documentos de pensamiento radical

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miércoles, 31 de enero de 2024

MARTINETES DE FRONTERA

 





1

Frontera de frío y hambre

y a puntito de cruzar,

nos le han pegao fuego al bosque,

y nos vienen a cazar.



2

Caminito a la frontera

y sin agua en el desierto,

me orientaba bien el rumbo

la parva negra de muertos.



3

Arrasada la dejasteis

la tierra donde nací,

por eso, le digo al guardia,

por eso vine hasta aquí.





Conrado Santamaría. En Inventário das travessias. VV. AA. Coordinadores: Pedro Miguel Salvado, António Lourenço Marques, Moana Soto, Stefania di Leo y Carlos Serrano. Ed. Labirinto, 2023.

 

poema visual de Paco Pérez Belda

martes, 30 de enero de 2024

CANTIGA ENTRE LA HUMUVIA




Amor, y yo esperándote

para que me orearas.


Por los Matagallares

baja la humuvia

sin temor a los truenos

ni miedo a la canícula.


La noche va cayendo

por la Almijara.

Con la humuvia compiten

la sedienta albahaca

y

el jazmín que refresca

las noches cálidas.

Amor, y yo esperándote

para que me orearas.



Dionisio Pérez Venegas

 En Humuvia. F. Domene, S. Aguaded Landero, D. Pérez Venegas, Eds. Editorial Alhulia. Granada, 2023

lunes, 29 de enero de 2024

3 poemas de AURORA VÉLEZ


 

La Naturaleza sabe más”:

 

 

Desde el avión veo los pliegues de la tierra

la piel rocosa de mi Europa

el fruncido que nos sobrevivirá.

No son cuatro montañas es un puño

entre países es también piel con historia

llena de “as” mayúsculas, de cuerpos enterrados

de “eles” y ríos, de sílabas abiertas como si el mundo

hubiera aprendido aquí a balbucear.

Quieta y extrema la tierra

fronteras en vericueto y columnas que el hombre

dibuja en rojo o negro en los mapas y ella no entiende.

Más madre la tierra que todas las madres

con sus propias leyes sacras,

eliminatorias,

la piedad es un rincón de cielo entre

picos soberanos.

Mueren en el mar tus cerros

Alpes, femeninos en francés,

masculinos en mi lengua

dináricos, carnívoros, vaguadas, cañadas

silencio y salve.

 

 

 

 

Más que nada paisaje, el más cercano, el más posible. Agarrarse a la niebla en un cerro o cerca de la costa, a las hojas temblorosas en su despedida precipitada o incierta. Somos más que nunca paisaje, el que está fuera de alcance, quizás para siempre. Somos una sucesión de instantes amordazados, parecidos y cada uno singular, antes más romos y ahora cada vez más aguzados, más imprevisibles, más tristes y violentos. Somos reos, todos, reos de este presente sin eco. Y el paisaje observa nuestro precipicio, nuestra falta de plan, nuestro desorden. Él nos dice: sé, copia, aprende. Pero nos distraemos con los que enloquecen.

 

 


 

 

Cuando uno vive con tanta sed que

centrifuga el tiempo, critica al oriundo,

busca luz imparable y proyectores,

cuando uno sólo quiere que lo alaben,

y se hace fotos de si mismo,

ese

uno

absorbe, enturbia la sabia

de las raíces, de las hiedras,

minimiza acentos, impone banderas,

exige fianzas al subsuelo, a la luz la verdadera

la que se abre paso y no pide,

ni aplauso, ni risa

sólo existir.

Cuando uno así grita se exhibe como papagayo

entre ramitas tiernas,

éstas se miran, éstas transmiten

y esperan. Sólo esperan a que el

uno, el alfa, el altivo, el primogénito que no es,

atraviese el sendero donde hordas de mosquitos

le enseñarán quién reina

y qué es grito.

Obsérvale, no le copies,

que no te ciegue la belleza de lo oscuro,

ni sus brillos.

