documentos de pensamiento radical

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martes, 19 de febrero de 2019

TEMBLOR



Dentro de ti,
dentro de mí,
fuera de qué.


Antonio Orihuela

domingo, 17 de febrero de 2019

LA ANARQUÍA



Procuraríamos no matar a nadie. Infligir la muerte es horrible siempre. Deseábamos ver a nuestros enemigos trabajar en la campiña como nosotros. Queríamos que civiles, carabineros y curas vistieran ropa de hombres. Esperábamos convencerles de la grandeza de un ideal sublime: La Anarquía.
Germinal García Pérez


El duro al mes que ganaba Manuela Lago
trabajando con siete años de sol a sol
a cambio de unas sopas de ajo con pan
y un potaje de garbanzos y tocino por la noche.

La conquista del pan,
leída en voz alta y patosamente por José Núñez,
volviendo al pueblo,
después del duro trabajo en el campo,
montado en su burrito,
con un pie en cada alforja
y las riendas abandonadas.

El día que aprendió a leer José Monroy
como la cosa más hermosa del mundo,
gracias a otro jornalero que tenía ideas
y daba clases en el ateneo por la noche.

El periódico Solidaridad Proletaria
que compraba María Toro
para que alguien se lo leyera,
porque ella, aunque era analfabeta, se aprendía
los artículos de memoria con escucharlos una vez.

Las conferencias mensuales de Miguel Olmo
sobre los peligros del alcohol, el juego y el burdel
que entorpecen los sentidos y degradan la moral,
instando a los obreros a cambiar el bar
por la lectura y el estudio de libros y periódicos.

La unión en amor libre de María Silva con su compañero
para tener los mismos derechos que los hombres,
bajo el sagrado precepto del respeto mutuo
y la pasión profunda.

La Idea deslumbrando un claro día de mayo a Juan Estudillo,
que se hizo vegetariano, naturista y nudista,
y comenzó a escribir artículos para los obreros
bajo el pseudónimo de El Duende de la Pena.

La bandera roja y negra izada por Juan Moreno
en el ayuntamiento del pueblo
porque pensaban que la reacción había sido derrotada
y el futuro ya se había ganado en toda España.

Todo esto tenía muchos nombres, muchos nombres
que aún no se han apagado.



Antonio Orihuela. Pelar cebolla. Ed. Amargord, 2017

martes, 12 de febrero de 2019

2 poemas de CIELO de JAVIER LOSTALÉ




NÁUFRAGO


Náufrago sin combate en algunos cuerpos
creíste en la eternidad de lo abisal,
y ordenaste tu vida entre engañosas corrientes
que dejaron sin aire la íntima ascensión
del que, como tú, mudo tiembla
en el espacio duermevela
de lo que espera amanecer.
Entregado a los relámpagos de una piel,
ignoraste el latido permanente
de lo que en amor fue separado
tras la plena inundación.
Por tu culpa desposeído
de palabras y gestos
en su lentitud consagrados,
te consumaste en una pasión
sin otro destino que su propio ardor,
beso y tacto de ceniza
donde un día enterraste tu sueño
de respirar el mundo desde otro ser. 


 
QUIEN AMA

Quien ama
cruza la frontera
con un único paisaje dentro.

Quien ama
dobla la velocidad de su pensamiento
para que alguien respire
a través del pulmón de su memoria.

Quien ama
se queda sin pulso
ante quien no viene hoy
aunque su horizonte sea mañana.

Quien ama
se adelanta siempre
con su mirar de ciego.

Quien ama
tirita de tanto no saber
lo que es su única fe.

Quien ama
arde sin calendario
en todas las estaciones.

Quien ama
asciende tan alto
que ya no encuentra su lugar
fuera de lo amado.

Quien ama
despierto entra en un sueño
del que no quiere volver a despertar.

Quien ama
sin nunca haber sido amado
escribe ahora este poema
en el que se va borrando,
mientras su escritura
no deja de sangrar. 


Javier Lostalé. Cielo. Fundación José Manuel de Lara, 2018

lunes, 11 de febrero de 2019

2 poemas de EL PULSO DE LAS NUBES de JAVIER LOSTALÉ


 


DESPEDIRSE 
 
Bruma que desnuda canta lo amado
es la despedida,
pasos llenos de paisaje,
luna en silencio creciente,
alfileres hondos de lo que aún se escucha.
Despedirse es anunciación sin criatura
que transfigura cuanto toca,
encarnar la vida en alguien
hasta enfermar de melancolía.
Despedirse es el vértigo sostenido
de continuamente volver
hacia brazos de humo,
la ascensión instantánea
a plenitud sin aire.
Una debilidad de distancia
signa las palabras de la despedida
en su propio calambre nubladas,
mientras un temblor de mirada sola
en doble sombra transpira.
Quien se despide
peregrina deshabitado
sin otro destino
que ser la herida secreta
de un corazón enterrado
en su propio fervor.



