Una calle llena de signos
me dice que a pesar de los años
hay marcas invisibles que siempre van a estar,
agujas que no dejan de doler
aunque se vayan moviendo en el reloj
porque ese tiempo siempre será nuestro.
Una calle me lleva a personas que no están,
amigos y canciones de un tiempo robado
lleno de cristales rotos.
Descalzos bailábamos
celebrando lo breve.
Antonio Orihuela
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