Fíjate en

qué dice el latido del aire,

escucha la tierra.




 Poemas Aurora Vélez, extractos de “Dos orillas” e “Intramuros”, publicados por La Rumeur Libre en 2023

domingo, 28 de enero de 2024

ARMAGEDÓN




 

Los campos y las casas demolidos,
la luna muerta,
y la lejanía un mar cegado.

Busca la ruta de Armagedón,
hasta la lucha final de un dios impotente,
búscala.

Busca el destrozo de los cuerpos,
y los ojos de niños alucinados.

Escucha el restallar de los huesos rotos.

Las palabras se paralizan
y arrastran fechas:

1 9 4 2
odio de genes.
EXTERMINIO.

2 0 2 4:
odio de genes.
EXTERMINIO.

¿Acaso es la alborada cruel
un bosque fosco
donde se oculta el hijo atroz
que repite la crueldad del padre?



(Agustín B. Sequeros, enero de 2024)


sábado, 27 de enero de 2024

GLOSA CONSUETUDINARIA





La sórdida ignorancia

de cualquiera sapiencia

duele más que la espina

de pez al paladar

clavada. Con la punta

de la lengua la intentas

arrancar, y no sirve

la saliva ni el músculo

ni puede la palabra

moverla de aquel sitio

donde punza obstinada

obstinada, constante,

constante tierra en agua,

agua que no da humuvia

de otoño esperanzada

de aire nuevo, de fuego

nuevo, indiferenciada

de su inutilidad

para la vida ida

que se repite.



Antonio Carvajal

 

 En Humuvia. F. Domene, S. Aguaded Landero, D. Pérez Venegas, Eds. Editorial Alhulia. Granada, 2023

viernes, 26 de enero de 2024

EXOSFERA

 




Se mueve el silencio hacia arriba

y borda en lo oscuro su esencia sin peso,

que sombra es de pluma reseca

y apenas si roza la piel de un ensueño

lejano y agreste

girando hacia el cielo en pos de la lluvia.


Retumba la ardiente sequía

que cae del sol

y anega los surcos con gotas de sed

y baña la tarde en sudor

al tiempo que filtra la luz con la rubia

calima de un lento desierto.


Qué lejos las horas del verde cantar

del sapo escondido,

qué hermosa la bruma del huerto mojado,

qué viva la lóbrega estrofa

de aliento cautivo

en tu alma terrosa de diosa mortal:

Humuvia...

delirio incompleto del tiempo de ayer,

de pájaros puros con trinos en flor...


Ahora revivo las nieblas perdidas,

el lúgubre acento de un mundo feliz

de gozo y de llanto,

de oro y carmín,

que frota mi cuerpo cuando abro los brazos

y fuera diluvia.




José Antonio Ruiz Reina


En Humuvia. F. Domene, S. Aguaded Landero, D. Pérez Venegas, Eds. Editorial Alhulia. Granada, 2023




jueves, 25 de enero de 2024

BUSCA



Mira a tu alrededor

y desconfía de paraísos perdidos.

Mira la flor de cerca,

el vaho de los bosques,

oye el rumor de la lluvia

tamborileando la tierra

y da valor al aire que te regala

al instante la evanescente humuvia.


Vive el silencio de las piedras,

vuela con el viento

a su sed de cielo abierto,

a tu Ítaca perdida

y busca cada día el hechizo

de una sonrisa amiga,

de un abrazo a tiempo.




 

Rafael Pérez García. En Humuvia. F. Domene, S. Aguaded Landero, D. Pérez Venegas, Eds. Editorial Alhulia. Granada, 2023



miércoles, 24 de enero de 2024

AROMA


 


Humuvia

tu fantasma dentro

de mi

amor



Javier Lostalé. En Humuvia. F. Domene, S. Aguaded Landero, D. Pérez Venegas, Eds. Editorial Alhulia. Granada, 2023

 

 

 


martes, 23 de enero de 2024

Natura data




Es la verdad que no se acaba nunca,

el vendaval que acaso oculta sus fronteras

y en la emboscada viva de las sombras


luce para mentir el sueño de otro tiempo

mejor, su precipicio:


el áspero compás


que al levantar la niebla nos rescata

y envuelve, ya canción, entre las ramas.

