documentos de pensamiento radical

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martes, 31 de octubre de 2023

PORTAL DE BELÉN




Cuando era católico, mis ojos eran

para el Niño y la Virgen,


cuando me hice budista,

puse mi vista en el fuego

que miran los pastores,


cuando me pasé al zen,

solo tuve ojos para el vaho

que sale de la boca del buey,


esta mañana

me he quedado mirando

la caja donde guardo

las figuritas.




Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Ed. Irrecuperables, 2023

domingo, 29 de octubre de 2023

DISNEYLANDIA




somos buenos en engañarnos pensando que somos personas morales

Robert Wright. Why Buddhism is true


Nos esperan, en los próximos años,

el cenit de las energías fósiles,

el agotamiento de los fosfatos,

una crisis de deuda que se revelará

como una estafa piramidal,

el agotamiento de acuíferos, pesquerías

y minerales raros,

la degradación de los ecosistemas,

la Sexta Extinción masiva de especies,

el calentamiento global,

la acidificación de los océanos,

alguna que otra pandemia

y el ascenso del fascismo

en nombre de la libertad.


Podríamos haber hecho algo, es decir,

podríamos no haber hecho nada, no dominar,

no comprar más cosas innecesarias, no volar,

no conducir un auto, no comer carne.


Podríamos habernos colocado en el lugar del otro,

que es lo que significa convertirse en adultos,

reconciliarnos con nuestra finitud

y entregarnos a la renuncia y el duelo.


Podríamos haber reconocido que no somos buenas personas,

sino seres imperfectos llenos de debilidades, prepotencia

y alguna pizca de maldad.


Podríamos haber abandonado la ficción del yo,

nuestra bulímica egolatría, nuestra falsa moral,

pero decidimos vivir como niños

insensatos e irresponsables,

no sé qué será de nosotros,

cuando cierre Disneyland.



Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Ed. Irrecuperables, 2023

sábado, 28 de octubre de 2023

ESPACIO (fragmento segundo)




“...Y para recordar por qué he vivido”, vengo a ti, río Hudson de mi mar. “Dulce como esta luz era el amor…” “Y por debajo de Washington Bridge (el puente más con más de esta New York) pasa el campo amarillo de mi infancia”. Infancia, niño vuelvo a ser y soy, perdido, tan mayor, en lo más grande. Leyenda inesperada: “dulce como la luz es el amor”, y esta New York es igual que Moguer, es igual que Sevilla y que Madrid. Puede el viento, en la esquina de Broadway, como en la Esquina de las Pulmonías de mi calle Rascón, conmigo; y tengo abierta la puerta donde vivo, con sol dentro. “Dulce como este solo era el amor.”

Juan Ramón Jiménez. Espacio

viernes, 27 de octubre de 2023

ESPACIO (fragmento)




Los dioses no tuvieron más sustancia
que la que tengo yo. Yo tengo, como ellos,
la sustancia de todo lo vivido
y de todo lo por vivir. No soy presente sólo,
sino fuga raudal de cabo a fin. Y lo que veo
a un lado y otro, en esta fuga,
rosas, restos de alas, sombra y luz,
es sólo mío,
recuerdo y ansia míos, presentimiento, olvido.


¿Quién sabe más que yo, quién puede,
ha podido, podrá decirme a mí
qué es mi vida y mi muerte, qué no es?


Si hay quien lo sabe,
yo lo sé más que ése, y si lo ignora,
más que ése lo ignoro.


Lucha entre este saber y este ignorar
es vida, su vida, y es la vida. Pasan vientos
como pájaros, pájaros igual que flores,
flores soles y lunas, lunas soles
como yo, como almas, como cuerpos,
cuerpos como la muerte y la resurrección,
como dioses. Y son un dios
sin espada, sin nada
de lo que hacen los hombres con su ciencia;
sólo con lo que es producto de lo vivo,
lo que se cambia todo; sí, de fuego
o de luz, luz. ¿Por qué comemos y bebemos
otra cosa que luz o fuego? Como yo he nacido
en el sol y del sol he venido aquí a la sombra,
¿sol del sol, como el sol alumbro?, y mi nostaljia,
como la de la luna, es haber sido sol
y reflejarlo sólo ahora. Pasa el iris
cantando como yo. Adiós iris, iris,
volveremos a vernos, que el amor
es uno solo y vuelve cada día.


