Soltad al mar las amarras
y dejad en las olas sus negruras.
Decidles a quienes me esperan
que no han de esperar,
que en la mar las olas mandan
en quién desea regresar.
A lomo de nubes el sol se aleja,
mi « PATERA» ataúdes ensancha.
dadle a mi novia esta alianza
y el juramento que le di al desposarla,
que, tantas olas y tanto rugir en la mar,
no me gustan nada.
Dejad que los remos abran caminos
sobre la espumosa ira del Estrecho,
que nos alejen de las
rocas y arenas
de África y de los acechos.
Decidle a mi madre, si no vuelvo,
que bendiga, de mi ataúd, cada clavo.
Y, si llego, la enviaré a la Meca
para que rece por mi destino.

No hay comentarios:
Publicar un comentario