Es la verdad del castaño en sus erizos,

la piel que nace lenta y portentosa

desde atrás, siglos que fueron

constantes sucesiones de otra vida,

la brisa lenta que en su fruto se amodorra

y esconde la crueldad de un mundo estrecho.

En entredicho el tronco seco de su honor,

página al fin, poeta, abierta entre tus manos.

Escribe entonces multitud, no ocultes nada

y corre como si tu pluma ya atrapase

el perezoso vuelo de los buitres, la discordia

tan audaz de un halcón peregrino, sus ráfagas

de vida o muerte, esqueleto posible

de otro animal que tuvo corazón, delicia

al transpirar el aire, su salada quietud

cuando se nubla el cielo y todo este brote,

su ardor en calma, hace que la piel

bajo la piel se empeñe y busque,

definitiva canción de los mortales,

una curva incandescente que a tu mirada

inspira, poeta ya del tiempo en que el papel

se pliega como esa rosa oscura que ya nutre

a la tierra sin paz que nos acoge.

Rotúrala y descansa.



 J.J. Díaz Trillo

Llanos de la belleza

–Planeta Clandestino 198–

lunes, 22 de enero de 2024

Que era mar y mano al mismo tiempo y me mecía,




Que era mar y mano al mismo tiempo y me mecía,

más arriba, más abajo, donde no podía tocarme,

donde el dolor, donde la herida que se abre cómo un pétalo

que huele a miel pero es veneno.

Que era muerte y Dios y cielo al mismo tiempo

línea de horizonte e infinito,

huracán y suave brisa,

y yo era escoria, deshecho, despojo, desperdicio,

residuo de un hombre suplicante de rodillas,

títere vencido, pelele, marioneta.

Pero a veces me hacía creer que yo era bueno,

que había algo en mí que era valioso,

para luego mostrarme la verdad obscena:

que ella era sucesivamente el mundo

y yo era cada vez menos,

nada más que mugre entre sus dedos.



 Sergio C. Fanjul

El verso ansiolítico

–Planeta Clandestino 197–

domingo, 21 de enero de 2024

Un sueño / Amets bat




Un sueño

Una cocina en una casa antigua.

La cocina y la mesa son las de tu casa

y allá, madre y yo, ambas, un día como éste,


dormitando en la sobremesa.

Y desde un plano superior

una voz dice que este momento no importa,

que el tiempo es nuestra casa

y que la casa también nos acogerá

en sueños,

mientras continuemos reuniéndonos en sueños.

Una voz que recordaba

los pozos de las lamias

y los reflejos de aquellas aguas.



Amets bat

Antzinako etxe bateko sukalde batean eta sukaldea hire etxekoa, mahaia bezala,

baina gu, ama eta biok, oraingoak.

Eta mahai gainean lokuluskan geundenan bazkalostean.

Eta goitik begirako ikuskizunean

ahots bat zen esanez denbora ez dela inporta,

denbora geure etxea dela,

etxeak biltzen gaituela

ametsetan ere,

ametsetan bederen batera izan gaitezkeela;

ahots bat gogorarazten zituena

lamia-osinak

eta ur haietako isladak.



 Tere Irastortza Garmendia

Antxetak itsasontzi direla

Veleros que parecen gaviotas

–Planeta Clandestino 196–

sábado, 20 de enero de 2024

Siddharta en Google




La historia del joven príncipe que sale de palacio

y descubre de pronto la enfermedad y la muerte,

la estafa. Todo ha sucedido tan rápido... La

frustración,

encantadora, como el sexo. Y necesaria.

