Las montañas presiden
el desayuno, la quietud
y este frío incipiente,
igual que una marca
de sombras y tentáculos
sigilosos. El cuerpo
poco a poco se olvida
del calor de las sábanas,
igual que de los sueños.
Nadie puede abrigarte.
Esto eres tú.
El que sorbe el café.
El que empieza a temblar.
El que mira vacío las montañas.
Javier Cánaves.
Limpieza y Absorción. Ed. Delirio. Salamanca, 2011.
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