documentos de pensamiento radical

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martes, 2 de junio de 2015

8 poemas de ANTONIO ORIHUELA en DISIDENTES: antología de poetas críticos españoles (1994-2014)




“Es así hasta el morir
sin la miseria y la fatiga de un pobre
no podrá un rico viví”
(José Menese por tonás)


Se enterraban 18 trabajadores
pero en la televisión solo salían
los rostros del poder.

Se enterraban 18 puestos de trabajo
que en el plan de futuro de la empresa
abaratarán costes para siempre.

18 obreros a los que el comité de empresa
no tendrá que volver a convencer
de lo inútil y costoso de instalar un dispositivo antiincendios
y respetar las normas sobre realización de soldaduras
mientras se reposta combustible
para no perder competitividad.

Se enterraban 18 trabajadores
bajo un gran despliegue de palabras vacías,
de prensa rosa,
que informa
en paralelo
dónde compran
los trajes las infantas,
las señoras de todos los sicarios
los mejores féretros.

Se enterraban 18 familias
con la boca tapada con la miseria del seguro
y la presencia de tan augustas autoridades.

Si hubiera venido el rey,
hubieran llorado menos.

Si hubiera venido el Papa,
hubieran llorado menos.

El llanto como cuestión de protocolo.

                                                                                           (De Lo que piensa la ballena del arponero; 2001)




LÍNEA DE SANGRE


He venido hasta este campo de almendros que te contiene,
con las muñecas atadas con alambre,
con los ojos vendados de bala,
con tu boca turbia de tierra,
para preguntarte:
¿por qué no quieres descansar de tanto frío de la Historia?
¿Por qué reclamas un calor de los tuyos que,
ni dado, podría devolverte?
¿Por qué tienen los vivos de tu muerte,
más que nunca, aires de inocentes?

Aquí me tienes junto a ti, lleno de sospechas,
lleno de un dolor que no se atreve ni a tocarte los árboles.

Barro es hoy nuestro nombre, nuestra vergüenza,
ni ahí abajo ni aquí arriba terminó nunca la carnicería.
El crimen no se cierra en esta arboleda,
pero tampoco más allá responde nadie.

Mírame por si yo fuera reflejo suficiente de esta vida
como para no contestarme.

Mírame, y si me hallas digno de ti, háblame,
porque yo no te puedo explicar
qué es todo esto que estamos haciendo
para que el polvo siga deshaciéndoos,
para que continúe la sed, el hastío y el espanto.

Háblame tú, asesinado,
Porque la memoria de los tuyos cada vez es más estrecha,
la cambiamos por cucharas de plata
y yo tengo un tajo en la lengua.

Háblame, dime lo que he de decir cuando vuelva la tiniebla
y me olfateen tu sangre, tan antigua, vulnerando su terror.

Háblame, porque quizás todavía no sea tarde,
porque gente como tú estamos siempre perdiendo y resucitando,
con nosotros tienen los asesinos un trabajo eterno
y yo no quiero guardar vuestros sueños de cara a la pared,
porque la victoria es poder decir, en estos días vacíos,
que hemos ocupado toda la belleza,
todas las desobediencias,
toda la memoria perpleja, a la deriva, de los muertos indóciles
sin nombre en sus tumbas.


*



ESTADÍSTICA

En España, las diez horas de jornada laboral
se ríen del Estatuto de los Trabajadores,

pero

transcurridas,

los obreros salen de los tajos,
suben a sus coches,
entran en los bares,
llegan a casa,
besan a sus hijos,
encienden la televisión,
y se enfrían,
se enfrían,
se enfrían...


*


Cómo se puede pensar en comer bien
si todo está en manos de los transgénicos,
en un vaso de agua si no es de botella,
un pájaro si no es viviendo en una jaula,
un perfume que no venga en un frasco.

Cómo se puede pensar en hablar
si todas las palabras son de la publicidad.

Cómo se puede pensar en mirar las flores
si están todas debajo del asfalto.

Cómo se puede pensar en viajar
si vivimos dentro de un atasco.

Cómo se puede confiar en los sueños
si los sueños hace tiempo que dejaron de pertenecernos.

Cómo se puede pensar en guiarnos por las señales
si las señales son del poder.

Cómo se puede pensar en términos de apoyo mutuo
si todo exhibe un precio.

Cómo se puede pensar en ser uno mismo
si nadie sabe quién se aloja debajo de cada máscara.

Cómo se puede pensar en ir cuando nos llevan,
en elegir cuando nos imponen,
en hacer cuando nos mandan.