Debemos

tomar mucha fruta y comprender el islam

y que el día también desearía tener veinticuatro

horas

para nosotros. Pero hay, no sé, un error

de estructura; afuera y adentro, quizá.

El más grave de todos la mirada.

La piel el más delicado.

Y hay una forma de aburrimiento

saludable, la ausencia de drogas.

Aquí premian el final de la juventud con un ático.

Hoy he visto una cigüeña anidar en la punta

de una grúa desmesurada y he visto

la diagonal de la necesidad trazada por un galgo.

Nunca sabré de qué huía el jurado

no tendrá en cuenta mi conmoción pero sí

el modo en que explico la afición a atar gente.

Con tiempo y una habitación más

o menos vacía muchos de nosotros no decepcionan.

Los que tienen hijos acceden a formas netas de desesperación.

Los del hemisferio Sur no tienen problemas con lo abstracto.

Sí desconfían de los huracanes.



 Julieta Valero

Libro de las conjugaciones

(Prólogo y selección de Marta Agudo)

–Planeta Clandestino 180–

viernes, 19 de enero de 2024

Simetrías




Simetrías

Despertar.

Abrir los ojos

y sentir mi legaña en ojo ajeno.

Desperezarme.

Estirar el brazo

y no poder abarcar la cotidiana simetría.

Caminar.

Posar un pie en el suelo

y advertir la bipolaridad del paso.

Desear.

Llamarte a gritos

y obtener el eco por respuesta.

Mirar.

Reflejar tu imagen

y recibir la bofetada en primera singular.


Copiar.

Plagiarte sin bocetos

y sentir salpicar el agua del lavabo al

pronunciar

susurrar tu nombre

y sentirme perdido:

“Narciso”.




 David Bendicho, María Coduras,

Dani Izquierdo, Julio del Pino

Asalto al Parnaso

–Planeta Clandestino 177–

(De María Coduras)

jueves, 18 de enero de 2024

la encuentro




la encuentro

pintándose de rojo

las uñas de los pies,

sentada en el suelo,

con el pelo recogido

en otro instante,

la envuelve lenta

la música y los gestos,

qué hermosa

hermana pura de la belleza

habitación de la luz

lugar natural del abrazo

sitio de mi cuerpo

¿Cómo decirle el amor

sin que lo note,

todo el amor tan sólo,

todo el amor?




 Antonio Rigo

Poemas de la nevera

–Planeta Clandestino 174–

miércoles, 17 de enero de 2024

22




De: loladent64@gmail.com

A: lupermex89@hotmail.com

28 de noviembre de 2014, 23:24

 

Perdona, no quiero ofenderte. 

El amor a mi edad se ve diferente. 

Soy una víbora pero ahí va.

 

Nada personal. Pájaros de cuenta son los hombres, zopilotes.

El tráfico urbano de camas calientes

al alba va denso, parece hora punta:

maridos y amantes en gran marabunta;

al verse se callan, enseñan los dientes.

Madrugan los hombres, en pie las mujeres;

colegas los machos, apenas da si eres

el búho cornudo; son todos parientes

que libres coinciden en húmedos frentes.

Si hacemos promedio de tanto ajetreo

al alba les salen dos camas por hombre,

dos hombres por dama, que nadie se asombre.

Madrugan, madrugan al gris merodeo

de amantes en vela, las ya liberadas,

las mustias, inquietas, ligeras casadas.


Las más de las veces comparten empleo:

amigas de un guapo, señoras de un feo.

Maridos infieles, tempranos amantes,

al alba al trabajo partís y llegáis,

a esposas ajenas con prisas amáis.

Amigos nocturnos, maridos entrantes,

al alba cansinos cumplís el engaño,

llenáis vuestro sitio después del extraño.

Dos turnos por noche, ¡qué estén vigilantes

las evas picantes, de adanes errantes!



 Juan Ramírez Codina

El duelo

–Planeta Clandestino 166–

martes, 16 de enero de 2024

Mi madre me enseñó a hacer trampas.




