documentos de pensamiento radical

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miércoles, 22 de mayo de 2013

LA ISLA DE LAS RETAMAS





El poeta de las retamas escribe sobre la vagancia


La vagancia es como un barrilete sin viento, si no le das vuelo se convierte en un mero objeto decorativo.



 El poeta de las retamas escribe sobre la tristeza


Estoy triste. La majestuosa garza lleva varios días sin atravesar el espacio del cabezo de los Haraganes. Estoy triste y todo lo que toco se pone de color triste. Hay poetas que dicen que escribir sobre la tristeza reconforta... Pobres poetas tristes... 


El poeta de las retamas escribe sobre el barrunte de la lluvia


He ido a mudar las cabras al retamar y las he encontrado amorriñadas, acurrucados sus cuerpos sobre la tierra. Me da la impresión que barruntan la venida de la lluvia... La tarde se adormece lentamente imitando al lagarto. Las gallinas con el pico escondido en las plumas de la pechuga, abandonan el árbol pelado por el frío y se encaminan al gallinero, el gallo poderoso las acompaña. Los gorriones saltan y bailan, los más viejos cantan canciones de amor a la diosa de la lluvia y los más jóvenes tocan la armónica. El gato ha hecho la cama en el pajar. El perro ha hecho la suya en el pesebre, junto a la vaca. Los caracoles han abierto las puertas de sus casas ambulantes y se han puesto a tocar el tambor, mañana cuando escampe saldrán todos de paseo a saludar a sus parientes La señora retama, la señorita yerbabuena, el tío espárrago, la abuela maguelera y todas las amistades irán a merendar al centro del bosque acompañados por el padre sol. Los cebollinos hincharán sus vientres de agua y se pondrán tiesos para enamorar a la madre luna. Los habares floridos cuajarán la vaina más temprano de lo de costumbre. Las papas, cuando el sol salga, treparán hasta alcanzar con sus hojas las estrellas. El señorito garbanzo se comprará un peine y jugará con su cabello en el espejo de los charcos.
En la negrura del retamar, donde crecen las hierbas salvajes, me recuesto en la tierra hasta sentirlas crecer con mi aliento. A lo lejos, el canto ceremonioso de una garza gris con la moña blanca se pierde entre laberintos de caños pantanosos.



Eladio Orta. La isla de las retamas. Ed. Baile del Sol, 2013

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