiremos -qué remedio-
que nos cortan las orejas -sin sonidos-
el olfato desarrollaremos -qué remedio-
que nos tapan la boca -mala cosa-
del aire comeremos -qué remedio-
del aire moriremos -alondras de los rastrojos-
si nos asfaltan los campos -sin remedio-
(los ojos para qué los queremos a estas alturas)



Traductor del médium, Eladio Orta

sábado, 19 de marzo de 2016

5 poemas de EN PIEL Y HUESOS de ELÍAS MORO



Siempre amanecía cuando el tren se alejaba dejando un temblor en los raíles, una estela de ruido que alertaba a los perros, soñolientos junto a las tapias. Surgían entonces las sillas de enea ante las puertas, el frescor del agua en las aceras, y un clamor de conversaciones nos despegaba de las sábanas. Azul por lo general, el día ganaba a borbotones las fachadas de cal, los postes de la luz, los lóbregos callejones de la noche antes, el ámbito todo de lo cotidiano.

Y a la tarde el pan; el pan y las naranjas, el pan y el chocolate, el pan y aquel salchichón, picante y recio, que comíamos con delectación.

Pero siempre el pan. El pan como un alimento mítico y por lo mismo imprescindible.

Yo amo el pan todavía por encima de muchas cosas.


*******

También hubo días oscuros que ahora me amargan la memoria. Éramos crueles como niños que éramos, y pobre del gato que se pusiera a tiro, el ave escasa de reflejos, el reptil atrapado tras tantos esfuerzos. Como si fuéramos médicos o jueces, decidíamos sobre el dolor a aplicar, la intensidad de éste y elegíamos  la víctima propicia.

Hasta que un día tomamos conciencia de verdugos y la vergüenza y el arrepentimiento se tornaron horror y asco. Buscamos la reconciliación con nosotros mismos y hoy es el día en que aún se nos niega.

De aquel que fuimos en ocasiones arrastramos un fardo de ignominia que la memoria no olvida. Hay pecados que nunca se expían y delitos que no prescriben dentro de uno.

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POEMA DEL AMOR EN VERANO
(Galicia, 1981)

La orquestina en el aire de la noche
y la luz de la luna en las balandras.
Yo cojo su mano y ella
me mira con ojos de agua.
Caminamos por el puerto
junto a buques que se pudren
como muertos de otra época.
Reímos sin  motivo.
Nos besamos de pie sobre la arena
y todo lo demás desaparece
bajo la bruma que asciende.
Nada importa más que ese momento.
Yo digo cosas en las que no creo
-te quiero, volveré-
y ella acepta mis mentiras
con una sonrisa en los labios.
Oigo el giro de la luz del faro
perdiéndose sobre el mar en sombra,
el silencio espeso de los peces
en su mundo de salitre y plancton.

El mar nos llama pero no vamos.

A veces me acuerdo de ella.



*******




LA FOTO DE RIGOR

esta cartulina sepia tiene árboles en floración
sobre un fondo de granitos, aves migrando
hacia el norte y alguien de espaldas
al agua en calma, donde ya nadie mira

muy al fondo, el cielo derrama
lentamente una garúa mezquina
y sobre el rostro de la mujer en pose,
una capa de polvo se afana borrando
vestigios, recuerdos, ésas cosas

y mirándola, ajada y con los bordes sucios
como mi memoria de ti,
lloro en silencio, de oído,
como nos dijo Vallejo
que hay que derramar la lágrima

(De La tabla del 3)


*******


LA MALETA DEL VIAJERO

En esta maleta guardo mis cosas:
el viejo pijama, regalo de mi madre, que nunca me puse,
un trozo de sol en el hombro de ella,
una piedra que sabe del agua más que los peces mismos,
los primeros dientes que mis hijas perdieron,
poemas de amigos que ya no son ni están, pero permanecen,
los ojos, también de ella, cuando anochece,
un telegrama que anunciaba desastres,
el jersey de lana de un amigo muerto,
una música antigua de violines y pianos,
la voz de ella para hablarme de todo esto allá donde vaya
y una cuerda de cáñamo
por si tengo que huir de mí mismo
o ajusticiar a un miserable.

Espero no haberme olvidado de nada:
siempre se olvida algo al cerrar una maleta,
pero nada es importante si se olvida.





Elías Moro. En piel y huesos. ERE, 2009