Mi madre me enseñó a hacer trampas.

Trampas para perder.

Ganar era tan fácil que lloraba de noche

y no podía conciliar el sueño.

Cogidos de la mano me calmaba

relatándome historias que sucedieron luego.

La culpa fue mía.

Madre me preguntaba

si las quería reales o inventadas,

y yo pedía siempre que le hubieran

sucedido a ella.

Y casi sin quererlo

una noche mi madre inventó la realidad.



 Fernando Beltrán

Poemas rebeldes

–Planeta Clandestino 153–

lunes, 15 de enero de 2024

Es preciso insistir en [esta] parte (variación de un verso de Roberto Juarroz)




raro principio el de la tormenta

de barro alimento

militante

que nos hace seres densos felices

cuece hasta el temblor

y mientras la sed

es paciente mastica amor

ese movimiento que amansa

la tierra pone la mesa

te arrastra al cabo

ese movimiento del barro

sobre el que colgamos cosas frágiles


algo de maíz saliva aliento fresco

polen al final no la enfermedad

sí este idioma ese polvo

sobre el que insistir



 Mariano Martínez, Òscar Solsona, Pepe Maiques

[Sopa de poetes]

Tripolar

–Planeta Clandestino xx–

(De Mariano Martínez)

domingo, 14 de enero de 2024

Jardín de las variaciones (fragmento)




Al otro lado de la vida, al otro lado de la infancia, al otro lado del jardín.

Todos se han ido y sólo queda regresar.

Giran los días, giran bajo la púa de nieve, bajo la implacable batuta del porvenir,

hipótesis de luz en la sombra, al otro lado de la dársena, donde el ala pliega su duelo, donde el

perro esconde tu mano en la grieta del muro y el pez muerde el sedal, la semejanza que

hilvana el vestido para el viaje de las últimas cosas, la incesante madeja, fundación de

penumbra en la penumbra.

Un soplo, un resplandor, la nieve.

Hoy, mañana, nunca, cuando ayer y hoy son ya un mismo día en tu corazón.

Entonces, el regreso, para llegar al lugar donde la cicatriz siembra su íntima voluntad, texto

borrado donde te sientas a escuchar los días mientras el mundo gira cuando cae la noche.

Aquí.



 Guadalupe Grande

Mapas de cera

–Planeta Clandestino 129–

sábado, 13 de enero de 2024

En las calles están las casas y en las casas... (fragmento)




En los campos están las ciudades

y en las ciudades están las calles

y en las calles están las casas

y en las casas la miseria moral y la traición

conviviendo con todos los inquilinos, los perritos y los gatos

En las calles están las casas

y si te fijas dentro de ellas podrás distinguir

parpadeantes luces de colores

son de los arbolitos

las luces de los arbolitos

porque estamos en navidad y todo el orbe se encuentra invadido por paquetes y cinismo

y eso hace que las bombillas funcionen

como todos los años

En esta ocasión hasta he podido escuchar a grupos de jovencitos cantando villancicos

y con cara de creérselos

aunque el que mejor lo hace es Enrique Morente

lo de cantar villancicos

no sé si se los cree o no

Los Campanilleros

Ana y yo volvimos a estar juntos en uno de sus conciertos

en un acto de fe más

ella y yo nos queremos a pesar de que no echemos un polvo desde hace una eternidad

tal vez en nochebuena

como los gañanes

Yo no quiero regalos en la actualidad

sólo ansío realidades y unos ojos verdes

y un poco más de tiempo para comprobar si finalmente triunfan el napalm y los misiles

o si por el contrario la bomba de la pasión estalla

y desterramos los condones para siempre

a pesar del sida y de su puta madre

Yo sé lo que es estar dentro de ti sin protección alguna

y no podré olvidarlo mientras viva

al principio tenía que decírtelo todo

nena, no uses mi cepillo de dientes

no te acerques demasiado a mi sangre

lo que quiero es que devores mi alma

esa sí que no está sucia

ni contaminada


Y lo de sentirte sucio es otra cosa apasionante y relativa

de pronto te das cuenta de que todas las hembras que se acuestan contigo deben de quererte

