... entonces las compañeras montaron una movida guapa se pusieron todas elegantísimas y unas veinte o treinta entraron en los grandes almacenes y una vez dentro comenzaron a pasearse por la sección ropas con unas hojas de afeitar y zac zac chaquetas jerseys faldas pantalones impermeables vestidos abrigos un auténtico desastre millones de daños y luego salieron muy tranquilas nadie se dio cuenta de nada...
Nanni Balestrini.
Los invisibles. Traficantes de sueños. Madrid, 2007
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