¿Qué cosa es este amor de todo, cómo se me ha hecho
en el sol, con el sol, en mí conmigo?


Estaba el mar tranquilo, en paz el cielo,
luz divina y terrena los fundía
en clara plata oro inmensidad,
en doble y sola realidad;
una isla flotaba entre los dos,
en los dos y en ninguno, y una gota
de alto iris perla gris temblaba en ella.


Allí estará esperándome el envío
de lo que no me llega nunca de otra parte.


A esa isla, ese iris, ese canto
yo iré, esperanza májica, esta noche.


Qué quietud en las plantas al sol puro,
mientras, de vuelta a mí, sonrío
volviendo ya al jardín abandonado.


¿Esperan más que verdear, que florear y que frutar,
esperan, como un yo, lo que me espera,
más que ocupar el sitio que ahora ocupan
en la luz, más que vivir como vivimos, más
que quedarse sin luz, más que
dormirse y despertar? En medio hay,
tiene que haber un punto, una salida,
el sitio del seguir más verdadero,
con nombre no inventado, diferente
de eso que es diferente e inventado,
que llamamos, en nuestro desconsuelo,
Edén, Oasis, Paraíso, Cielo,
pero que no lo es, y que sabemos
que no lo es, como los niños
saben que es lo que no es que anda con ellos.


Juan Ramón Jiménez. Espacio. (fragmento)

martes, 24 de octubre de 2023

2 fragmentos de KOTOD AMA de BALBINA Miño-Gómez

 


veriloquio

Hubo un tiempo en que las palabras eran como dioses

María Zambrano

 

 

Cicerón propone esta palabra para hablar de la verdad de lo dicho

el uso y el tiempo

podría ser una vieja cebolla el lenguaje, capa a capa, solo al final lo primigenio resiste

crudo esqueleto de la palabra

cómo hacerla humana

llenarla de trigo harina de humanidad

levantarla del papel

que sea un cuerpo o una carne

un alma viva

una ostra que se abre y se descubre para ser dicha

y modificar al que lo dice, el que la piensa, el que la nombra

el que la escucha/ y/ tras devorarla/ forma parte de ella/ con ella/ dentro.

 

 

 

c ó m p l i c e

 

me ha roto el pecho desde dentro.

alguna vez fui llevada para ser ante ella peñasco/ cómplice

 

poseo recuerdos:

hay una riada

emperatrices golondrinas/ perpetramos las cimas

en el saco han entrado los mendigos, los mugidos/ el talud por el que atreverme a caer/

todos ellos/ los discordes van dentro del saco/

no hay / monóculo/ / que los salve/de no ser vistos

a plomo/ un valiente se resquebraja/ se marcha/ se fuga/ abre la carcomida tela

mira el poniente hacerse costra

atiende a la invasión de las orillas/ el agua al cuello y la valentía sola/

por la sal de los restos/ restos de animales de mar elevan un canto de luz pobre.

 

la comunión entre los diferentes nos hará humanos en libertad.

 

 

 

un detalle menor

 

el detalle menor permitiría una puerta de embarque o un desnudo integral

ante el largo invierno, y, ante el abrasivo verano, no tendríamos reversa.

con el frío como territorio natural, podríamos abrigarnos hasta desmembrarnos como un glaciar desplazándose lentamente hacia el ecuador hasta, desaparecido, darse para ser las aguas que drenan un desierto.

 

no iban a permitirnos la placidez cómoda de los comensales antiguos.

aquellos que fuimos, aquellos que no fuimos,

bailarines huecos como el hueco de un árbol

que nadie se atreve a atravesar por miedo a los dominios del vacío,

inútil este miedo de nómadas atados a las camas,

a los ábacos de los días de la riqueza insuficiente.

a los verbos abandonados a su suerte, siempre, en otros.

van a girarnos al girar el destino de las esferas y su dirección es campo a través

hacia el norte.

