documentos de pensamiento radical

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miércoles, 30 de junio de 2021

3 fragmentos de CORONA de BERTA ORELLANA LUNA





 El virus excusa definitiva de no acción frente al desvalido, marginado. La distancia de seguridad mata la única humanidad que aún se mantenía por milagro. Nos hemos convertido en idiotas malvados.


***

Llegará el día que avergüence el dinero acumulado, todo llega... 

Sobre la peligrosidad de superar niveles extremos de pobreza en pandemia. Intencionados como formas de control de la población. 

Manipulación y registro oficial de la pobreza y marginalidad. La pobreza lleva ante la catástrofe, impotencia y sufrimiento, a la propia población precarizada a sentirse en el derecho de pisotear y humillar. Desmembramiento radical del tejido social en la miseria. Soy pobre y por ello el que es más pobre que yo es mi enemigo. Se implantan rumores que el totalmente excluido (muy especialmente el extranjero) tiene acceso a ayudas públicas que ellos no tienen. Con lo que el tejido pasa a estar totalmente e intencionadamente desmembrado. Escombros. 

Sintiéndose en el derecho a humillar. Personas que son inocentes. La razón principal de esta inocencia es que la pobreza es una universidad para el ser, por eso diría Jesús de Nazaret que los pobres le seguirían a su reino. En ella se desarrollan valores con los que el ser humano es más digno. Se eleva sobre los otros. 

Manipulados, al interés del capital, convertidos en seres violentos. Y la violencia cuando se ejerce como acción viola a su vez cualquier posibilidad de pureza. 

La no violencia de Ghandi es algo más que una buena acción colectiva. 

Es una necesidad para evolucionar como personas y sociedad.


***


Estamos en un universo, probablemente compuestos de pluriuniversos. 

El confinamiento y la pandemia han ejercido una violencia tal sobre el alma social y particular de los hombres y mujeres que ahora estamos aún más podridos que antes, la salvación solo será posible ya para algun+s de nosotr+s. La televisión vacuna las mentes, las farmacéuticas (con sus principios éticos evidentes) vacunan los cuerpos. 

¡Dionisio, dios del teatro! ¿Cuál es el sentido y finalidad de toda la sobre actuación pandémica representada por los medios y por los ridículos sirvientes políticos? 

Toros de ojos verdes.



Berta Luna. Corona. 2021

martes, 29 de junio de 2021

Pensad y lamed todos de ella




Pensad en los tickets de metro,

en la gente que dice “mal de muchos, consuelo de tontos”,

en el vuelo de las cucarachas, en su gravedad, en su sed.

Pensad en renovar el paro,

en hacienda, en los exámenes tipo test, en

a. las mascotas huidizas

b. los sueños que se pudren

c. los bonitos familiares enfermos

d. los preservativos que se rompen

e. el humo


Pensad en el tacto de las cáscaras de cacahuete,

-"cacahuesas" las llama mamá-

en los dentistas y demás médicos,

en el hambre o la vejez, en los ungüentos,

en las bombillas fundidas de las farolas en puntos clave de la calle.


Pensad en mercadotecnia, pastillas para la tos, incendios forestales, purpurina, sábanas bajeras, cuerpos de (in)seguridad, monturas de metal, pepino, radiadores, controles, tacones de aguja, pulpa en el zumo, cámaras de vigilancia, linimento, perros húmedos, miradas de desaprobación, relojes, gorros de látex en la piscina, papeleo, burocracia, tecnocracia -poder, en definitiva-, cajas de música, pañuelos de tela -todos, menos el de mi abuelo, escondido muy hondo en un bolsillo dentro de una chaqueta dentro de su féretro-, cloro, mosquitos, coches de cinco plazas y dos puertas, abrigos de piel, cortes con el papel, juntas de azulejos, escaparates, sequías, lepismas, semáforos… la noche, la noche de nuevo, llegando silenciosa.


Pensad en la gente que invierte en bolsa,

en las aceitunas sin hueso, en la calvicie,

en la sombra, que se escapa hacia mis labios.


Pensad y entenderéis por qué


lo único que quiero


es


LAMER


la piel herida por el rayo.




