creo
que acabo de entender lo que hizo el lobo Vostell,
quiso enseñarle y presentarle a la vieja madre
el bicho que la iba a aniquilar.
quiso enseñarle y presentarle a la vieja madre
el bicho que la iba a aniquilar.
*
MUJER
LATIDO KANDEL
A Begoña Abad, Ana Pérez Cañamares, y todos los corazones arcaicos.
A Begoña Abad, Ana Pérez Cañamares, y todos los corazones arcaicos.
a la vuelta del congreso
mechón azul de bisontes riojanos somos homínidos en el centro de interpretación
atapuerca con el hacha bifaz del medio millón de años comeré carne para
engordar el neocortex y la poesía en la trinchera sepultada de la vía al abrigo
kárstico del mendigo ex comando de operaciones especiales que tiene el
mismo tatoo de solecito ying-yang que tú y aparece cuando leemos el poema
iluminado del latido de mujer poeta beatniksputnik kandel carajillo atardece
para las cigüeñas fluxus de lobo vostell dolménico sobre el cadillac empalado
en fragmentos de cohete en los barrocos barruecos junto a la charca de los
brujos itzá y la yedra de ono que sale del lienzo blanco y requiere
mantenimiento recuerdo que el editor poeta comendador esperaba el embargo
destruyendo libros con hermosas pinturas martillo de laszlo toth escriba cabeza
de íbis escribe escribe no dejes de escribir la tablilla de los destinos el
cuervo irá a la cárcel gustoso porque aumentará su audiencia en un tubo de
hikikomoris retrasados hermano salvatoriano se me salen los pies de la cama y
el alma mira su pellejo frío en la iglesia desacralizada a viva muerte si hay
muertos para el corazón arcaico es una guerra y no sueltas tan fácil la casaca
de oficial extinto del ejército extinto de un país extinto antzinako bihotz te
juro que los mejores poetas vascos rurales no han sido traducidos ni los pavos
que cagan en el interior de televisores y van matándose entre chispazos y
cortocircuitos de sociedades por acciones y producción masiva de bienes basura
de muerte la charca la charca de Vostell de su viuda viva de proserpina de la
mujer la mujer he perdido y las elecciones y he ganado el presente de un
ejército suicida e iluminado que coserá la frontera guerrera desde tijuana a
matamoros con la última vaquita disecada del mar de cortés volveré a vostell
con una yedra nueva y mi primera novia moguereña muerta sí hermano así fue tú
estabas allí en el centro de interpretación tierna de todos los fenómenos
*
¿Estás
parcialmente ahí?
¿Ahí detrás?
¿Donde la piel no es frontera?
¿Ahí detrás?
¿Donde la piel no es frontera?
Daniel Macías. Guadalquivirmente (los mil yogas del flipar). Ed. Amargord, 2016
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