muchísimo

y eso no es moco de pavo

estoy seguro de que hay otros individuos que deben sentirse mucho más tiznados que yo

la enfermedad no es sucia

ni la navidad tampoco

lo cual no impide que los de siempre hayan

pretendido llenarlo todo de mierda



 El Ángel

Otoño asesino

–Planeta Clandestino 128–

viernes, 12 de enero de 2024

Si digo sacar brillo




Si digo sacar brillo

será porque ese brillo que persigo

andaba por ahí

metido en un cajón, esperando su turno

para ser descubierto tras pesquisas. ¿De qué

pesquisas hablo? No de huellas o manchas

halladas lupa en mano sino de repetir

procesos, de insistir con el centrifugado,

de setecientas vueltas por minuto

que nos entregarán la ropa casi seca. voluntad

de mejora, cada giro

depura el resultado. Todo tan parecido a las labores

que realiza el arqueólogo: frotar y desvelar,

arrancar del subsuelo ráfagas de pasado (se agradece

su esfuerzo por encumbrar el brillo

hasta la superficie). Maldito sea entonces

el suministro eléctrico

por hacernos creer que la luz cotidiana

la emitíamos nosotros. Cualquier interruptor

que pulses lo desmiente, de ahí la dificultad

de renunciar al lujo de los lúmenes, al lujo

de encender.



 Mercedes Cebrián

Nos faltó propulsión

–Planeta Clandestino 126–

jueves, 11 de enero de 2024

Astillas




Me decías que las astillas había que sacarlas enseguida, porque si no se metían dentro del

cuerpo, remontaban las venas e iban directas al corazón.

Una pinza.

La piel abriéndose.

Luego me dabas un beso en la yema del dedo.

La tabla de multiplicar no explicaba que tú no estarías siempre.

Hay mañanas en las que me levanto con un dolor en el pecho.

Imagino que alguna, tantos años después, ha llegado por fin a su destino.



 José María Cumbreño

Curso práctico de invisibilidad

(Poesía 1998-2012)

–Planeta Clandestino 125–

miércoles, 10 de enero de 2024

sweet Jane lou reed




yo he vivido mucho tiempo pendiente de un hilo

telefónico de un buzón sin cerradura de las manos

de unos hombres que no quisieron encontrarme

acumulando toda clase de pastillas esquivando

como pude los domingos por la tarde yo he vivido

demasiado tiempo al otro lado de la pantalla

mirando el amor por los anuncios



 Pablo García Casado

coche, carretera, casa

–Planeta Clandestino 112–

sábado, 6 de enero de 2024

AMOR SUBURBANO






Nos enamoramos de Tamara leyendo a Leonard Cohen

y utilizamos los ojos de Juana de Arco

para brillar en sueños imposibles

Dylan cantaba para nosotros en salones venecianos

y chiringuitos de la playa

Pataleamos la Glorieta buscando una mirada

como quién busca un cristal bajo el agua

y devoramos sin demasiada vergüenza

el sueño americano, la rebelión sin causa

el esplendor en la hierba

y aquel tranvía llamado deseo,

en estas avenidas mediterráneas

de donde será difícil escapar.

Concebimos la vida como un riesgo

al cual apostar lo más alto posible

y la felicidad fue todo o nada

creciendo entre palmeras caribeñas

y estrechas calles africanas,

esperando el paraíso de celuloide

en las butacas de madera del Savoy y el Metropol,

y con los pantalones vaqueros bien ceñidos

rastreamos el barrio del Carmen, ávidos e impacientes

y encontramos la cara oculta de las promesas

embotellada y precintada,

y sufrimos de regreso a casa

porque James Dean también era americano

como la coca-cola y los bombardeos sobre Vietman.

