documentos de pensamiento radical

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miércoles, 5 de febrero de 2014

TRES POEMAS DE MIGUEL MARTÍNEZ LÓPEZ


Las muelas del juicio final

Nos encerraron en un círculo cuadrado
y nos pusieron a pensar en el futuro
Nos regalaron una zanahoria de plástico
nos llenaron el tiempo de peajes 
 y resistimos con tres muelas del juicio.

Nos pusieron a vivir en la afueras de la vida
en las afueras del amor
en las afueras…

Nos regalaban las sábanas
para que pariéramos tornillos.
Nos alimentaron  con pienso
nos explicaron
la  mecánica del éxito
y resistimos con dos muelas del juicio.

Nos redujeron la alegría y la llamaron hobby
nos ensancharon el deseo
y lo llamaron grandes almacenes
nos precintaron las lágrimas
las más nuestras y tremendas…
Nos indicaron , nos contraindicaron
y resistía el juicio de una sola muela.

Brindaron con  nosotros
por la fugacidad del tiempo
nos forraron el útero de hielo
Nos ordenaron  los sueños
y a cambio nos devolvieron
un catálogo de muebles
Nos ocultaron  la vida
pero nos compraron un poni
Nos sacaron los ojos y los echaron al cesto
nos sonrieron
en el idioma de las hienas
nos acariciaron
en el idioma de los perros
.
Nos dejaron, al cabo
provistos de todo
 y desprovistos de muelas.

Cuando quisimos salir corriendo
ya era tarde
caminábamos tristes y correctos
desdentados 
con el estómago lleno de todos los escombros
y nadie mordió a nadie
y nadie mordió nada
y todos mordimos el estúpido polvo
de la nada.



Pequeño consejo de convivencia felina

Hay un tigre debajo de tu almohada
hay un tigre azul océano
que salta a tu pijama desde fuera de las cosas
hay un tigre colmillo de pregunta.

Apagadas las luces de la casa
una vez hecho el repaso cotidiano
de facturas con el mundo.
cuando ya has pensado en fulanito
cuando has pintado de trece colores  el techo
entonces te quedas solo
muy solo
y piensas en eso
que yo no sé lo que es
que tú no sabes lo que es
que nadie sabe.

Hay un tigre debajo de tu almohada
Hay un tigre de ternura sin retorno
Hay un tigre salvajemente humano
debajo de tu almohada y de la mía.

Es para siempre
puedes conversar con él
aprende a soportarlo
 no lo domestiques. 



El amor es un terrorista suicida

El amor es un niño, 
el amor es un niño …deforme
un tomate que habla
un engendro.

Con todo lo que cuesta  alimentarlo
mantenerlo en equilibrio,
y de repente sin venir a cuento
se hunde, se hunde…
y uno ve salir las ratas por debajo de la cama
despaciosas
con un cigarro de hielo entre los dientes
Y se te pasan la horas y las nubes
buscando un trozo de pan al que agarrarte,
buscando las gafas o una monda de palabra
que lo vuelva a pegar todo.
Pero sólo  vienen escapadas rurales y toses y cojines.

El amor es subnormal,
de repente sin venir a cuento
se jubila anticipadamente
y a vuestro sábado le crece ese tumor de los domingos
compras el periódico y te descubres llorando los deportes
y sus labios…
que eran canela  y cocaína,
-antes-,
ahora  la estación de servicio de una autovía de peaje.

El amor es imbécil,
de repente sin venir a cuento
se  larga, no te dice dónde
pero  te deja arrasado y luminoso
lleno de fantasmas
como una aldea indígena cuando el imperio ha pasado
como un  caimán en el desierto más desierto
y sus verdes y tus rojos y tus casas incendiadas
y  tus mujeres violadas en la luna.

El amor es un terrorista suicida
que un buen día  busca el mando de la bomba…
Y en este restaurante nadie sabe nada de nosotros
nadie nos mira,
los dos hincamos la cabeza
en la estúpida carta de los postres
como quien lee los planos de evacuación
en el centro mismo del incendio.
Mientras el amor pulsa el botón
y nadie alrededor escucha la bomba...

Salvo nosotros
porque después de la explosión cambia el silencio
y de pronto ya no nos miramos a los ojos
y ahora  nos queremos mucho
pero nos evitamos  los ojos
como se evitan siempre
los ojos de los muertos.


Miguel Martínez López. En. Voces del Extremo. Poesía y resistencia. Ed. Amargord, 2013

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