 

se desdibujan las agujas                              arena                            laberinto

arrastrando nuestro peso por los largos corredores cerca de cipreses altivos.

algunos continuaban hechos podredumbre como baluarte de sus privilegios

materiales;                                                                                  

                                                                                     en cambio,

la profunda petición, la larga espera despertaba para el reclamo,

es uno a uno en las casas, llaman al pecho con un lenguaje único.

debéis rasgar la noche sin temblor en las armas, en las razones,

descalzaros de la comprensión como meta,

desnutrir el caparazón

hasta inservible dejarle ser estiércol                                      para el nuevo grano,

las nuevas urbes        os necesitan       gloriosos niños    

para acercar los robles a las bocas harapientas, l

os giros en la voz, indestructibles,

antes nunca imaginados.

 

cantaréis sobre las aguas                                                        con un detalle menor.

no iban a permitirnos descalzarnos frente a los cuerpos,

caminarlos sin mirarlos, de puntillas,

hacer un paso rápido de una ciudad a otra,                       de una civilización a otra,

de edad en edad                    sin saber el deterioro que hemos ejercido sobre el Valle de los Avasallados para no perder el pequeño,

ínfimo, trozo de paraíso falsario sobre el que columpiarnos, toboganes parcelados.

 

Tan inclementes hemos sido.

 

[Anexo a este poema fuera del libro]

 

podemos correr

sin mirar a nuestros muertos, sin conocer el olor, el color del dolor,

sin llenar los campos de fotografías, las hendidas en las venas,

bien adentro se toma la distancia nula con lo que sucede fuera,

parece no detenerse el grito ahora/

la guerra nueva es la guerra de siempre

la guerra de ahora es la vieja guerra que somos.

 

 

 

 

A

 Nota final de la autora.

 

 

También la grieta restaurada abriga nuestra vida:                                               su exposición a la intemperie.

Por eso he comprendido hoy, 10 de diciembre de 2022, mi deseo vital de lana; mis noches de verano en el patio de mi abuela en el pueblo de Segovia que guardo dentro, junto a mi abuela en la calle Segovia 33, viéndola tejer y aprendiendo a tejer, junto a ella, junto a sus manos en artrosis visible, mientras los grillos, los ecos lejanos de alguna verbena, aquellos ruidos siempre indefinidos de nuestro desván.

Hoy he entendido que soy Ixchel y soy la nieta de Justa, la mujer del carpintero, y de Paco, el hombre de la tejedora que escribía poemas, y la hija de la bordadora echada a los leones del mundo, Pilar, el lucero de la tarde.

Y que desde que nací he estado ejerciendo mi derecho a la resurrección, no pidiendo perdón por haber nacido, ni disculpa.  He necesitado de medio siglo, largo viaje es, para permitirme la vida, la respiración, tejer para otros para saberme útil, humana, buena, toda la vida, Babäi, buscando las semillas para el vellón que guardo.

Sigo siendo una hija única, un ser solitario. No estoy sola.

Tejemos para unirnos, para tender lazos, tejemos palabras, los cuidados, interdependencias valiosas, piedras preciosas vivas, seres humanos, después de todo, seres humanos, animales,

¿Para qué teje la mujer que está escribiendo?

Lo mejor que podría pasarme es que, de alguna forma, estas palabras, todo este libro, fueran un atisbo, una señal de vida, de la vida, de su jugo, tras los infiernos y el derrumbe: otra posibilidad para seguir, la poesía como hermana,  como un alma de construcción masiva, la resilencia de la voz ante la piedra.

 


Balbina Miño-Gómez . Kotod Ama. Huerga & Fierro, 2023

lunes, 23 de octubre de 2023

2 poemas de KOTOD AMA de BALBINA Miño-Gómez

 



piedra sobre piedra tras piedra, la piedra

 

 

Piedra cuadrangular.

El búho reposa en la lubricidad del pensamiento.

José Ángel Valente.

 

 

 

 

A piedra                                                      piedra

nos hicimos una muesca tras otra                     en la indiferencia

quizás permisividad, tolerancia a negro sobre negro,

hasta negar el negro,

relativizar el sufragio de las voces a favor de la torre levantada con las otras manos siempre.

 

Mostramos nuestras piedras                             sin pudor                    a reivindicarlas

sin actos que las hastían,

las destruyan, las deleznables piedras

nos permiten el deterioro del acto puro.

 

Este es el tiempo del Cartón Mojado

impedidor de casa y techo,

la comida y su musgo en el paladar

tiempo de invernadero, cajón callado.