 Sara Vega Prida. Arde. InLimbo Ed. 2021

lunes, 28 de junio de 2021

3 poemas de ARDE de SARA VEGA PRIDA


 


Yo tuve un novio que se intentó cortar las venas

antes, incluso, de conocerme


Yo tuve un novio sensual y silencioso, sórdido y solitario, ateo como el miedo a perder lo que está ya perdido. Con un aura abrupta de cine abandonado, escondía dagas bruñidas detrás de las palabras y barcos hospitalarios entre la niebla.


Los ojos, desordenados por el viento, por los sueños clandestinos, por el preludio de haber intentado, sin suerte, suicidarse cinco veces. El pelo, enmarañado de hiedra, como los brazos, porque nadie le había sugerido que las grandes lides se acometían siempre en vertical. Pese a que él, surcado por el hilo y afín a toda clase de venenos y brebajes caseros, le habría escuchado absorto.


Extinguidas todas las estrellas, me entrelazaba flores silvestres en el pelo y pelaba las nueces cuando aún estaban verdes, como almendras crudas, poniéndomelas luego en la boca. Su tiempo me habitaba a solas en los inviernos y cambiaba la forma de mi costa, susurrando en mi playa que no había ya distancia que nos separara de la muerte.


Yo tuve un novio que se intentó cortar las venas antes, incluso, de conocerme, apropiándose de las sombras de los cipreses, y me dejó porque decía que estábamos matándonos mutuamente.


***


Al fin estamos nosotros

y YO

AQUÍ,

sentados en una cafetería de barrio,

la más casposa de Vetusta,

(que ya es decir)

nerviosos porque nos conocimos

en Tinder

o en Grinder

o en No rinde la acción libertaria desde la Revolución de Octubre.


Coqueteamos con timidez por encima de la mesa,

juntando las tazas de té como si fueran cuerpos

y aún hubiera terrones dulces en nuestros cielos

y sé que quizá esta noche iremos a tu casa

y follaremos

y nos enamoraremos como idiotas.


Nos haremos veganos

porque veremos juntos un documental en Netflix

porque somos pura contemporaneidad

y porque qué cuerpo tan firme se me queda con el yoga y la ascesis,

pero nunca

NUNCA

por el sufrimiento de los animales.


Iremos a conciertos en el Manglar o en La Salvaje

de gente a la que jamás hemos oído antes

pero fingiremos que sí

y comeremos en un restaurante fusión peruano-japonesa todos los viernes

pese a que nos parece insulsa a los dos,

por estar In


Vendrán amigos a jugar al Trivial los sábados por la noche

y les echaremos alegando que queremos ver la última peli de un festival francés

pero nos pondremos a ver First Dates

y con el tiempo nunca

pero nunca

NUNCA

follaremos.


Y, pese a todo, tendremos un par de niños asquerosos y babeantes,

una casita con jardín en el barrio alto,

un perro que apeste a mojado y se coma a mis gatos

y una vida en las afueras,

pero en el centro mismo de la adecuación y la normalidad.

Y por favor

POR FAVOR

que entre alguien armado

y haya un tiroteo ahora mismo en esta cafetería

y muera

AL MENOS UNO

de los dos


***



Masticábamos

piedras en tu casa,

¿te acuerdas?


Y tenían un sabor amargo

como a salvia, a heno, a sexo na tená*

como a las pulgas blancas de las gallinas

subiéndonos en miríadas por las piernas.


Cuando las piedras se convertían en arena

me las pasabas por el pelo, peinándolo,

imprimándolo para la capa de pintura

que le darían luego la luz de la luna,

los piojos, las horquillas y la escarcha.


Y en cuanto el campo se quedó sin guijarros,

aprendimos a comernos los huecos,

los sapos, los renglones y los charcos,

renacuajos, mandiles y rastrillos,

haciendo con todos un polvo denso

que era dificilísimo limpiar de los rincones.


Ahora han asfaltado todo aquello:

nuestro pueblo, dos monedas que perdimos,

y el cadáver de la abuela.


A ver si quedamos algún día

para empezar a comernos el asfalto.

 


Sara Vega Prida. Arde. InLimbo Ed. 2021

domingo, 27 de junio de 2021

DOS POEMAS DEL CIRCO DEL MUNDO POR SAL

CUERVO



NO SE me culpe de nada.

