Para
el próximo viaje,
no
necesito equipaje que ocupe mis manos fatigadas
a
estas alturas de la vida
de
tanto abrazo y tanto aplauso,
y
curiosamente
caídas
en el mayor de los olvidos.
Necesito
solo una maleta ligera,
sin
cerraduras ni seguridad al huso,
solo
que sea capaz de proteger
del
viento y la lluvia,
algunas
viejas canciones,
las
fotos de lo más pequeños
y
quizás, alguna puesta sol,
preludio
a ciencia cierta,
de
ese próximo viaje.
José
Luis Rúa en Fundido en malva. Wanceulen Ed. 2019
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