Cómo se puede pensar en el futuro si es de los bancos,
en el presente si es de los políticos,
en el pasado si es de los criminales.

Cómo se puede pensar en la justicia
si la balanza está cargada del lado del Imperio.

Cómo se puede pensar en disfrutar de paz
cuando caen tres cada segundo.

Cómo se puede siquiera pensar en Arte
si faltan brazos para enterrar a los muertos.

Cómo se puede pensar en admirar las estrellas
si la contaminación lumínica no nos las deja ver.

Cómo se puede pensar en filosofar
si se trabaja once horas al día.

Cómo se puede pensar en meditar
si no hay orilla limpia ni sombra de pino
que nos cobije.

Cómo se puede pensar en apagar la luz
si hay televisión las veinticuatro horas del día.

Cómo se puede pensar en ropa vieja
si es la semana fantástica.

Cómo se puede pensar en ser feliz cuando el Capital trabaja, incesante,
para provocar deseos insatisfechos.

Cómo puede uno pensar en autocontención,
sobriedad y austeridad,
cuando todo es despilfarro.

Cómo se puede pensar en madurar
si el estruendo de los motores lo impide.

Cómo se puede pensar en la meta
si avanzamos por un callejón sin salida.

Cómo se puede pensar en pensar
si no tenemos tiempo para pensar.

Cómo puede uno regresar a sí mismo
cuando el sí mismo
es un cuarto vacío de una pensión abandonada.

Cómo se puede pensar en algo si somos nada.


*


JUEGOS DE MAGIA CONTRA EL CAPITAL


con Jorge Riechmann


Para que no siga creciendo el páramo, aplazarnos.
Para que nazca el asombro de lo sencillo, demorarnos.

Para reconocernos igual a cualquier otro en la lumbre de cada cosa,
dilatarnos.
Para que se extienda el azar verde de todo lo milagroso, retrasarnos.

Rezagarnos, llegar tarde, no llegar.
Quedarnos, errabundos, por las plazas,
pensativos en el espectáculo de las ventanas,
perdidos en las calles como si las miráramos por primera vez.

Entretenernos en las estaciones, prorrogar el verano,
chuparnos como dulce por donde se abre la tarde,
eternizarnos, no cerrar las noches y así, de seguido
no acabar de hacer casi nada,
no valer nada,
no valer para nada.

Estarnos, dejar de ser ellos,
renunciar a ser como ellos,
ni un minuto más ellos,
y cómplices de la nueva superexistencia, vivirnos,

y entonces
empezar el día, correctamente, por el beso de un niño,
los afectos compañeros,
el sentido común,
sobre todo,
empezar el día por el sentido común.


*

LOS BURGOS DE BABIA


“...ya decía mi madre que
cuando os extirpan el miedo, se llevan algo más”
(Ramón Santana)

Quiero hablarte de él, porque creo que el anarquismo
es la cosa más preciosa
y más grande que el hombre ha pensado nunca

para Braulio G. Noriega, Manuel Rodríguez y Enrique Falcón


Ojalá, sentado desde aquí,
como siempre quise estar,
no vea ya
sino cómo os multiplicáis,
niños de razón común,
iluminando mi sonrisa boba
al contemplaros

al ser
lo único que,
a donde quiera que vuelva la cabeza,
me sea dado
contemplar

pero, mientras tanto llegáis,
sabed que las cárceles siguen
por dentro y por fuera
llenas.

Se mastican, con cuidado, alimentos
que nadie sabe qué contienen.

Se empeña la vida
a falsas monedas.

Se leen catálogos de papeles pintados
que conservan de periódico su antiguo nombre.

El Estado recluta niños mercenarios
y dispara balas
o pelotas de goma, según esté de humor,
contra otros niños
a los que deja sin vida,
recorriendo Europa
en un charco de sueño.

Sabed también
que apenas es visible la protesta
fuera del negocio pequeño de la protesta,
y sin forma de mercancía
qué forma entonces para la protesta,
cómo armar entonces la protesta,
cómo protestar sin tener el poder de la protesta.

Medid nuestra impotencia entonces,
nuestro valor y nuestra entereza en ese combate
que continúa.


                                                                                                                                                              (De La piel sobre la piel; 2006)


*



VIDA BUENA

Por favor,
permanezcan desatentos
a sus pantallas.


(De Cosas que tiramos a la basura; 2012)




Antonio Orihuela en DISIDENTES: antología de poetas críticos españoles (1994-2014). Ed. La oveja roja, 2015. 
 Fotografía de Juan Sánchez Amorós






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