Sólo obedezco órdenes de esos cuatro ludópatas. ¿Acaso Hugin y Munin[1] no son mis hermanos? Aunque a veces use la (más)cara de Poe (o de Hughes), soy pensamiento y también memoria. Acaso también sujeto a las leyes de los hombres. Ellos me crían y yo les limpio de parásitos su ombligo. Sólo uno de ellos es libre: ese barbudo que no se sabe si sostiene o es sostenido por el mundo. Él sabe que el verdadero enemigo está encorbatado. Sabe que el enemigo habla tu misma lengua. Él sabe verlos en la invisible opacidad de la transparencia. Algunas mujeres me acusan de no decir nada bueno, pero no es verdad. No es cierto que sea heraldo de mal agüero ni ladrón, instigador de crímenes o acuchillador de ojos. Simplemente soy esclavo, el soldado que teme por las dos gotas de escarcha de sus ojos, el amanuense a quien se dicta las páginas más tristes de la historia del dolor.


 



[1] En la mitología nórdica Hugin y Munin, son un par de cuervos asociados con el dios Odín. Los dos cuervos viajaban alrededor del mundo recogiendo noticias e información para Odín. Hugin es el "pensamiento" y Munin es la "memoria".



EL DUENDE DEL COSMOS

(Als ich Kind war)

 

 

 

 

 

CUANDO ERA NIÑO no sabía qué era el surrealismo

mas ya conocía la realidad invisible de las cosas.

Quería que el cielo fuera libro en llamas y que mi regajo seco la casa encantada de ogros y hadas. En la escuela aprendí a escenificar el teatro del bien y del mal. Leí el Principito (en francés) y comprendí que las palabras se ocultan porque son pábilos que iluminan las ofrendas a los dioses desvanecidos de los bosques.

En el imaginario reino de mi infancia, la noche era el miedo en el pasillo del padre. Mas también el blanco de una flor sin fruto visible: una flor de jara ensimismada en la nieve del invierno. El agua y la noche se apropiaron de mi alma para protegerme de las úlceras, de la hipertensión y otros peligros insospechados. Ahora, que en mi universo soñado brotan semillas de SAL, sé que el Agua y la Noche son dos Ausencias que crecen sobre la copa de mi sombrero. 



 


Olvida la guerra




Mi bisabuelo fue maqui,

terminó la guerra y

a. No pudo

b. No supo

c. No quiso

dejar que la batalla,

siguiera librándose sola.


Se tiró a los caminos como quien

se lanza al acantilado

quizá porque en mi casa

espoleábamos a la libertad,

le lamíamos con fruición

los párpados, pestañas,

OJOS

hasta casi sacarlos de sus cuencas

y libábamos una esperanza

VERDE

como la retama de las paredes,

como los robles de mi pueblo,

como las agujas de los pinos.


Les pillaron en un camino de tierra,

bordeado de alambradas

y les ametrallaron

hasta que sus miembros

fueron estandarte libertario,

cordón umbilical vinculado a la tierra y al musgo,

intrincado e indecoroso,

enredado con el alambre, el aire y la muerte.


A mi bisabuelo su metralla le atravesó la pierna

saliéndole

por

el

mus/lo

que quedó cojo para siempre

para que arrastrase su pena

durante generaciones.


A mi bisabuelo su metralla le atravesó el cuello

saliéndole

por

el

o/jo

que quedó nublado para siempre

para que todos recordásemos

quiénes nos miraban a su través.


Luego le dejaron allí tirado, entre sangre

amiga, hermana, dándole por muerto,

así que él pensaba que era un fantasma,

o un ser a caballo entre los dos mundos.


Cuando, de niña, dormía en su casa

mi pavor a ese otro se acrecentaba

porque le oía gritar en sueños,

DES GA ÑI TÁN DO SE

palabras de fuego y humo

alaridos de pánico

que desgarraban

mis sueños,

la esperanza

y la noche.


Olvida la guerra, dicen


pero qué


grandísimos


H

I

J

O

S


de

puta.

 



Sara Vega Prida. Arde. InLimbo Ed. 2021

sábado, 26 de junio de 2021

AMOR HEROICO





Eres mi caracol, mi estratosfera, 
eres mi gato en la ventana,
eres mi trapecista, mi manzana,
mi vapor de la máquina viajera.

Eres mi barricada, mi trinchera,
mi música, mi sopa, eres mi cama,
mi tarde, eres mi siesta, mi mañana,
mi camisa, mi bosque, mi tetera.