 

Esta es la lluvia de noche en las ventanas sin cristales,

hay un mar de azul y olas en un pasillo,

vienen como hordas de ahogo,

respiración detenida,

pulmones                                       frágilmente abiertos,

cierre de oxígeno que se pierde.

 

A veces guardamos insectos cansados en el pecho como joyas de nácar.

 

A veces, solo a veces, alcanzamos la plenitud tras una larga cola para colonizar los lomos ajenos.

 

Y no, no van a permitirnos

los barquitos ni las branquias en los laterales, gratuitamente,

de nuestro cuerpo indolente al salvaje histórico que hicimos crónico …

para saltar rápidamente a lo siguiente, pantalla veloz.

 

Este océano, este diluvio universal, esta estepa extraña. Este Detenido no guarda prisa.

 

El páramo del mundo conocido se extiende ante los ojos, antes no sabíamos como de lineal y pequeña era nuestra humanidad.

 

No lo sabíamos todos a la vez.

 

Apenas algunos nombraban las grietas, otros vociferaban, otros guardaban en arcones objetos, materiales para llamarse dueños de sus vidas.

 

Y entonces dicen

 vino Dios, o la madre Tierra a decir Basta.

¿Y bastó para que bastara?

¿Bastará ahora?

¿Lo diremos nosotros?

 

 

 

 

Para, para, carrusel de los días,

para egoísta, mansedumbre callada,

 para para, niña triste,

niña púrpura grandilocuente,

para hombre gordo,

para harapienta horda de monstruos carnales,

locos, organistas de sus territorios.

 

Vete a la cueva, mira la lluvia caer, escóndete de ti mismo primero.

He ahí que todo

Lo humano no es ajeno

Hasta lo contrario…

 

¿Lo diremos nosotros?

 

 


 

nacer a la mudez

 

 

Desde el gran púlpito/ donde la carcoma   se propaga y verdea/

las gárgolas risueñas me dan la mano

y allí/ señalo/ desde el cuello de la jirafa

los sucios enseres/ que dejáis por las ciudades

parecen mutaciones de la vida

peces aleteando su aliento a ras de la tierra.

 

Veo el vertedero

sobre el que los pies descalzos se ponen de puntillas/ pululan los juicios

                                                                                      como astrolabios negros

y la orilla no da pan al hambriento

y la arcada me cierra los ojos de bruces

las plantas de mis pies no saben hacer de las aguas/ campos/

entonces/ me digo/

soy solo otro fraude efervescente

entonces/escribo/

la mudez me salva.

 

La carcoma en la palabra se hace animal de compañía/ una enfermedad elegida.

 

 


En los últimos años, la política (y con ella, el mundo) ha dado un giro:

la realidad cada vez importa menos.

 Lo que importa es eso que vilmente han dado en llamar "el relato".

Controlar la narrativa de los hechos.

 




Balbina Miño-Gómez . Kotod Ama. Huerga & Fierro, 2023

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 22 de octubre de 2023

SIN FIN

 


 

Sin fin

la duna sin fin

que formó el reloj de arena sin fin

sobre la que nos acurrucamos sin fin.

 

Sin fin el laberinto, el abismo, el milagro,

el puente sin fin del deseo.

 

Sin fin el tiempo encendido,

su canto oscuro,

la respiración en la luz inconclusa,

el vuelo en la raíz de la noche,

los cuerpos manando e imantando

las formas complejas de lo mismo, su holladura.

 

Sin fin el resplandor sin fin del ovillo incendiado,

el desvelo sostenido en su temblor,

su incandescencia.

 

Sin fin lo que comienza sin fin,

el pasadizo transparente de lo tocado,

mi hambre de ti, la espesura del tiempo

donde te desnudas sin fin,

 

los premios,

el premio gordo que es permanecer en el amor. 



 Antonio Orihuela. Sin fin. Ed. Gato Encerrado. 2023

sábado, 21 de octubre de 2023

PATIO GADITANO

 




Calas sobre mí como la fina llovizna

que algunos llaman amor,

 

y por si amor no fuera

sino una palabra vacía,

 

me das la llave

de todos los graneros de tu belleza

 

para que el amor me cale

como una fina llovizna.

 


Antonio Orihuela. Sin fin. Ed. Gato Encerrado. 2023