...una espiritualidad con pelo.
Jorge Riechmann
Tu cara hinchada de sueño.
El calor de mi cuerpo alejándose
por las calles.
Mis bolsillos vacíos.
Pedalear hasta el trabajo,
con la visión, tras la fábrica,
del monte Sumeru,
con la sensación de un Bodhisattva
que vuela sobre la espalda de un mundo pequeño
que se afana abajo,
arranca un dulzor de labios,
deja una sonrisa.
Saludar.
Decirle adiós y buenos días
a gente que no conozco.
Pensar, a la vuelta,
en la luz que se va en un desgarro,
en lo lejos aún de la casa,
en los humildes, en los humillados,
en el veneno que avanza
desde la locura de los hombres,
sembrando narcisos, adormideras,
cadenas y mordazas también para el viento
que me lleva
hasta el frío del próximo noviembre,
los abrazos,
los rostros que quiero
y junto a los que avanzo
desde una
y no
la misma
música
de mi vida.
Antonio Orihuela. Narración de la llovizna. Ed. Baile del Sol
Fotografía de Carmen Lourdes Fdez. de Soto
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