Eres el globo de mis sueños, eres
mi escalera, mi vaso, mi paseo,
mi fantasma, mi espejo, mi verdura.

Mi mujer entre todas las mujeres,
mi castillo, mi plato, mi deseo,
mi entrega, esto es amor, a la locura.



Jesús Lizano







viernes, 25 de junio de 2021

RÉPLICA DE LA CUEVA DE ALTAMIRA EN EL MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL DE MADRID





 

En Altamira empezó la eternidad

cuando alguien pintó en sus paredes

los bisontes que había visto

y retenido en su mente.

 

Ahora los bisontes de Altamira

son más reales para nosotros

que ningún bisonte vivo,

porque el bisonte inventado

no se separa ni un milímetro

del bisonte de tu imaginación.

 

Los bisontes de Altmira

no reproducen bisontes,

sino que nos hacen ver bisontes

que solo existen como formas

que el pensamiento descubre a la vista,

paisaje interior donde lo escondido

es el mismo escondite

gracias a la mágica linterna de una mente

creadora de objetos, fragmentos de identidad,

visiones, sensaciones, reflexiones,

formas que moldean la realidad desde lo visible

y lo invisible.

 

Hay otro lugar donde vivir,

hermoso, bello y feliz,

lugar donde la miseria

y el sinsentido del mundo

son redimidos por la belleza,

el consuelo y la utopía,

pero como no tiene cabida en este,

lo llamamos arte, revolución, amor, poesía.

 

No nos queda

sino seguir excavando nuevas salidas al laberinto,

aunque sabemos, en nuestro desconsuelo,

que todas las salidas terminan en nosotros mismos

y por eso no parecen tales,

y seguimos pintando bisontes en Altamira.



Antonio Orihuela. Campo Unificado. Ed. Olifante, 2019

jueves, 24 de junio de 2021

CUANDO LAS VÍCTIMAS SON LOS VERDUGOS




El capitalismo nos dice:

compórtate como un adolescente malcriado,

no le debes nada al mundo

y el mundo te lo debe todo.

 

Pocos mensajes más peligrosos

y más valorados socialmente

como modo de vida

y forma de relacionarnos con los demás.

 

Si no desobedecemos, si no maduramos,

no va a hacer falta ir a Marte,

Marte se nos va a instalar en el salón,

si para entonces quedan salones,

casas, humanos que no se comporten

como adolescentes malcriados.




Antonio Orihuela. Todos atrapados en la misma trampa. Ed. Garum, 2021

 

miércoles, 23 de junio de 2021

[OTRA VEZ, COMO SI SE TE LLEVARA EL VIENTO…]

 



Otra vez, como si se te llevara el viento; otra vez, amarrada a la huida; otra vez.

Tu carne es fuga: corres hacia dentro; escapas a donde la oscuridad arde hasta consumir todos los nombres o ser todos los nombres: tren, tiempo, hijos, mañana, amor. De ese adentro me revisto, aunque tu cercanía —te ahíncas en mi sombra— no desmienta tu inmaterialidad: luz sin clavículas, labios que sucumben, horas diezmadas por la caducidad.

Otra vez cosecho el bronce de la desaparición. Otra vez cemento y alas. Y los campos interrumpidos por casas y silos que saludan nuestro alejarnos —aunque sigamos en este sumidero de pasos, en el barro articulado de la megafonía— acompañan la despedida con el alborozo indiferente de los árboles y el triunfo estéril de la abnegación.

Un pájaro se posa en la grupa del convoy, como las garcillas en el lomo de los cebúes. Cobran los dedos la torpeza que infunde el miedo: su aliento es rocoso, y jadean las uñas, soliviantadas. El silencio se endurece, pero se alza, ingrávido: lo propaga la maquinaria colosal de las nubes y los inyectores. Todo se detiene y se acelera: en el mismo punto, con idéntico temblor. Partir es ulcerarse. Y yo, aunque no me mueva del andén, no parto menos que tú. La llaga se ríe. La llaga cunde en las tripas.

El reloj de la estación atrasa. Subes al vagón como si el vagón te creara. Cada separación es un principio.

