Prefería abogado
pero en el fondo
le daba igual
biólogo, arqueólogo, cualquier cosa
menos artista
artista le daba miedo
a su hijo también
ninguno de los dos quería pasar
hambre.
Se destrozó la rodilla durante
treinta años
conduciendo un camión doce horas al
día
seis días a la semana
y su hijo terminó tal y como ninguno
de los dos quería.
De vez en cuando
lo oye en la radio
lo ve en los periódicos que él mismo
le trae
le pasa sus libros.
Los mira,
le dice que si todas esas letras las
ha puesto él ahí,
y los coloca en el mueble
junto a las cintas de vídeo de lucha
libre americana,
detrás de un toro de Osborne de
felpa,
al lado del árbol de latón
en el que cuelgan
los tres frutos de su prole.
La maestra.
El militar
y el artista.
Imagino que de vez en cuando
mi padre mira el árbol
el fruto
de los golpes
que le dieron
pero no sé
si con lo que ve allí
piensa que sus cuentas con el mundo
están
definitivamente
Tal vez el ejercicio del arte (vocacional, no profesional) sea una de las más fructíferas maneras de fracasar.
ResponderEliminarpues vamos con alegría a intentar fracasar mejor!!
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