DESNUDO

Tu desnudo tiene la quietud
de una rosa antes del amanecer.
Abandonado en el límite
de la ausencia más pura
emite una luz
en la que entera leo mi vida
sin alterar el secreto de la tuya,
pues quien así se entrega
es sólo ascensión sin tacto,
eternidad de lengua absuelta.
Nadie habite entonces la flotación dormida del amante
hasta que su corazón desborde
y se produzca el bautismo del mundo.
No hay conquista en tu desnudo,
sino postrimería en revelación,
pues principio y fin en él se anudan.
Si me inclino sobre su oscilante cristal de llama
escucho un fulgor de palabras primeras
que me reúne con todo lo amado hasta llegar a ti,
y callo cuanto supe
para reiniciar contigo el tiempo.
Es tu desnudo destino
donde se fecundan aurora y atardecer,
y lo que el pensamiento toca
germina consumación.
No hay en ti desnudo
sino tiempo y espacio en suspensión,
honda sombra con pulso
en la que no dejo de nacer. 
 
 

Javier Lostalé. El pulso de las nubes. Pre-textos, 2014

sábado, 9 de febrero de 2019

SEÑALES EN EL AÑO MAYA DEL FIN DEL MUNDO





Comienzo el año maya del fin del mundo intentando seguir
en el códice Colombino del Museo de América
la historia de 8 Venado, un soberano mixteca que,
ayudado por 10 Viento y 1 Lagarto,
entra en contacto con la diosa 9 Caña,
“Señora de las Puntas de Flecha”,
gracias a la ingesta de ciertas sustancias.

Paso luego al códice Madrid,
que es una especie de calendario adivinatorio,
y de ahí camino hacia la sala de los fetiches
donde me encuentro con que en Ghana
se ha puesto de moda enterrarse en ataúdes
decorados como si fueran móviles
y que en Suecia, aunque tampoco dejan pasar a los ilegales,
al menos les han hecho un museo
donde te puedes encontrar
las escaleras con que intentaron saltar la valla de Ceuta.

La siguiente vitrina contiene el espejo negro
con el que el dios Tezcatlipoca
veía todas las cosas y todos los lugares,

-robados por Cortés los dos ejemplares que se conocen,
pasaron a engrosar la colección de Felipe II en El Escorial-

así que acerco mis ojos a su humeante superficie de obsidiana
y sale de ella una cartera que dice London in your pocket
con una tarjeta azul que, aseguran, basta enseñar
para poder circular por la ciudad durante una semana.

La siguiente vitrina contiene objetos del Museo Británico,
la gran cueva de Alí Babá de los ingleses, que es
cueva menor al lado de las nuestras, y allí:

La ola de Hokusai, un extraño grabado de Durero,
un mapa para llegar al corazón de la Meca,
un cuenco micénico adornado con figuritas,
una crátera griega, una invitación a la ceremonia del té,
un sextante árabe con brújula,
un grabado que anuncia la celebración del año del Dragón
y otro mapa que dice que la vida es
dar vueltas alrededor de la casa de Dios.

Más allá, un faraón al que prometieron la inmortalidad
sufre el infierno de ser molestado por varios miles de turistas al día
y en un pasillo otro reposa suavemente su blanca mano
en la de su esposa para poder soportar todo aquello.

La tumba real de Ur, lienzos del palacio de Nimrud y Nínive
decorados con grifos y figuras fantásticas,
la peineta de oro y flores que a mí me hubiera gustado
que lucieras en el día de tu boda,
dragones, samuráis, la piedra Rosetta
mirada con una atención como si los que están delante de ella
fueran todos expertos traductores del demótico al griego antiguo,
los leones asirios y las esculturas del Partenón
que parecen de mantequilla.

Dame un beso que no parta en dos el meridiano de Greenwich,
te digo.

Llévame de la mano hasta el teatro de El Globo
donde se representaron hace siglos las obras de Shakespeare
y a las putas se las llamaba actrices,
o hasta el Golden Hinde, el barco en el que el pirata Drake
dio la vuelta al mundo persiguiendo galeones de oro español,
y al destructor Belfast que está anclado un poco más allá
para que nadie olvide que este es aún un país pirata y guerrero.

I like to be surrounded by pretty things,
leo en una camiseta.

En la otra orilla, unos turistas observan el cambio de guardia,
la cosa resulta tan aburrida que todos prefieren putear un rato
a los inmóviles caballistas que flanquean el edificio,
de nuevo la imagen de los faraones viene a mi cabeza,
el mundo está lleno de sufrimiento
y de Torres de Londres y libros de Dickens.