Las cabezas que te flanquean no pertenecen a nadie. Ni las maletas, huérfanas como cadáveres. No veo a gente, ni palabras, ni animales, sino raíles, aunque los oculte el vientre abultado de la oruga; no veo tus ojos, que me miran con el desvalimiento de un moribundo, sino su ausencia presente, su luminosa ceguera. No dejo de ver, en cambio, el desbordamiento del día: sus astillas me acucian como avispas. Y anticipo su maldad, que me perseguirá cuando respire y cuando escriba, cuando me pregunte por qué respiro y por qué escribo, cuando todo lo que he perdido se me amontone en los párpados, como una pira, y me estrangule de impaciencia y amor.

               Otra vez. Muchas: un eslabonamiento de humillaciones, como esta monstruosa aleación que espera a que se desate algún mecanismo, igual que se desata la golondrina de la copa del alcornoque y atempera el ardor del azul con la fosforescencia blanquinegra de sus alas.

La proximidad es una ofensa: de mamparas impenetrables, de sombras que esgrimen cuchillas y alumbran lo que carece de cuerpo, pero se yergue. No puedo vadearla. No sé conjurarla. Ya te has ido, pero estás aquí. Te sujeto. Te embals(am)o. Te trago. Te nazco y te muero.

Otra vez. Cuántas veces. ¿A qué nueva migración te sumarás, si todo se anuda a su traición, si lo que se omite encarcela, si nada asegura la continuidad del pecho, de los pechos, si en la inmensidad no hay espacio para tanta ruptura? ¿En qué tren se verificará tu desahucio, qué magnitud expresará tu contracción, tu crecimiento contrayéndote, qué irradiación revelará el secreto de tu resistencia y mi quebranto? ¿Dónde radicaré cuando caigas como una lluvia urgente o como un cuerpo que librar a un enjambre de manos? ¿Y dónde te asentarás tú, traída por la soledad y llevada por el sueño, con el centellear de la noche a cuestas, con el tul de la desaparición enredándosete en los tobillos?

Pasa un vigilante para cerciorarse de que todo el mundo se aparte del tren. Yo me aparto. Tú sigues sentada en una penumbra ergonómica y una butaca ignífuga. Miro al frente, por donde se te tragarán los pilares del acueducto, almenados por cigüeñas, por donde fluirán la electricidad, el hierro, la turbia transparencia de tus medias y su promesa de feliz desnudamiento.

            Otra vez. Tantas veces. Aún estás aquí, pero ya amo tu vacío. La espesura se redondea, como el firmamento, como la marquesina bajo la que espero, bajo la que llevo esperando toda la vida, que desvía la cascada del sol a los descampados y las casas baratas.

Las cosas se ahondan en sí, excitadas por la inminencia de su mudanza, y se asoman después a su confín: a la contracción que las ratifica y las ramifica. Su combustión es convulsa como una navaja. Cuando arremeten contra lo que las rodea, sudan, mueren.

Te has marchado. Otra vez. En el andén apenas quedamos el vigilante y yo. Otra golondrina sobrevuela los raíles que brillan, desamparados, bajo la lluvia solar. No sé por qué te digo adiós con la mano: no puedes verme.

 

(Poema V de Tú no morirás). Eduardo Moga. Ed. Pre-textos, 2021

 

 

 

 

 

 

 

 


 

martes, 22 de junio de 2021

ESCRIBO PARA TENERTE




 Noël Bouton de Chamilly, conde de Saint-Léger

Convento de Nuestra Señora de la Concepción

Beja

1668

 

