JAULAS
Las jaulas han dejado de ser
lugares infames en que encerrar
a fieras para proteger a los hombres.
Ahora se han convertido en
atadura de niños que lloran por sus padres,
mientras se agarran a los barrotes,
sin entender dónde está el animal que representa peligro.
En esta ocasión, la fiera los observa desde fuera
con sus dos ojos (como ellos),
sus dos piernas (como ellos),
sus dos manos (como ellos)…
y abraza, cada noche, a sus hijos.
MANOS
Esta es la costa,
el confuso rumor, del reptil al acecho.
Enrique Falcón
En una mano
tengo toda la sangre
del mundo
que todos causamos
cuando se hace el silencio.
En la otra
todas las palabras que gritamos
para ser capaces,
una noche,
una sola noche siquiera,
de conciliar el sueño.
Montserrat Villar González. En: Voces del Extremo, poesía y economía. Ed. Amargord, 2021
Ambos poemas aparecen originalmente en su libro: Sumergir el sueño, Ed. Lastura 2019.
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