A veces las palabras
nada significan.
Casa ausencia,
cada huella,
cada cicatriz,
son un poema.
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Disfrazar la realidad
hasta creerla.
Aceptar sus trampas,
sus silencios,
sus lágrimas.
Ignorar cerrojos.
Asumir espejos
y espejismos.
Misión de todos es
perpetuar
esta parodia.
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Los sueños hoy
respiran
y piden consistencia.
Hablar de sentimientos
no resulta gratuito
y lo que duele
me transforma.
Caminar
por caminar
cansa.
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La lucidez
pide explicaciones
anula fantasmas,
fecunda mis ojos
y mis torpes manos.
Ya sin estrategias,
rota y desechada
la máscara,
merecer quiero
lo que sueño.
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Implacable,
la noche no perdona.
Desborda sueños,
rescata recuerdos,
cobija caprichos,
deudas y vaivenes
y con respuestas
razonables,
turba mi verso débil.
Mezclar la realidad
es una incógnita,
que conduce siempre
a confusión.
Ningún final es simulacro.
Antonio Gómez
Ilustración de Daniel Macías Díaz
Hola Antonio
ResponderEliminarme gusta lo que escribes
saludos