Escribo para tenerte. Para que la estela que dejaste no sea espuma, sino soga. Las palabras que arracimo entre estos muros negros como la ropa que me cubre, solo aspiran a traerte de la nada en la que habitas, para que sea yo lo que intuí al verte: alguien cierta, enclavada en tu cuerpo, enraizada en el mundo. Escribo para arrancarte del silencio que eres. Tu lejanía es estruendosa. Los pasos que oigo por los pasillos del convento son tus pasos. La realidad espinosa de tu lengua, que no poseo, que me hiere, ausente, pronuncia un vendaval de sombras. No concibo tu cuerpo sin el mío, sin su ruido paralelo, sin los sonidos especulares de la impaciencia y la agonía. Ten la misericordia de ser. Despójame de la toca que me pesa, de los hábitos que encubren la humedad que me consume, de la muerte apacible de cada día, bajo la cual se amadriga el anhelo de oírte y tenerte y vivirte. Dime: déjame saberte. Cabalga otra vez, como cuando te hiciste a mis ojos, o cuando accediste a mi reducto: cabálgame. Apaga esta luz a cuyo amparo escribo y sé tú la luz en cuya noche perderme. No atiendas a la envoltura de estas cartas menesterosas: atiende al dolor que las arroja a tu vacío; entrégate a sus cadenas de amor, a su apremio sacrílego. Veo por la ventana de mi celda el espacio que cruzaste. No eres, pero te veo. No estás, pero galopas, y digo tu nombre en cada mortificación, en cada plegaria. Escribo para que envenenes esta claridad en la que vivo. Para que vuelvas, aunque nunca te hayas ido. Para que te inmiscuyas en la cruz que me gobierna y aplaques con tu peso este martirio. Huele a sándalo y a comino: la especiera trastea en la cocina. Y la noche se aviene a ser: tizna tu hueco y mi desesperación. Desde esta mesilla, capaz de soportar el peso vergonzante del deseo, junto a esta vela que entrega su esperma como me entregaste tú el tuyo, y como entrego hoy mi alma inmortal, te escribo porque te veo, porque no he dejado de verte, porque el silencio te dice, porque las palabras te sueldan a mi carne, te hacen esta distancia de ti que soy, esta carne mía exasperadamente tuya.

 

(Del poema XII de Tú no morirás). Eduardo Moga. Ed. Pre-textos, 2021

 

lunes, 21 de junio de 2021

CONTRAPAIDEIA




Educamos para el diálogo

pero los contenidos son los mismos

en todos los libros.


Educamos para la paz

pero traemos a los militares

a hacer proselitismo en los colegios.


Educamos para la tolerancia

pero la primera norma del currículo

se llama competitividad.


No sabemos qué hacer con los niños,

ni en casa ni en la escuela,

pero nos gusta tenerlos

como se tiene una segunda residencia.


Son el futuro, decimos, pero

que los apaciente el maestro,

que los apaciente Nintendo.

 

 

Antonio Orihuela. Todos atrapados en la misma trampa. Ed. Garum, 2020


domingo, 20 de junio de 2021

4 poemas de GRITO de MIGUEL FERNÁNDEZ RIVERO


 


V

 

Vaga el mendigo

por las calles del mundo,

el viento duele.


 

 

 

 

LOS SEÑORES

 

Ellos son los Hechiceros de aquellas ancestrales tribus y de estas sociedades, y nosotros los ladrillos, los aterrorizados adoradores del tótem de maderas perpendiculares. Nosotros los sumisos y ellos los Señores. Ellos son los Hechiceros, aquellos Brujos y Chamanes, esos Clérigos y Sacerdotes o estos Magos y Políticos, labriegos todos de la mente humana.

 

 

 

VIII

 

Bajo la lluvia,

como tristes palomas,

los derrotados.

 

 

 

 

LOS SEÑORES

                              

Ellos son los Señores, los amos del tablero. Ellos mandan en el juego, mueven a los políticos estratégicamente y hacen sus combinaciones ganadoras. Avanzan gobiernos para proteger a su imperio en las sombras, retroceden países para provocar debilidades en las líneas del enemigo; es decir en los países. Ellos son los que dirigen el juego y nosotros la energía que mueve la maquinaria de su Nuevo Orden Mundial.

 

 

X

 

Hoy la palabra

se ha roto como aquellas

antiguas lanzas.

 


 

 

 

LOS SEÑORES

 

Nuevo Orden Mundial. Imperio Global. La Élite de poder planetario dominando todos los gobiernos, todos los estados, todas las naciones. La Élite, los Señores exigiendo vasallaje a reyes, dictadores, presidentes o gobernantes. Los Señores exigiendo sumisión a la masa, al pueblo.

 

 

 

 

XII

 

Pasa el guerrero

alargando su grito

por estas tierras.

 

 


 

LOS SEÑORES

 

Ellos son los dueños del tablero, la mano invisible que mueve las piezas del juego. Nosotros somos los peones, los nadie que pueden ser eliminados. Ellos mandan en el juego, los países son sus piezas mayores a las que mueven a su antojo, haciéndolas avanzar o retroceder, o sacrificándolas según sus intereses. Son la Élite de poder que está por encima de las leyes y de la economía de las naciones.

 



 Miguel Fernández Rivero. Grito. Ed. Opera Prima, 2020