Los sábados por la tarde las mujeres se desnudaban

y sonaba música de los Beatles

en la palidez de nuestra adolescencia.

Al otro lado de la ciudad

una virgen canadiense nos robó el corazón

en una tarde de lluvia, sexo

y primera vez.

Y el amor nos sorprendió entonces en el asiento trasero

de abandonados coches en la playa

y ebrios lo celebramos bajando a los muelles de poniente.

Asimilados o no

integrados y apocalípticos

desconfiábamos siempre de las grandes conciencias

y los compromisos a largo plazo,

preferíamos destrozarnos los oídos

con la electricidad de las guitarras

antes que corear las consignas de los profetas.

Nuestra inocencia fue inagotable

incluso vencidos supimos amar

el orgullo de nuestras vencedoras.

Jean Seberg todavía guardamos una noche para ti

y seguiremos escribiendo en tus mejillas

el nombre de las cosas que nos hiciste amar.

Jean Seberg, ¿todavía queda alguien

que no sepa por qué te mataron?





Hermosas escenas de la noche

(Universidad de València, 1984)


Uberto Stabile. 33 / RPM. Ed. Cuatro de agosto, 2023

lunes, 1 de enero de 2024

DESPOLARIZACIÓN y AZUL



Nos despedimos de un año 2022 oyendo que las 12 uvas tontas de la costumbre no tenían sabor, “no son de aquí”, dijo algún optimista. Tampoco sabíamos si con aquel rito decíamos adiós a un año o saludábamos a otro nuevo. Es algo que nunca sabe nadie. Y esta vez tampoco. Repetimos los mismos gestos de toda una vida larga con la sensación de que la nostalgia, esa rebelión reaccionaria de algunas neuronas locas, nos intenta entristecer trasladándonos a lo ya inexistente, o a lo soñado en pesadilla, que tal vez ni fue nunca. Y este día 31 repetimos. “Las uvas no tienen sabor ya”. Quizá por eso, o por lo carpetovetónico, este año en Jabugo brindan con doce lonchas de jamón, y en no sé dónde con torreznos, al tiempo que alguien publica que ahora se hacen catas de agua, como antes se hacían catas de vinos viejos. Uvas sin sabor y agua que ya va siendo tesoro, y recuerdo muchas veces el ir a despedir el año, a veces a moribundos, por carreteras que ahora sirven más para ilustrar cuentos que para llegar a poblados con vida, una 589, por ejemplo, desde Moixent a Navalón, en la que a un lado y otro existían fuentes, y en lugar con eterno charco verde en hondonada, hacia el kilómetro 11 o 12, siempre se encontraba la triste piel de un sapo aventurero atropellado. Era otro tiempo, era otro planeta. Se nota que Heráclito no se refería solo al río que hacía dudar a todos menos a los poetas. Ahora el mismo grupo de aficionados a la definición ha decidido dar importancia y brillo a la palabra polarización. Son los mismos que en el 27 eligieron la más bella palabra en español, decidieron que era “azul”, tan digna y bella que un fundador de secta de patriotas la convirtió en color y no en sonido y ordenó teñirse las camisas. La polarización sí parece tener el sabor que ha perdido la uva. Tiene un fallo, no obstante. ¿En qué año, en qué siglo, en esta isla siempre invadida por el sur y amurallada contra el norte no ha existido polarización entre sus habitantes del culto a lo negro o blanco? Aquel fragmento desgajado de la calurosa África/  tanbruscamente soldado a la Europa ingeniosa, cantó áspero y desilusionado Wystan Hugh Auden, el de la revolución del corazón, venido a defendernos con sangre del azul. Festejamos cada 31 de diciembre, o quizá cada 1 de enero, con merecida alegría inocente y sincera que surge del corazón por unas horas, y las uvas tienen menos sabor y el vino despolariza, hasta que cae la hoja vieja del calendario. 

 

Antonio Santos Barranca