Strawberry Hill resulta que además de una canción de los Beatles
es un castillo gótico abierto al público en Twickenham
y la Tate una fábrica de ladrillos hacia donde hoy
cabalga la gente buscando picassos.

Solo frente al matrimonio Arnolfini.
Solo frente al retrato de un joven de Basaiti.
Solo frente al san Francisco meditando de Zurbarán.
Solo frente a don Adrián Pulido Pareja de Martínez del Mazo.
Solo frente a la joven que llora de Béraud.
Solo frente a la Asunción de la Virgen de Vicenza.
Solo ante Susana en el baño de Hayez.
Solo ante la vista de Lowestoft desde el sur de Kerrich.
Solo ante san Jorge y el dragón de Ucello.
Solo frente a una naturaleza muerta de Van de Velde.

Dame un beso que no parta en dos el meridiano de Greenwich,
te digo.

Dame tu mano, llévame al Covent Garden
entre las flores y las verduras de jabón,
llévame al bullicio de sus bares,
al tumulto ordenado de la sangre, sí;
llévame antes de que muera el poeta
entre las flores y las frutas que sólo existen en su mente,
antes de que él descubra que la muerte
es irse a vivir al Covent Garden,
desaparecer, como Harry Potter,
en el andén 9 y 3/4 de la estación de Kings Cross
o camino de la casa de Sherlock Holmes
en la estación de metro de Baker Street.

Llévame, llévame a la siguiente sala,
a aquella vitrina verde que promete un paseo por Regent’s Park
desde la casa de Virginia Woolf hasta el mercado de Camden Town,
donde se levantó hace años una modesta placa
en memoria de Felicia Browne, la escultora inglesa
convertida en miliciana
que escribió a finales de julio de 1936

"Dices que estoy huyendo y eludiendo algo al no pintar o esculpir.
Si no hay nada que pintar o esculpir no puedo hacerlo...
Si la pintura o la escultura fueran para mí más valiosas
o urgentes que el terremoto de la revolución... pintaría o esculpiría,"

pero no buscaría la muerte acribillada por las balas fascistas
en Tardienta, Aragón, el 25 de agosto de 1936,
mientras intentaba ayudar a un compañero herido.

THIS PLAQUE COMMEMORATES THE VOLUNTEERS WHO SET OFF FROM THIS BOROUGH TO FIGTH IN THE INTERNATIONAL BRIGADES SPAIN, 1936-1939, AND ALSO THOSE CITIZENS OF THIS BOROUGH WHO SUPPORTED THE SPANISH REPUBLIC IN ITS FIGHT AGAINST FASCISM. ¡NO PASARÁN!

Es hermoso leer esto, aunque uno sea consciente
de que hace muchos años
que pasaron, a pesar incluso
de los esfuerzos del alcalde Billy Budd,
que se quiso ir con ellos
y no lo dejaron porque solo tenía 16 años;
de todos modos, algo aún se respira en Camden
que tiene otro aire,
que tal vez también se repite
al salir por Notting Hill camino de Portobello Market
y encontrarse con un mosaico que se llama Ecos de España
en honor a los voluntarios locales
y los refugiados españoles.

Todo lo demás es bisutería: Soho, Mayfair, Carnaby Street.

Dame un beso que no parta en dos el meridiano de Greenwich,
te digo.

Dame la mano pues ya no puedo volar, esta fue mi última primavera,
visito cosas que no existen, cadáveres maquillados
para soportar el paso del tiempo,
faraones egipcios condenados al más cruel de todos los infiernos,
pero también teddy boys, mods, hippies, punks, gente cansada
de buscar la isla que no existe, El Dorado, Las Californias,
el barco pirata, los niños descarriados,
el río que dejó hace tiempo la verde llanura.

¿A qué he venido aquí?
¿A ver al menos aquí los mapas del tesoro junto a los tesoros,
aunque sean los mapas y los tesoros de otros, viajes de otros,
vidas de otros que nunca seré?

No ha pasado el tiempo sobre este espejo negro
utilizado para comunicar con espíritus y ángeles
según reza en la cartela,
que fuera un día regalo de Felipe II a John Dee
y que hoy me devuelve, a imagen del que está
en el Museo de América, mis reflejos en el British,
este espejo donde no he dejado de mirar
durante todo este tiempo,
pues la magia sigue necesitando la complicidad del pensamiento
y por eso mismo es hoy una luz que nadie enciende.

Lleva usted razón, este mundo será destruido
y los niños perdidos no habrán podido hacer nada por evitarlo,
todo quedará en unas lágrimas, un sollozo apagado,
no se preocupe, todo está en orden,

ya me voy, sí,
ya sé que va a cerrar el museo.



