documentos de pensamiento radical

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lunes, 13 de agosto de 2018

6 poemas de CANCIONES PARA EL DÍA DE DESPUÉS de Antonio Aguilar Rodríguez




LA BELLEZA DEL MARIDO
(Anne Carson)


De contar nuestra historia,
me dije, debes ser honesto, ser indulgente
en la medida en que esta
también es suya, la mitad que nadie
va a contar, la mitad de cada línea
que ahora duerme en otro cuarto
de otro poema de otro libro.

De hacerlo, dije, inventa un nombre,
una ciudad, escribe en la tercera
persona de los cuentos,
una distancia, dije, que te sea
si no un peso liviano al menos
una carga que puedas soportar,
sé indulgente con ella, dale el aura
de la inocencia, di que al menos
no supo lo que hacía.




CANCIÓN DE LOS CONTRARIOS


Nada da aquello es más verdad que el pasmo
de su mentira. Al fin la casa se cerró.
El abandono abrió de par en par
un tiempo extraño. Yo iba recogiendo
los frutos de una siembra estéril.
Hacía tiempo que los ojos renunciaron
a ver. Las manos escarbaban
en un erial, en un baldío informe.
O tal vez no, y la historia fue sencilla
y llanamente un vendaval donde las partes
ya no fueron un todo.
Y cómo no sentirse vulnerable,
cuando la primavera desbarata
los planes del verano venidero
y el verdor de unos tallos se malogra.
Qué poco pesan nuestras decisiones.
En el fondo tan solo celebramos
el mañana de un todo que es incierto
y que la propia nada olvidará
en una casa a las afueras del poema.


HABITACIÓN DE HOTEL


Imagina un paisaje sórdido,
una calle de extraños ventanales,
de ojos oblicuos.

Piensa en Edward Hopper,
en una luz marina, en una carta.

La esperanza no tiene otras premisas:
nace como una flor,
como una flor se pudre.






 ANNE CARSON

*

Estás leyendo La belleza del marido
de Anne Carson,
y anotas para un libro cosas sueltas,
frases, ideas, por ejemplo:

“Su telegrama (al día siguiente) decía
Pero no llores por favor
nada más.
Cinco palabras por un dólar.”

O el título del tango séptimo:

“PERO PARA HONRAR A LA VERDAD QUE ES LLANA Y DIVINA
Y VIVE ENTRE LOS DIOSES DEBEMOS (CON PLATÓN)
 INVITAR A BAILAR A LA MENTIRA 
QUE VIVE ALLÍ ABAJO 
ENTRE LA MASA DE LOS SERES HUMANOS TRÁGICOS Y TOSCOS”

Aquí has dejado el lápiz,
son tantas las palabras que podrías

subrayar: “La primera.
Hay algo de filo nuevo y ardiente en la primera infidelidad conyugal.
Taxis para arriba y para abajo.
Lágrimas.
Grietas en la pared que recibe el golpe.
Luces encendidas hasta altas horas de la noche.
No puedo vivir sin ella.
Ella, la palabra que estalla.
Luces todavía encendidas de mañana.”

O cuando lees,
casi al final del libro:
“Esperando el futuro y a los dioses,
marido y mujer descansaron,
como descansan los jugadores transgrediendo las reglas de juego,
si fuera un juego, si conocieran las reglas,
y lo era y las conocían”.

**
(Variación sobre el final de un poema de Anne Carson)


Si esto fuera una enfermedad.
Si esto no fuera una enfermedad.
Y lo era.
Y no lo era.
Y estábamos.
Y no estábamos
enfermos.






CANCIÓN DEL SOLAR EN OBRAS


Ahora anidan los vencejos en el ala
de los andamios,
crece la madreselva entre las vallas
de la publicidad.
Miras absorto el alba,
el ajetreo del mercado
en las proximidades.

¿Qué te deparará este día?
¿Qué nueva y venturosa construcción
anidará en el solar?
¿Quién te amará que no seas tú mismo?






DE AQUELLAS FLORES DE CEREZO…


De aquellas flores de cerezo
tan solo quedan las palabras,
negras esquirlas sobre el blanco oblicuo
de la verdad.


Antonio Aguilar Rodríguez. Canciones para el día de después. Huerga & Fierro Ed.  2018


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