-La ley no castiga al que hurta, sino al que hurta o defrauda sin arte.
-Para los hurtadores sin arte bastan los presidios; para los hurtadores con arte no basta el mundo.
Francisco Pi y Margall. En
El cuento anarquista. Originalmente publicado en la revista Natura de Barcelona, nº. 13 de 1 de abril de 1904.
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