Antonio Orihuela. Esperar Sentado. Ed. Ruleta Rusa, 2014


viernes, 8 de febrero de 2019

5 poemas de TORMENTA TRANSPARENTE de JAVIER LOSTALÉ


                                         

PARÁLISIS

Todas las noches de tormenta
se abren las esclusas de tu memoria
mientras el cendal azul del ozono
te paraliza con su electricidad marina,
con su rebullir de abejas mojadas.
Sin moverte respiras entonces
el misterio primero
de aquel desnudo innombrable
en el que comprometiste tu vida,
y te abandonas luego a las luces desarboladas
de lo que fue sólo  un sueño
que en sus mareas aún te nubla,
ciega huella de lo amado
en el reino puro del olvido.
Tentación eres de la renuncia,
hasta no dejar tu sangre
de navegar su luna caída.
Tan dentro de una sombra existes
que nunca por nadie serás reconocido. 

***
                   NO LLEGA
    
                   Aunque no vengas
                   yo saldré a esperarte
                   en mi cultivo diario
                   de un sueño mío contigo,
                   y regresaré después
                   de entregar al aire
                   mi secreto,
                   que en tu olvido
                   más puro se torna.
                   Nunca a nadie diré
                   que salgo cada mañana
                   en búsqueda de tu lugar,
                   que  no existe sino en el impulso claro
                   con que el deseo lo crea.
                   Clandestino voy en el temblor de tu fuga
                   y hablo conmigo
                   hasta de lo que no sé.
                   El mismo horizonte tendrá mañana sin ti,
                   soledad distinta para el mismo ayer,
                   el mismo engaño dulce
                   de hacerte transparente en tu sordera.
                   El tiempo es un hálito
                   donde todo se empaña
                   con lo que no llega.
                   Tempero de humo amor es hoy,
                    pero amor siempre,
                    pues hasta  en lo que niega es inmortal.


***

                                          SABES  

    Sabes que ya no es tu hora,
    por eso amas la transparencia
    y lo abrazas todo
    como a una forma muda
    que te respondiese sólo a ti.
    Inventas una vida
    en las ramas más frágiles del sueño,
    allí donde transpira
    lo que nunca responde.
    Adornas tu cuerpo
    de astro solitario
    como si aún fuera a llegar,
    y así te consumas secreto,
    temblando en la pura mentira
    de tu única verdad.
    Sin destierro ni despedida
    pasa por ti esbelta la soledad,
    pues cuando hay herida sin filo
    ninguna sombra canta en la sangre.
    Tan cierto estás de tu lugar en el mundo
    que en ausencia tu libertad se deslumbra,
    y poseído eres sin tiempo
    por el aroma invisible de lo desconocido.


***


RETIRARSE

Cuando alguien se retira
se inviste de atardecer,
y entre latidos se borra
por su misma tristeza besado.
Mira, y sólo ve la emanación de lo que deja.
Oye, y en cada palabra
hay una habitación vacía.
No piensa, vive en transparencia
de lágrima en todo.
Sin nombre ni aposento
habitará extranjero
hasta su propio temblor.
Algún día llegará a un lugar
y creerá que nunca se ha ido.


***

DESTINO

Estoy triste
para desde la purificación de una empañada nube baja
decirte que te amo.
Y volver en lenta despedida de los seres y las cosas
al principio indivisible de tu nombre
convertida mi vida en crisálida de lo que te llevas mientras te alejas.
Estoy en sombra tuya,
con esa sabiduría con la que el alma tiembla en la mirada
cuando los ojos están radiantemente nublados
en un pequeño bosque de lágrimas.
Estoy quieto, retrasado en la luz de tu memoria,
para decirte que te amo.
Soy la memoria sin ti
de todo en lo que me fuiste creando,
el lugar herido de tus pasos;
por eso crece en mi sangre la rosa silenciosa de no buscarte
al mismo tiempo de decirte que te amo.
Estoy al lado de lo invisible
que respira desde un corazón en llamas
mientras un doble silencio blanco
de tu imagen dolorosamente me separa.
Sin territorio a ti me abrazo
para decirte que te amo.
Estoy, pasados los años,
en el mismo día de tu anuncio,
cuando quemaste mi pecho
con tu hora transparente.
Por eso sin tiempo te recibo
en mi propio aire asfixiado,
y en soledad te resucito
para decirte que te amo.
El horizonte de este poema
es ya, amor, tu misma lumbre sostenida,
el resplandor de tu ceniza.
Y el escribirlo ha sido, amor, sellar contigo mi único destino.

                                                       
 Javier Lostalé. Tormenta transparente. Ed. Calambur